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¿Los microplásticos provocan obesidad?

¿Existe una correlación entre la obesidad y la contaminación ambiental producida por microplásticos? Aquí los hallazgos.
Matraz de Erlenmeyer al que se le agregan plásticos pequeños con un gotero
Aún se investigan los efectos tóxicos de los microplásticos, pero se ha comprobado que su micropartículas pueden penetrar las membranas celulares. Foto: Getty images

Por Silvia María Aldana Salazar*

Ya se sabe que el tereftalato de polietileno, mejor conocido como PET, es un material ideal para almacenar bebidas. Es un tipo de plástico que, además del polietileno que le da su nombre, contiene otros tereftalatos que actúan como disruptores endocrinos.

Estos disruptores son compuestos ajenos al cuerpo humano y pueden alterar el sistema endocrino, afectando la salud [1].

Aún se sabe poco sobre los posibles efectos tóxicos de los microplásticos (MP) en la salud humana, pero ya se ha comprobado que cuando los MP de tamaño <20 µm se inhalan o se ingieren pueden penetrar las membranas, acumularse en los tejidos y provocar respuestas citotóxicas, es decir, pueden penetrar las células y provocar su muerte. [2]

Se dice que un compuesto es obesogénico cuando promueve la obesidad y el sobrepeso. Esto ocurre por diversos mecanismos como el aumento en la cantidad de adipocitos (un tipo de célula en el tejido adiposo cuya función es acumular grasa), y esto a su vez afecta el metabolismo de manera general.[3]

Al actuar como disruptores endocrinos, los microplásticos se han asociado con diversos desórdenes metabólicos, incluyendo diabetes y obesidad, por lo cual son clasificados como obesogénicos.[1,3] Los plásticos se han convertido en una de las principales preocupaciones medioambientales, porque se utilizan casi para todo en nuestro día a día.[4]

Basta detener unos segundos esta lectura y voltear a nuestro alrededor para observar y encontrar vasos, botes, empaques de alimentos, teléfonos celulares, computadoras, sillas, utensilios de cocina… pudiera continuar la lista y todos compartirían esta característica en común: alguno de sus elementos o en su totalidad están compuestos por algún tipo de plástico.

Es importante señalar que solamente un 9% de los plásticos son reciclados, y el otro porcentaje se encuentra en vertederos y contaminando el ambiente terrestre y marino. [5]

¿Qué son los microplásticos?

La humedad, rayos UV, temperatura y acción mecánica provocan el deterioro de los plásticos, degradando su tamaño, convirtiéndolos en partículas de menos de  cinco milímetros, que se denominan microplásticos.[6]

Estamos expuestos a ingerir microplásticos, pues suelen entrar a la cadena alimentaria: las larvas los consumen, los peces se alimentan de las larvas, y a su vez, estos peces y otras especies llegan a nuestra mesa. 

Existen, por supuesto, otros vehículos para el consumo de microplásticos, como el agua que bebemos, sobre todo cuando es embotellada, la ropa que utilizamos, los detergentes, los productos de cuidado personal como la pasta dental e incluso algunos cosméticos[7], pero incluso hay investigaciones que han descubierto que están presentes en la leche materna.

La exposición de animales de laboratorio o cultivos celulares a MP ha mostrado que estos componentes producen inflamación y citotoxicidad, esto significa que hay estrés oxidativo, lesión celular, función alterada de las membranas, genotoxicidad (esto es dañar material genético) e incluso pueden llegar a provocar inmunotoxicidad a nivel celular, es decir, daño celular al sistema inmune.

Aunque la ONU ha declarado que aún no hay suficiente evidencia para considerar que la salud humana está en riesgo por los MP, hay líneas de investigación que buscan entender los posibles efectos tóxicos relacionados con los mecanismos obesogénicos de los microplásticos. [8]

La obesidad es una epidemia que afecta a más de mil millones de personas y México ha estado ocupando los primeros lugares en sobrepeso y obesidad. Un 70% de los mexicanos presenta sobrepeso y casi una tercera parte sufre de obesidad.[9]

Aunque es importante recordar que la obesidad es un problema multifactorial, está asociada con la exposición a obesógenos y, como ya se ha demostrado en investigación en ratones, los microplásticos provocan alteraciones en el equilibrio energético y en el metabolismo de los lípidos por lo que existe la hipótesis de que los MP pueden estar contribuyendo a la pandemia mundial de obesidad . [2]

Relación con los plásticos

En el Institute for Obesity Research del Tecnológico de Monterrey, se investiga, por medio de análisis bioinformáticos, la búsqueda de microorganismos y nuevas enzimas capaces de degradar plásticos

Se han aislado e identificado, en suelos y aguas contaminadas por plásticos, bacterias y hongos que se han adaptado y han sido capaces de producir enzimas degradadoras de este material. Incluso estos microorganismos son capaces de utilizarlo como fuente de carbono y energía, es decir, lo utilizan como alimento. [10] Esta información resulta alentadora ya que se permite aplicar tecnologías sostenibles para tratar este tema.

Como Cecilia Treviño, investigadora del Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing, lo explica, el plástico es el material más perfecto, sin embargo, el error ha radicado en que no se ha utilizado de manera sustentable.

Las líneas de investigación actuales, desde distintas disciplinas, no solo buscan documentar el daño que causa una mala gestión del plástico, sino también encontrar vías y propuestas para corregir ese camino.

Los avances biotecnológicos brindan soluciones que van desde la producción de sustitutos de este material, transformar los plásticos en nuevos productos, incluso propuestas de sistemas de biorremediación eficientes permitiendo generar mediante economía circular su máximo aprovechamiento.

Referencias

1. Shi, S., Zhang, J. J., Gong, J., & Zhao, B. (2022). Benefits from disease-burden reduction for type 2 diabetes and obesity through comprehensive regulatory restrictions on phthalate use in China. One Earth, 5(4), 380-391

2. Kannan, K., & Vimalkumar, K. (2021). A review of human exposure to microplastics and insights into microplastics as obesogens. Frontiers in Endocrinology, 12, 724989.

3. World Health Organization. (09 junio, 2021). Obesidad y sobrepeso. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight

4. Geyer, R., Jambeck, J. R., & Law, K. L. (2017). Production, use, and the fate of all plastics ever made. Science advances, 3(7), e1700782.

5. Samak, N. A., Jia, Y., Sharshar, M. M., Mu, T., Yang, M., Peh, S., & Xing, J. (2020). Recent advances in biocatalysts engineering for polyethylene terephthalate plastic waste green recycling. Environment International, 145, 106144.

6. Pastorelli, G., Cucci, C., Garcia, O., Piantanida, G., Elnaggar, A., Cassar, M., & Strlič, M. (2014). Environmentally induced color change during natural degradation of selected polymers. Polymer degradation and stability, 107, 198-209.

7. Khoironi, A., & Anggoro, S. (2019). Evaluation of the interaction among microalgae Spirulina sp, plastics polyethylene terephthalate and polypropylene in freshwater environment. Journal of Ecological Engineering, 20(6).

8. World Health Organization (28 agosto, 2019). Microplastics in drinking-water. Recuperado de: https://www.who.int/publications/i/item/9789241516198

9. Gobierno de México- Secretaría de Salud. (04 de marzo, 2022). Obesidad, enfermedad multifactorial y compleja que requiere estrategias globales. Recuperado de: https://www.gob.mx/salud/prensa/108-obesidad-enfermedad-multifactorial-y-compleja-que-requiere-estrategias-globales?idiom=es#:~:text=La%20pandemia%20por%20COVID%2D19,salud%20y%20disminuye%20la%20productividad%2C

10.  Tanasupawat, S., Takehana, T., Yoshida, S., Hiraga, K., & Oda, K. (2016). Ideonella sakaiensis sp. nov., isolated from a microbial consortium that degrades poly (ethylene terephthalate). International journal of systematic and evolutionary microbiology, 66(8), 2813-2818.

Autora

*Silvia María Aldana Salazar. Estudiante de doctorado en Biotecnología por la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey. Sus principales intereses de investigación son el estudio de microorganismos y sus aplicaciones en remediación y cuidado del ambiente. Una de las actividades que realiza es la divulgación científica.

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