Los probióticos son microorganismos vivos que, consumidos en cantidades adecuadas, tienen beneficios para la salud [1] . Éstos pueden ser bacterias o levaduras tales como Lactobacillus, Bifidobacterium, Bacillus o Saccharomyces. Hoy en día, se han convertido en uno de los productos más demandados. Se pueden encontrar agregados a algunos alimentos (lácteos y cereales) o como suplementos alimenticios (tabletas, cápsulas y suspensiones orales).
En la población general, diversos estudios han demostrado la capacidad de los probióticos para reducir trastornos gastrointestinales, mejorar la absorción de nutrientes, potenciar el sistema inmunológico y tratar intolerancias alimentarias [2].
Sin embargo, la evidencia limitada y que los profesionales de la salud no suelen recomendarlos durante la lactancia han hecho que las madres lactantes sean cautelosas y tengan dudas acerca de los “riesgos y beneficios” que conlleva su consumo. Por ello, se abordarán los principales mitos y realidades acerca del tema.
Mitos sobre el consumo de probióticos durante la lactancia
“No son seguros”
En general, los estudios clínicos indican que los probióticos son seguros y aceptables para la madre y el bebé. A pesar de eso, es importante tener en cuenta el historial médico de ambos (enfermedades preexistentes), elegir un producto de alta calidad, es decir que haya cumplido con los requisitos establecidos por la legislación, y seguir la dosis recomendada [3] .
“Tienen efectos negativos”
Aunque no se han observado reacciones adversas asociadas a su consumo, si hay algunos efectos secundarios menores a considerar. Los síntomas más frecuentes incluyen náuseas, calambres abdominales, flatulencias, heces blandas y alteraciones del gusto. Sin embargo, éstos se pueden controlar con modificaciones en la dieta y estilo de vida, evitando el uso de medicamentos [3] .
“Se pasan a la leche”
Aunque algunas de las bacterias presentes en la leche materna vienen del intestino de la madre por la ruta enteromamaria (ese trayecto donde se absorben para lograr llegar hasta las glándulas mamarias) , los probióticos rara vez siguen esa ruta para pasar a la sangre, por lo que se considera que son incapaces de transferirse directamente a la leche materna.
Los probióticos no se absorben como nutrientes. En su lugar, se ingieren y viajan a través del estómago y el intestino delgado hasta el intestino grueso, donde pueden colonizar las paredes intestinales y aportar beneficios al equilibrar la microbiota y apoyar la salud digestiva.
Esto ha demostrado que pueden tener una influencia positiva en la composición microbiana de la leche, favoreciendo la presencia de otras bacterias beneficiosas para el bebé [3] .
Realidades sobre los probióticos y la lactancia
“Son aliados contra infecciones”
Se ha identificado que, durante el posparto y lactancia, las madres son más susceptibles a contraer infecciones por bacterias u hongos. Varios estudios han reportado que los probióticos tienen propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias que ayudan a reducir su crecimiento y síntomas. De hecho, se han utilizado exitosamente en la prevención y/o tratamiento de inflamación del tejido mamario (mastitis), de la vejiga (cistitis) o de la vagina (vaginosis) [4] .
“Tranquilizan la mente”
Presentar episodios de estrés, ansiedad, irritabilidad o depresión es común en madres lactantes. Aunque aún se está investigando, ya existen estudios clínicos que revelan efectos positivos de los probióticos sobre el sistema nervioso. Éstos tienen la capacidad de equilibrar la microbiota intestinal y producir sustancias que interaccionan con las neuronas, funcionando como neurotransmisores y neuromoduladores [5] .
“Cuidan el metabolismo”
Durante la lactancia, el metabolismo se ve alterado debido a cambios en la dieta de la madre. De no controlarse, aumenta el riesgo de desarrollar sobrepeso/obesidad y enfermedades cardiovasculares. Distintos estudios han evidenciado que los probióticos llevan a cabo actividades que favorecen la digestión intestinal, reducen los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, y disminuyen la acumulación de grasa corporal [6] .
Beneficios para el bebé
Consumir probióticos durante la lactancia puede influir en el crecimiento, desarrollo y salud del bebé.
Una investigación reciente, realizada en Canadá, ha explorado los beneficios de adoptar esta práctica [7] Ya sea por sus propiedades o capacidad de llevar a cabo ciertas actividades, estos microorganismos pueden:
- Mejorar la calidad/composición de la leche (aumento en los niveles de carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales, anticuerpos, hormonas, etc.),
- Favorecer la ganancia de talla, peso y masa corporal,
- Ayudar a la maduración de las funciones digestivas, inmunológicas y cognitivas del bebé,
- Reducir la frecuencia de episodios de diarrea y cólicos infantiles,
- Prevenir afecciones como dermatitis atópica, asma y alergias alimentarias.
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Independientemente del beneficio que se esté buscando, es importante tener presente que, antes de comenzar a consumir probióticos, hay que asegurarse de consultar con un profesional en el área. Esto permitirá obtener más información o recomendaciones para cada uno de los casos. Recuerde “cuanto mejor se sienta la madre, mejor se sentirá el bebé”.
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Referencias
- Hill, C., Guarner, F., Reid, G., Gibson, G.R., Merenstein, D.J., Pot, B., Morelli, L., et al. (2014). The International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics consensus on the scope and appropriate use of the term probiotic. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, 11, 506- 514.
- Maftei, N.-M., Raileanu, C.R., Balta, A.A., Ambrose, L., Boev, M., Marin, D.B., & Lisa, E.L. (2024). The potential impact of probiotics on human health: An update on their health-promoting properties. Microorganisms, 12, 234.
- Sheyholislami, H., & Connor, K.L. (2021). Are probiotics and prebiotics safe for use during pregnancy and lactation? A systematic review and meta-analysis. Nutrients, 13(7), 2382.
- Li, X., Wang, Q., Hu, X., & Liu, W. (2022). Current status of probiotics as supplements in the prevention and treatment of infectious diseases. Frontiers in Cellular and Infection Microbiology, 12, 789063.
- Halemani, K., Shetty, A.P., Thimmappa, L., Issac, A., Dhiraaj, S., et al. (2023). Impact of probiotic on anxiety and depression symptoms in pregnant and lactating women and microbiota of infants: A systematic review and meta-analysis. Journal of Global Health, 13, 04038.
- Obuchowska, A., Gorczyca, K., Standyło, A., Obuchowska, K., et al. (2022). Effects of probiotic supplementation during pregnancy on the future maternal risk of metabolic syndrome. International Journal of Molecular Sciences, 23(15), 8253.
- Cuinat, C., Stinson, S.E., Ward, W.E., & Comelli, E.M. (2022). Maternal intake of probiotics to program offspring health. Current Nutrition Reports, 11, 537-562.
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Autora
Cecilia Castro-López. Investigadora postdoctoral de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey. Su investigación incluye la extracción y caracterización de metabolitos con potencial antioxidante, microencapsulación de metabolitos para aplicaciones alimentarias, revalorización de residuos agroindustriales y aislamiento y caracterización de bacterias con potencial probiótico. Ha publicado más de 25 artículos en revistas indexadas con alto factor de impacto y 6 capítulos de libros, consiguiendo un recuento de más de 990 citas. Ha sido distinguida como miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) en el nivel 1 por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCyT).
