“La pandemia nos mostró que el mundo va el doble de rápido de lo que imaginábamos”, analiza Juan Freire, vicerrector de innovación y transformación de Universidad Tecmilenio.
En el futuro, Freire ve una educación híbrida, personalizada, con algunos procesos automatizados utilizando la inteligencia artificial.
Sí digital, pero que aleja a la gente de las pantallas. “Que sea digital no quiere decir que estés conectado todo el día, sino que tienes que aprender de forma activa”, explica.
Además cree que el estudiante debe ir al centro de la ecuación para que obtenga un aprendizaje activo. En entrevista con TecScience explica los detalles de la enseñanza del futuro y el nuevo papel de los educadores.
Educación híbrida y flexible
Freire ya ha comenzado a trabajar en el componente híbrido y flexible. “Eso significa que siempre va a tener elementos presenciales y digitales, estos van a combinarse de formas diferentes en función de las necesidades y los objetivos de las personas”.
Para el vicerrector de innovación y transformación de Universidad Tecmilenio, la presencialidad va a seguir siendo un valor muy importante para realizar procesos de relación con los otros.
El reto para la universidad es diseñar planes educativos para que la gente pueda elegir de manera flexible, “nuestra utopía es la personalización y ya trabajamos en eso”.
Da un ejemplo: no es lo mismo un chico que dedica todo su tiempo a la universidad y tiene disponibilidad para ir al campus seis horas al día que un adulto que trabaja y que su tiempo para la educación son –tan solo– unas pocas horas al día y dispersas, quizá puede ir al campus un sábado, o solo puede ir un día por la tarde.
“Las universidades tienen que ser capaces de diseñar experiencias adecuadas para esa persona”. A esto es a lo que Freire se refiere como “poner al centro al estudiante”.
El modelo debe permitir que millones de personas personalicen el aprendizaje y eso no implique una carga de trabajo desmedida.
“Por ello es necesario entender la educación como un servicio digital”, para Freire se puede explicar con un caso bien conocido.
Uber es considerado un servicio digital aunque en realidad lo que gestiona es un servicio presencial.
“Acá pasa lo mismo. El proceso educativo puede suceder en el campus, en un espacio físico, pero la educación –en sí misma– es un servicio digital”.
Inteligencia artificial y ciencia de datos
Freire cofundó 10 empresas y startups dedicadas a la gestión ambiental, educación, tecnología y diseño, y consultoría estratégica y de innovación. Y su experiencia le dice que “lo de hoy y del futuro son los datos”.
Las universidades y todo el proceso educativo genera datos que, hasta ahora, no se han utilizado más para una gestión administrativa.
“Los datos son el nuevo petróleo. Es la nueva base sobre la que tú vas a desarrollar inteligencia y esa inteligencia te va a permitir innovar”.
En el caso de la Universidad Tecmilenio ya han resuelto cómo explotar los datos, para aumentar la eficiencia de los procesos, es decir, poder llegar a más gente.
Y, para mejorar la propia experiencia educativa, se busca que la data informe en tiempo real cómo es la experiencia, si la gente está aprendiendo, si está satisfecha y, de esta manera, intervenir inmediatamente.
El experto en educación y aprendizaje predice que algunas funciones de educador también cambiarán.
“Algunas funciones del educador van a ser sustituidas por algoritmos y eso podría darnos miedo, pero yo no lo veo como algo negativo. Lo veo como la probabilidad de automatizar procesos y liberar tiempo para que se concentren en lo que realmente aporta valor”.
Los educadores serán 360, tendrán nuevas funciones y quizás la menos importante será el rol tradicional de transmisor de conocimientos.
Pero surge un nuevo rol, el de acompañador, quien ayuda a formular preguntas buenas, pero no te da la respuesta
También habrá creadores especializados en diseñar y producir contenidos.
En busca de experiencias de aprendizaje
Juan Freire es cofundador Teamlabs, una empresa dedicada a la creación de laboratorios y experiencias de aprendizaje que es parte de la red internacional de educación emprendedora Mondragon Team Academy.
Define como experiencias de aprendizaje al diseño que coloca al que aprende en el centro sin olvidar los objetivos de aprendizaje.
“En el mundo digital la experiencia de usuario lo es todo, y en la educación no es diferente”, dice.
Para Freire, “la experiencia es parte del resultado”. Y funciona bajo una lógica sencilla, si te atienden bien en el hospital, vas a mejorar más rápido.
Freire sugiere que las universidades trabajen con una mentalidad de diseño de servicios.
De hecho, se planteó el reto de crear una educación digital que aleje a la gente de las pantallas, “eso significa que tienes que resolver problemas, retos, desarrollar proyectos y sobre todo trabajar con otros en colaboración con otras personas”, dice.
Un aprendizaje activo basado en la pasión
Uno de los vicios más grandes de las escuelas latina es que la gente no sabe trabajar en equipo, “hay que romper con eso y aprovechar las comunidades digitales como un canal para llegar a lo presencial”.
En ese sentido, Freire explica que en el futuro los campus dejarán de ser una colección de aulas y se convertirán en espacios para trabajar y hacer comunidad.