Ser mexicano es un orgullo. Saboreamos nuestro pozole. Cada dos de noviembre nos burlamos de la muerte. Las acrobacias de los voladores de Papantla nos hacen contener la respiración. Se nos enchina la piel cuando escuchamos el huapango de Moncayo, pero hay algo dentro de nosotros que nos define y aún es un misterio: nuestro genoma, el interior de nuestro ADN.

Esta es la pregunta que el proyecto oriGen busca resolver. Pero, para lograrlo, necesitan de 100,000 mexicanos dispuestos a participar.

Proyecto oriGen, único en su tipo

De todos los análisis que existen en el mundo, menos del 1% se ha hecho en poblaciones latinoamericanas. Esto se debe, principalmente, a que los países de América Latina no contaban con la infraestructura para realizar estudios genómicos de la magnitud que lo hacen los países del Norte global.

Hace dos años, Guillermo Torre, rector de TecSalud, con Víctor Manuel Treviño-Alvarado, y Elena Cristina González Castillo −ambos investigadores y profesores del Tecnológico de Monterrey−, concibieron la idea de un proyecto que nos permita conocer a la población mexicana a mayor profundidad, genómicamente hablando.

El proyecto OriGen busca secuenciar el genoma de 100,000 mexicanos en 17 ciudades del país. De acuerdo con Pablo Kuri Morales, director del proyecto desde marzo de 2022, “es un proyecto extraordinario y único en México y Latinoamérica”.

Kuri Morales es reconocido como uno de los principales expertos en emergencias, seguridad en salud y pandemias. En 2009, participó en los trabajos de respuesta epidemiológica ante la emergencia de influenza AH1N1; ocupó el cargo de subsecretario de Salud federal durante siete años y fue profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante más de tres décadas.

En entrevista con TecScience explica que este no es el primer proyecto que ha buscado hacer estudios genéticos de la población mexicana.

El Instituto Nacional de Medicina Genómica ha mapeado los genes mexicanos, al igual que el Biobanco Mexicano de Enfermedades Metabólicas, entre otros.

Sin embargo, oriGen es único por la cantidad de personas a las que se secuenciará, el hecho de que se les seleccionará de manera aleatoria, en un rango de edad que va de los 18 a los 70 años y a que representarán a la población del sur, centro y norte del país.

Un sistema de salud preventivo y no solo reactivo

En países como Inglaterra, Canadá y Estados Unidos, tener mapeado el genoma de su población les ha permitido generar estrategias preventivas, ajustadas específicamente a su gente, para evitar que desarrollen enfermedades graves. Esto ha aumentado su calidad de vida, significativamente.

En México, de acuerdo con Rocío Alejandra Chávez Santoscoy, investigadora y profesora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey y miembro del proyecto oriGen, en el país existe un sistema reactivo que actúa cuando las personas ya están enfermas y necesitan cuidados que muchas veces son difíciles, costosos y desgastantes.

Para ella, esta no es una estrategia efectiva ya que −hasta la fecha− las enfermedades que más aquejan a la población mexicana, como la diabetes y la obesidad, siguen aumentando. “La única forma de mejorar es a través de la prevención y la única forma de prevenir es conocer”, dice en entrevista con TecScience.

Una vez secuenciados los genomas de los 100,000 mexicanos, la información quedará resguardada en un biobanco al que podrán acceder investigadores y científicos, que busquen profundizar la investigación sobre la relación de ciertos genes con otros factores de la población, como el medio ambiente, la economía o alimentación de los mexicanos. Servirá como base para un sinfín de investigaciones y mejorías en el sistema de salud.

Los primeros pasos

Después de dos años de planeación, el proyecto finalmente está listo para salir a campo y comenzar a tocar las puertas de los mexicanos para que accedan a formar parte de oriGen. El piloto, que comenzó el 16 de enero de 2023, buscará secuenciar el genoma de entre 1,000 y 1,500 personas de cuatro municipios de la zona metropolitana de Monterrey.

Esta etapa tomará entre uno y dos meses; el equipo prevé que les mostrará los ajustes que hay que hacer para que todo salga bien de aquí en adelante. “Para llegar al paso 100,000 hay que dar el paso uno”, dice Kuri Morales.

El próximo objetivo es que, en junio o julio de 2023, estén secuenciados los genomas de 16,000 mexicanos. Para 2025, planean tener secuenciados los 100,000.

El protocolo consiste en una etapa de recolección de muestras, en donde un equipo capacitado y experto asistirá a las casas, seleccionadas al azar, a extraer sangre de los miembros de la familia. “Las personas que van a visitarlos en sus hogares tienen mucha experiencia haciendo esto, no es cualquier persona”, enfatiza Chávez Santoscoy.

Después, se les realizará un cuestionario de alrededor de 500 preguntas, basado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), preguntas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del UK Biobank.

Se busca recabar información sobre los antecedentes de enfermedades familiares, estilo de vida, consumo de alcohol o tabaco y otros aspectos de su vida que podrían afectar su salud. Esto les permitirá a los investigadores relacionar la información genética secuenciada con estos hábitos.

Una vez en el laboratorio, la sangre recolectada es enviada a un laboratorio que aísla el ADN de las células. Después, el ADN es enviado al laboratorio de Chávez Santoscoy, donde la información es secuenciada.

El ADN es una molécula muy larga que contiene una gran cantidad de información. Para poder interpretar esa información, los científicos colocan las muestras en máquinas especializadas en digitalizar la información genética, para que esta pueda ser decodificada, ordenada e interpretada por los expertos. “Tengan la tranquilidad de que toda la información será debidamente resguardada y confidencial”, dice Chávez Santoscoy.

Como parte del protocolo, los investigadores realizarán análisis de sangre para saber cómo está la glucosa, triglicéridos y otros indicadores de salud de los participantes y les regalarán una recomendación de alimentación con base en sus resultados.

Ayudar a otros

Para el equipo de oriGen, el proyecto es el fruto de años de una cuidadosa planeación e investigación. También, es producto de un interés genuino por contribuir a que la población mexicana esté más sana, tenga una mejor calidad de vida y pueda vivir muchos años sin grandes complicaciones médicas.

Las personas que accedan a donar su sangre y contestar el cuestionario, formarán parte de una iniciativa que podría traer cosas muy buenas para los mexicanos.

“Todos tenemos un pariente, un conocido que tiene cáncer obesidad, diabetes y que eso ha disminuido su calidad de vida”, reflexiona Chávez Santoscoy.

Al formar parte de un proyecto como este, los participantes estarán formando parte del cambio y ayudando a sus seres queridos y los de otros. “Van a contribuir a mejorar la salud de la población”, asegura Pablo Kuri.