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“Queremos ser el catalizador que impulsa las alianzas y acelera la innovación”: VP de Investigación en el Tec

Tras dos décadas en la industria energética global, Javier Guzmán regresa a México para impulsar, desde el Tec de Monterrey, un ecosistema científico con impacto social.
Javier Guzmán.
Javier Guzmán es vicepresidente ejecutivo de Investigación del Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey. (Foto: Alejandro Salazar)

Hace más de 20 años, Javier Guzmán dejó su hogar en México e inició un viaje que lo llevó a liderar equipos de investigación en una de las empresas con mayor impacto en la industria energética a nivel mundial.

Uno de los aportes que lo hacen sentir más orgulloso es un proyecto de ciencia aplicada que comercializó una tecnología para refinerías y plantas químicas con la que, ahora, se producen combustibles más limpios y que, además, genera empleos para más gente.

Hace poco regresó al país como vicepresidente ejecutivo de Investigación en el Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey, donde busca compartir toda su experiencia en la industria para potenciar el ecosistema científico y ayudar a generar soluciones con impacto real y beneficios para la sociedad.

Guzmán, químico de formación, trabajó más de 15 años en ExxonMobil, donde ocupó roles de alto nivel en temas de investigación y liderazgo estratégico. Allí, promovió la colaboración con varios centros de investigación energética en universidades como Stanford, Princeton y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).

“Encuentro muchas similitudes con universidades de alto renombre en investigación —con las que colaboré desde la parte de la industria—, por ejemplo, en la excelencia académica, el sentimiento de emprendimiento y en la fortaleza que viene desde nuestro equipo de liderazgo para la apuesta en la investigación y apoyo a la labor científica”, comenta el vicepresidente ejecutivo.

Javier Guzmán promueve un enfoque de ciencia aplicada para el ecosistema de investigación del Grupo Educativo para que el conocimiento científico se traduzca en beneficios y desarrollo para la sociedad. (Foto: Alejandro Salazar)

Convertir desventajas en oportunidades

Para Guzmán, el contexto del Tec en México, aunque distinto al de universidades en Europa o Estados Unidos y a veces visto como una desventaja, representa una oportunidad que debe aprovecharse.

Dice que los mexicanos son conocidos en todo el mundo por su habilidad para encontrar soluciones, aún cuando los recursos puedan ser escasos en comparación con otras regiones.

Guzmán es ingeniero químico por la Universidad Autónoma Metropolitana, hizo un doctorado en la Universidad de California en Davis (UC Davis), y realizó estudios posdoctorales en el Instituto de Tecnología Química de Valencia, en España. En la industria energética lideró equipos con más de 1,500 científicos e ingenieros, recientemente fue nombrado presidente de la North American Catalysis Society, y es miembro del Basic Energy Sciences Advisory Committee del Departamento de Energía de Estados Unidos. Además, cuenta con más de 30 patentes y aplicaciones de patente en Estados Unidos, y más de 60 publicaciones científicas.

Como vicepresidente ejecutivo de Investigación del Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey, comparte su visión sobre cómo este ecosistema científico puede incidir en el bienestar y desarrollo de la sociedad: con innovación y fortaleza en investigación aplicada, por ejemplo, a través de una mayor interacción con la industria para juntos hallar soluciones a los problemas que afectan a la sociedad. 

También, potenciar el alcance en diferentes áreas de investigación, como salud o en temas de medio ambiente, manufactura avanzada, líneas de suministro y movilidad.

Además, busca impulsar la internacionalización para que el Tec sea un referente mundial en investigación al fortalecer y avanzar en las interacciones y alianzas estratégicas con otras universidades y centros científicos.

“Existen oportunidades de innovar en sectores que quizá no han tenido suficiente visibilidad. Eso no significa que no estemos trabajando en ellos, sino que podemos enfocarlos mejor y potenciar su desarrollo”.

Por ejemplo, sobre el proyecto oriGen, en el que los investigadores lograron recopilar información genética de 100,000 mexicanos, explica que el siguiente paso es impulsar proyectos que aprovechen y potencien esos datos genéticos mediante la investigación en salud y el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y la ciencia de datos.

Colaborar con la industria

En cuanto a fortalecer la relación entre el ecosistema de investigación y la industria, Guzmán considera que, aunque aparentemente son mundos separados que están en conflicto, ambos se pueden complementar.

Hoy busca impulsar en el Tec estrategias que faciliten el entendimiento mutuo, pues, aunque pueden tener misiones diferentes, un punto donde se cruzan está en la investigación, ahí es posible encontrar ejes y objetivos comunes.

“Cuando trabajamos juntos podemos hacer grandes cosas. Parte de mi trabajo anterior era coordinar que las universidades, los centros de investigación y la industria —no solo en la que yo estaba, sino otras alrededor— se juntaran para encontrar consensos y áreas temáticas que sirvieran para todos, y cuando se lograba realmente se generaba mucho valor científico y comercial”.

Guzmán también destaca la apuesta del ecosistema del Tec por impulsar el emprendimiento de base científico-tecnológica —con más de 26 empresas creadas— y por generar espacios como el edificio Expedition FEMSA, donde el talento, la investigación y la inversión se unen para dar origen a nuevas startups.

Ser el catalizador para que las reacciones ocurran

El siguiente paso, dice, es aprender de los ecosistemas internacionales que ya se han consolidado, tomando de ellos sus mejores prácticas y promoviendo la colaboración con distritos de innovación en otras regiones del mundo. Además, la institución se enfoca en atraer a grandes inversionistas para que conozcan el potencial de las innovaciones para el desarrollo de nuevas tecnologías, servicios y también empleos.

“Nuestro talento es igual o mejor que el que encuentras en cualquier otro país. Al igual que en la química, tenemos que promover esas ‘colisiones’ —entre las moléculas—, para que las reacciones ocurran; ser ese catalizador que hace que las cosas pasen más rápido. No tengo duda que tenemos la capacidad y la investigación a ese nivel; hay que hacer que esas alianzas internacionales sean esta forma de contacto y de potenciar la investigación”.

El camino, dice, es ser estratégicos al elegir colaboraciones que sean de valor —en el corto o largo plazo— para la otra universidad o instituto, y para el Grupo Educativo Tecnológico de Monterrey, por ejemplo, a través del conocimiento de profesores e investigadores y la excelencia de alumnos capaces de trabajar en cualquier lugar del mundo.

Muchas de las tecnologías que las personas ven como algo normal y de uso cotidiano, como teléfonos inteligentes, tratamientos y dispositivos médicos, y recientemente coches eléctricos e Inteligencia Artificial, en algún momento, fueron producto de avances en ciencia aplicada.

Nacieron en el laboratorio y, al paso de los años, fueron transferidas a la sociedad para que se beneficiara de ellas, destaca Guzmán. Esa es la historia que busca replicar con su regreso a México para, a través de la investigación en diferentes áreas, definir cómo será el mundo en las próximas décadas.

“(A futuro) quisiera que esta investigación que hacemos en el Grupo Educativo logre impactar en la sociedad, en nuestras comunidades, en las empresas en las que trabajamos y en los gobiernos. Creo que vamos en ese camino, tenemos metas que vamos a ir cumpliendo para llegar a eso; es una visión a largo plazo, una visión de que esta investigación se puede hacer y también tener una incidencia en la sociedad”.

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Autor

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