Investigadores, académicos y médicos se reunieron en el auditorio de Expedition FEMSA en el Tec, para inaugurar el OriGen Health Research Center (OHRC). El centro busca avanzar la comprensión y tratamiento de enfermedades metabólicas en las poblaciones latinas de ambos lados de la frontera.
Este proyecto nació de una colaboración transfronteriza entre el Tecnológico de Monterrey y la Universidad de Texas en Austin. Las instalaciones del centro estarán basadas en Austin, pero la responsabilidad será compartida entre ambas universidades.
Los dos codirectores, Alexandro Martagón, coordinador General de la Unidad de Investigación de Enfermedades Metabólicas del Tec de Monterrey, y Gabriela Livas Stein por UT Austin, buscan que el centro llene una brecha importante en el mundo científico.

“Esta es una población que constituye una gran parte del mundo, pero que ha sido poco estudiada en la literatura científica”, dijo Livas durante su discurso. “Esta va a ser una oportunidad de abrir estas puertas e impactar no nada más el estudio de los mexicanos, sino de todo el mundo”.

Durante su discurso inaugural, David Vanden Bout, vicepresidente ejecutivo interino y rector de UT Austin, destacó que esta colaboración es el resultado de un año completo de trabajo tendiendo puentes entre las dos instituciones. Subrayó la naturaleza transformacional del proyecto y su potencial para convertirse en un modelo de colaboración binacional más allá de Texas y Nuevo León.

En la misma línea, representantes del Tecnológico de Monterrey enfatizaron cómo el establecimiento de relaciones significativas a través de la frontera proporcionará mejores soluciones a problemas de salud que impactan no solo a latinos, sino a la humanidad en general.
En su discurso, Livas compartió la historia de su padre, que se había ido de Monterrey a estudiar en UT Austin en los años 60 como parte de la política de Buenos Vecinos. Esta experiencia familiar enfatizó el simbolismo del centro como continuación de una larga historia de cooperación entre las dos regiones.
En entrevista, Livas explicó que la investigación médica tradicional se ha basado principalmente en estudios con poblaciones europeas, ofreciendo un punto de vista limitado que no representa la diversidad mundial. El OHRC busca ampliar esta perspectiva, generando conocimiento que beneficie a poblaciones de todo el mudo.
Durante la ceremonia, se mostró un video que presentó el proyecto Origen, descrito como el mayor biobanco de información genética, clínica y epidemiológica en América Latina. Esta iniciativa pionera del Tec de Monterrey será fundamental para el trabajo del OHRC, que utilizará estos datos junto con Inteligencia Artificial (IA) para desarrollar modelos predictivos que permitan personalizar tratamientos con mayor precisión.
El arranque de las investigaciones
Los tres proyectos iniciales del centro fueron presentados por los codirectores. El primero estudiará patrones de distribución de grasa corporal en latinos mediante IA. Al presentarlo, Martagón ilustró la relevancia cultural del proyecto mencionando cómo en México existen dichos populares sobre cómo la gente de diferentes regiones acumula grasa en distintas partes del cuerpo. Lo que parece un simple conocimiento popular tiene en realidad bases científicas que el centro investigará, buscando comprender cómo estos patrones influyen en el desarrollo de enfermedades metabólicas.
El segundo proyecto examinará cómo el estrés en diferentes etapas de la vida afecta el desarrollo de enfermedades metabólicas, reconociendo que los efectos del estrés infantil difieren significativamente de los experimentados en la adolescencia o la edad adulta.
El tercero desarrollará una intervención digital para adolescentes con sobrepeso, combinando asesoramiento nutricional personalizado con apoyo psicológico y familiar. Este enfoque, dijo Livas, reconoce que la adolescencia es un período crítico donde los hábitos se cimentan y que las intervenciones deben considerar tanto la salud física como la mental.
“No tenemos suficientes médicos, nutriólogos o psicólogos, entonces estamos tratando de tener intervenciones que pueden tener un mayor impacto, que sean escalables”, explicó Livas.
Al explicar la estructura operativa, Martagón destacó que aunque el centro estará físicamente ubicado en el campus de UT Austin, funcionará con una verdadera integración binacional, con equipos de ambas instituciones trabajando en conjunto y aprovechando las fortalezas de cada institución.
Uno de los aspectos más innovadores del OHRC será su enfoque en la educación igual que los avances científicos. “Nuestra idea no es nada más tener un laboratorio y estar encerrados ahí haciendo experimentos. Es un proyecto que quiere interactuar con la población”, dijo Martagón. “Tradicionalmente existe esta brecha entre el artículo que se publica y la población nunca se entera. Nosotros tenemos que lograr hacer esa conexión”.
Durante el evento, Martagón presentó estos proyectos como las “semillas” que ayudarán al Centro a florecer en los próximos meses y años. Él describió esta iniciativa no como una colaboración forzada por intereses institucionales, sino como una “colaboración con pasión”, impulsada por profesionales genuinamente comprometidos con un objetivo común.
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