El cáncer está entre las tres principales causas de muerte en México. En 2022, alrededor de 69 personas por cada 100 mil habitantes fallecieron a causa de tumores malignos, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). A unos miles de kilómetros, en Cuba, el veneno del escorpión azul –especie endémica–, ha sido utilizado por habitantes de esa isla como un remedio tradicional natural para tratar esta enfermedad.
Investigadores del Tec de Monterrey colaboran con la empresa LIFESCOZUL, que produce este compuesto en ese país, para estudiar extractos del veneno de este alacrán y analizar su efecto anticancerígeno en las células con la idea de que, en el futuro, pueda ser una opción para pacientes que requieren atención oncológica.
Esto es parte del proyecto BioVen, en el grupo de investigación Nutriomics, donde participan científicos de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, y de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tec.
César Puente, investigador del proyecto, le dice a TecScience que se hacen examinaciones con péptidos (proteínas) presentes en el veneno del escorpión Rhopalurus junceus, por su nombre científico.
“Hay estudios previos de caracterización del veneno en otros países; nuestro equipo viene a sumar información, y estudiar cuáles son los efectos y los mecanismos con los que estos péptidos tienen esta acción anticancerígena”, comenta el investigador.
Así funciona el veneno en las células cancerígenas
Tratar enfermedades con extractos de veneno del escorpión azul es parte de un conocimiento milenario que ha perdurado por generaciones en Cuba, dice Puente. En México, es considerado como un compuesto homeopático. Precisamente, uno de los objetivos de esta investigación es llevarlo a la categoría alopática, es decir, que pueda ser catalogado como un tratamiento farmacéutico.
Algunos venenos tienen efecto sobre canales de sodio y potasio que están presentes en células cancerígenas, agrega Puente. Al modular estos canales, se podrían generar mecanismos que ocasionen la muerte celular afectada y, por ejemplo, regular y ajustar las dosis del veneno.
Los investigadores estudian cómo los péptidos de este veneno pueden causar procesos de apoptosis o de necrosis (tipos de muerte) en células cancerígenas y no en tejidos sanos.
“El péptido del veneno puede hacer que se muera la célula: que explote (necrosis), o que genere una serie de respuestas dentro de ella y la programan para que se mate, es decir, que genere su propia extinción (apoptosis). Nos aseguramos de que las células que mutan y generan la multiplicación del cáncer sean las que son propensas a estos procesos”, dice Puente.
El equipo valida una plataforma de química analítica que permite evaluar a los péptidos para luego hacer ensayos in vitro (no en seres vivos) con extractos del veneno en células con cuatro tipos de cáncer: mama, próstata, hígado y pulmón.
A través de estos modelos, los investigadores también podrán conocer si hay una afinidad de los péptidos por diferentes tipos de cáncer. Puente señala que probablemente para febrero o marzo de 2025 estarían obteniendo los primeros resultados de este proyecto.
Se hacen ensayos para replicar efectos del veneno
Los primeros análisis realizados en el veneno de escorpión azul los hicieron científicos de la Universidad de Talca, en Chile, con el que la empresa también firmó un convenio de investigación. Sus análisis han servido a los científicos del Tec para corroborar resultados y determinar los mecanismos que impactan en las células cancerosas.
Después de los ensayos in vitro, el proyecto tiene por objetivo replicar los resultados en estudios in vivo que han hecho colegas chilenos, es decir, con modelos animales, platica Fabiola Castorena, investigadora de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud.
“Otro grupo de investigación, previamente, estudió en un modelo animal de qué forma el extracto del veneno reducía el volumen de un tumor. Ellos evaluaron un modelo de cáncer de mama y vieron que los extractos reducen el tamaño del tumor. Lo que hace el veneno es no permitir que las células proliferen y se genere masa tumoral”, explica Castorena.
El equipo del Tec buscará corroborar estos resultados en modelos de cáncer de hígado, para entender cómo el extracto del veneno interactúa, no solo con las células de cáncer aisladas, sino en un organismo.
Puente platica que el veneno es proporcionado por la empresa, previamente caracterizado y analizado para que contenga la misma cantidad de extracto. Este se obtiene de las glándulas de especímenes de este escorpión que cumplen con ciertos criterios para su selección.
“Esta investigación nos da las bases para poder encontrar moléculas puras y tener una terapia dirigida y segura”, dice Castorena.
El desafío de abastecer a millones de pacientes
Al ser una especie endémica de Cuba, el escorpión azul cuenta con las condiciones para crecer solo en esa región, sin embargo, empresas como LIFESCOZUL desarrollan criaderos y estrategias de traslado para cumplir con la demanda del veneno de este alacrán, dice Puente.
Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en 2022 hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer y 9.7 millones de muertes.
Por otro lado, y con un enfoque hacia el futuro, se podría encaminar la investigación a desarrollar e implementar tecnologías de biosíntesis para replicar este tipo de péptidos, comenta Silverio García, científico de la Escuela de Ingeniería y Ciencias.
“En el futuro se espera que se puedan diseñar varios péptidos que tengan esta capacidad y lo podamos hacer en el laboratorio. Hemos aislado y sintetizado péptidos que vienen del maíz e incluso de otros venenos”, dice García.
Para desarrollar esta plataforma será necesario saber qué bioactividad es la que se va a evaluar y para qué enfermedades, así como contar con moléculas de un grado farmacéutico que sean eficaces y seguras para los pacientes.
“Una de las finalidades del grupo es ser referencia como plataforma para validar ese tipo de (tratamientos) terapéuticos, porque, por ejemplo, esa es la finalidad de ellos, no ser un homeópata o un remedio, sino dar certeza de que tiene esta acción y que sea replicable”, agrega Puente.
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