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Industria y universidad: vinculación clave para el desarrollo 

El director del Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing repasa la estrategia de relacionamiento que el Tec ha establecido con la industria para dar grandes pasos que beneficien a la sociedad y al país en su conjunto.
Retrato a lápiz de hombre de mediana edad con lentes
Promover la investigación, desarrollar tecnologías innovadoras, transferir el conocimiento son algunos de los beneficios de esta relación. (Ilustración: Tavo Montañez/TecScience)

Por Arturo Molina

La colaboración entre la industria y la universidad es un pilar fundamental para el desarrollo tecnológico, el progreso científico y el crecimiento económico. Esta sinergia beneficia en ambos sentidos al permitir la formación de profesionales altamente capacitados, el avance de la investigación, el desarrollo de tecnologías innovadoras, la transferencia de conocimiento y la promoción del emprendimiento científico tecnológico. 

En el Tec de Monterrey hemos definido un modelo de vinculación con la industria que incluye las siguientes estrategias, las cuales permiten obtener beneficios que impactan en diversos aspectos a la sociedad. 

1. Formación especializada y adaptada a las necesidades de la industria: los programas académicos, como el modelo Tec21, se han ajustado a las demandas del mercado laboral. La industria proporciona información actualizada sobre las habilidades y competencias requeridas, lo que asegura que los graduados estén mejor preparados para enfrentar los desafíos profesionales y las tendencias tecnológicas emergentes. 

2. Impulsar la investigación y desarrollo de tecnología: la cooperación científica fomenta la investigación conjunta en áreas de interés mutuo. La industria identifica problemas reales que requieren soluciones innovadoras, y el Tec aporta su experiencia en investigación y recursos para abordar estos desafíos. En el Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing, por ejemplo, colaboramos en los retos importantes de la empresas relacionados con el desarrollo de nuevos materiales, uso eficiente de energía, reducción de las emisiones, optimización del uso de agua, gestión del manejo de residuos y operación óptima de procesos de manufactura para hacerlos más sustentables.

3. Favorecer la transferencia de tecnología y conocimiento: las universidades desarrollan tecnologías y descubrimientos que pueden tener aplicaciones comerciales, y la industria los puede aprovechar para mejorar sus procesos o desarrollar nuevos productos y servicios, como es el caso del Tec que ha transferido diversas patentes a la industria.

4. Estimular el emprendimiento científico tecnológico: los investigadores y estudiantes con ideas innovadoras pueden recibir apoyo, mentoría y recursos para convertir sus descubrimientos en empresas exitosas. Estas startups tienen el potencial de generar empleo, impulsar la economía y contribuir a la solución de desafíos sociales y ambientales. Actualmente, el Tec promueve varios programas de emprendimiento científico-tecnológico.

5. Fortalecer la competitividad industrial: las empresas que colaboran con el Tec de Monterrey tienen acceso a conocimientos especializados y tecnologías de vanguardia. Esto les brinda una ventaja competitiva en el mercado, al permitirles innovar más rápidamente y ofrecer soluciones superiores. Por ejemplo, el acceso a los Core Labs en las áreas de Inteligencia Artificial, Ciencia de Datos y Manufactura Aditiva.

6. Contribuir al desarrollo regional y nacional: la creación de centros de investigación conjuntos, parques tecnológicos y colaboraciones entre empresas y universidades estimulan el crecimiento económico y la generación de empleo en la región. Además, el avance tecnológico impulsa el desarrollo de sectores estratégicos y contribuye a la competitividad global del país. El Tecnológico de Monterrey impulsa este desarrollo a través de sus distritos de innovación en sus campus de Monterrey y Ciudad de México.

La vinculación entre la industria y las universidades es esencial para el desarrollo tecnológico, la formación especializada, la investigación y la promoción del emprendimiento científico tecnológico. Esta colaboración fortalece la competitividad de las empresas, impulsa la innovación, promueve el crecimiento económico y resuelve problemas sociales y ambientales. 

Es vital que los gobiernos, las instituciones académicas y las empresas trabajen en conjunto para fomentar y apoyar esta colaboración, asegurando así un futuro próspero y sostenible para la sociedad en su conjunto.

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