La Catharanthus roseus o “teresita” es una planta muy común, seguramente, muchos la hemos visto en la calle, pero uno de sus compuestos está catalogado como medicina esencial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la atención del cáncer.
Carlos Eduardo Rodríguez López, investigador en biotecnología de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey, explica que la vinblastina es un compuesto muy complejo para crearse en un laboratorio por lo que, desde hace décadas, se trabaja para entender cómo la planta “teresita” logra producirlo.
Aunque la planta es muy común, se necesitan más de 2,000 kilogramos de hojas secas para producir 1 gramo de este compuesto. La escasez de medicamentos oncológicos de 2019 −que duró hasta 2021− se debió principalmente a los retrasos en el suministro de vinblastina, según la Agrupación Mexicana de Oncohematología Pediátrica (AMOHP).
La vinblastina es un fármaco de quimioterapia usado para tratar diferentes tipos de cáncer, incluyendo linfomas, vejiga, mama, testicular y sarcoma de Kaposi. También está recomendada para la atención de cáncer infantil.
Es un compuesto que pertenece a una clase de medicamentos llamados alcaloides de vinca. Su acción consiste en retardar o detener el crecimiento de células cancerosas en el cuerpo.
Sin embargo, la planta en sí misma no puede beneficiar a un paciente con cáncer, solamente el compuesto de forma aislada, utilizada en una quimioterapia.
Anticancerígeno en la naturaleza
Junto con la investigadora Delia Serna Guerrero, también del Tec, Rodríguez participa en una investigación multidisciplinaria cuyo objetivo es entender el proceso químico que lleva a cabo la Catharanthus roseus para producir vinblastina.
“Se llegó a una secuenciación a nivel cromosoma. Con varias tecnologías podemos aislar una sola célula y secuenciarla para ver qué instrucciones están corriendo en esa célula de la hoja”, explica Rodríguez López.
Los investigadores lograron entender cómo, a través de tres tipos celulares dentro de la hoja —pues las células son distintas según su función y ubicación—, se produce vinblastina. Para explicarlo, el especialista en biotecnología utiliza la metáfora de una fábrica en la cual hay que entender la línea de producción:
“Tienes obreros especializados y queremos darnos cuenta de la línea de producción y vimos que está en tres partes distintas. La que está cerca de las venas de la hoja, luego estos pasan la producción a quienes están en la epidermis y luego están los idioblastos que es el almacén donde termina el producto (vinblastina)”, dice.
Sin embargo, “teresita” sigue conservando algunos misterios, pues no se sabe con exactitud para qué produce vinblastina. Uno de los objetivos de esta investigación a futuro es comprender la razón.
“Lo importante también es la metodología para ahora empezar a aplicar esto a otras plantas. Es como un mapa, pues ya llegamos a una resolución de una sola célula”, comenta Rodríguez López.
En el futuro, dice, podría modificarse la planta para lograr que produzca mayores cantidades de vinblastina.