Por Mónica Casalet y Federico Stezano
La inteligencia artificial ya forma parte del día a día, sin embargo su acceso y desarrollo todavía reflejan profundas desigualdades, lo que conlleva consecuencias en las relaciones de poder, geopolíticas, en las estrategias de colaboración y conflictos entre países.
Para México, el reto consiste en fortalecer las infraestructuras e instituciones existentes, impulsar un debate multidisciplinario, orientar el diseño de políticas industriales y desarrollar capacidades tecnológicas avanzadas.
Pero ¿cómo usar la revolución tecnológica de la IA para impulsar el crecimiento del país y reducir desigualdades? Para dar respuesta a esta pregunta, nuestra investigación “La inteligencia artificial en México: política industrial, actores y capacidades digitales: desafíos en un escenario geopolítico turbulento” analizó cómo México enfrenta el desafío de la IA y la digitalización productiva en un contexto internacional caracterizado por la competencia tecnológica y la reconfiguración de las cadenas globales de valor. Además, el estudio muestra que la IA representa un modelo tecnológico y social que requiere un debate público y privado. [1]
México y la fiesta global de la IA
Algoritmo, machine learning o ChatGPT son palabras que ya integran el vocabulario cotidiano. La IA ya está en teléfonos, autos, hospitales y fábricas. Más del 73% de los hogares mexicanos tiene acceso a internet y más del 80% usa teléfonos inteligentes.
En CDMX y Nuevo León, en concreto, la penetración supera el 84% [2]. Por su parte, 89.4% de las MiPyMEs cuenta con conexión fija y más del 60% usa servicios en la nube o redes sociales para sus procesos de gestión y ventas [3,4].
Sin embargo, los porcentajes en estados como Chiapas (50.7%) y Oaxaca (55.5%) son distintos. [5]. Lo que se traduce en que la presencia de la IA no es igual en todas partes ni accesible para todos.
En el campo de la investigación y aplicación de IA, la preponderancia ocurre en CDMX y es extremadamente escasa su presencia en el sureste y noroeste nacional.
Mientras México enfrenta esta heterogeneidad regional en el acceso a la tecnología, a nivel internacional —potencias como Estados Unidos y China— invierten enormes recursos en su desarrollo. En 2024, la inversión privada en IA alcanzó los 109.1 mil millones de dólares en Estados Unidos, mientras que en China fue de 9.3 mil millones de dólares, de acuerdo con el AI Index Report 2025 de Stanford. [6]
Una revolución tecnológica que ya empezó
El lanzamiento de herramientas como ChatGPT han supuesto un cambio radical: por primera vez, millones de personas pudieron interactuar con un sistema inteligente en su día a día. Esto aceleró las inversiones en IA de gobiernos y empresas, pero no se resolvieron los cuestionamientos que suelen darse ante el surgimiento de todas las nuevas tecnologías: ¿quién controla esta tecnología?, ¿con qué reglas?, ¿cuáles son las implicaciones sociales y políticas de este proceso?
La IA es más que una moda tecnológica: es una tecnología de uso general, como fueron, en su momento, el ferrocarril o la electricidad. Esto significa que puede aplicarse a casi cualquier sector económico: salud, transporte, finanzas, educación, manufactura, entretenimiento.
Sin embargo, como ocurre con toda nueva tecnología poderosa y abarcadora, amplifica los problemas existentes: si se entrena con datos sesgados, se reproducen desigualdades; si se aplican sin regulación, se arriesgan derechos fundamentales.
México enfrenta el desafío de aprovechar la revolución tecnológica para impulsar su crecimiento y reducir las desigualdades.
Nuestra investigación, basada en fuentes oficiales y con un enfoque analítico propio de la economía política de la innovación, sostiene que las capacidades digitales dependen de la infraestructura tecnológica y de los marcos institucionales, por lo que se analizó la relación entre política industrial y transformación productiva en tres niveles: global, nacional y territorial.
Aprovechar el potencial y diseñar políticas: la clave
México no parte de cero. Estados como Nuevo León, Querétaro o Jalisco han consolidado clústeres industriales que incorporan tecnologías digitales a nivel productivo en sectores como automotriz, aeroespacial, electrónica y dispositivos médicos. [7]
El país tiene universidades e institutos tecnológicos que forman talento y han consolidado grupos de investigación altamente especializados, por ejemplo, en el corredor Monterrey–Querétaro, un modelo de manufactura avanzada del Tec de Monterrey optimiza procesos de ensamblaje robótico, mejora la capacitación laboral y fortalece la productividad territorial con IA y realidad virtual.
Vale subrayar que más allá de su dimensión técnica, los espacios más avanzados deben contagiar su dinámica al resto del país, pues México aún se caracteriza por tener solo islas de conocimiento con escasa articulación en redes estratégicas de innovación y desarrollo tecnológico.
El Índice de Desarrollo Digital Estatal muestra que muy pocos estados cuentan con las capacidades digitales para impulsar la IA, reflejando un problema estructural de una economía desigual, donde muchas pymes no tienen infraestructura, personal capacitado ni recursos para innovar. [8]
La investigación concluye en que la IA no se adopta por decreto, sino desde la construcción de un ecosistema que implica colaboraciones públicas y privadas, orientadas a la creación de nuevas habilidades para programar, analizar datos, diseñar algoritmos y entender cómo integrar estas herramientas en procesos productivos.
El problema es que muchas de estas habilidades aún no están presentes en la educación básica ni en los programas de formación técnica. Además, las firmas mexicanas enfrentan barreras para acceder al talento, y muchas veces dependen de proveedores externos o de tecnologías importadas aplicadas como recetas que limitan la capacidad de innovar desde dentro.
Para que México aproveche el potencial de la tecnología y se reduzcan las desigualdades, es clave diseñar una política industrial y tecnológica que coordine esfuerzos entre gobiernos, empresas, universidades y centros de investigación. Esto implica:
- Invertir en educación digital desde la escuela, conjuntamente con la formación técnica especializada en tecnologías avanzadas.
- Fortalecer los clústeres industriales más dinámicos del país y conectarlos con programas de innovación, para desarrollar sectores clave de la economía e incrementar la exportación de nuevos productos.
- Impulsar una estrategia nacional de IA con reglas claras sobre privacidad, ciberseguridad y evaluación de riesgos.
- Fomentar alianzas público-privadas para crear capacidades nacionales propias y reducir la dependencia tecnológica.
- Consolidar un esquema de gobernanza digital, proceso en el que será fundamental el papel de orientación y coordinación pública y privada que jugará la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT).
Referencias
- Casalet, M., & Stezano, F. (2025). Artificial Intelligence in Mexico: Industrial policy, actors, and digital capabilities: Challenges in a turbulent geopolitical scenario. En P. Figuereido & S. Zahara (Eds.), How to build digital technological capabilities: An emerging-market perspective (pp. 141–166). Edward Elgar.
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), 2024. Reporte de resultados.
- Instituto Federal de Telecomunicaciones. (2024, octubre 24). Aumenta el uso de los servicios de telecomunicaciones y las TIC en MiPymes (2018–2023).
- Uc Castillo, J. L., Marín Celestino, A. E., Martínez Cruz, D. A., Tuxpan Vargas, J., Ramos Leal, J. A., & Morán Ramírez, J. (2025). A systematic review of Machine Learning and Deep Learning approaches in Mexico: Challenges and opportunities. Frontiers in Artificial Intelligence, 7, 1479855.
- Organisation for Economic Co-operation and Development. (2024). Índice de políticas para PyMEs: América Latina y el Caribe 2024. OECD Publishing.
- Stanford Institute for Human-Centered Artificial Intelligence. (2025). AI Index Report 2025. Stanford University.
- Stezano, F. (2025, junio). Ampliación del mapeo de las IAPT y de los programas que promueven IAPT en México. CEPAL-Chile y CEPAL-México. Inédito.
- El IDDE es un indicador que mide el desarrollo de capacidades digitales en las entidades federativas de México. En 2023, evalúa tres ejes: Infraestructura (cobertura, acceso, calidad y datos), Digitalización de personas y sociedad (uso de TIC, habilidades digitales, servicios digitales y gobierno digital) y Innovación y adopción tecnológica en empresas (nuevas tecnologías, ciberseguridad, comercio electrónico, economía digital e innovación). Índice de Desarrollo Digital Estatal 2023. Centro México Digital.
Autores
Mónica Casalet. Doctora en Sociología del Desarrollo por la Universidad de Ginebra, Suiza; profesora investigadora en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) México; miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Ha colaborado con instituciones como el CONACYT, la CEPAL y la OIT.
Federico Stezano. Doctor en Sociología por FLACSO-México y Nivel 2 del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Es profesor-investigador de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM y lo fue anteriormente de la UAM, FLACSO, Tec de Monterrey, INFOTEC y COLSAN. Fue Oficial de Asuntos Económicos de CEPAL-México en 2020 y 2021.








