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¿Qué pasa con los paneles solares al final de su vida útil?

(Foto: Adobe Stock)

Por Carlos Vargas

La energía solar fotovoltaica ha tenido una aceptación increíble a nivel global, y sobre todo en los Estados Unidos, a pesar de distintas vertientes políticas que hemos experimentado en años recientes. De hecho, Estados Unidos es uno de los mayores mercados para energía solar fotovoltaica, solamente por detrás de China y adelantando a Alemania e India.

A pesar de que los paneles fotovoltaicos entraron a este mercado en los años 70, no tomaron verdadera relevancia hasta hace unos 20 años. Y fue solo hasta entonces que la energía renovable entra a la agenda, con el fin de reducir emisiones de gases de efecto invernadero, pero también con el fin de promover una menor dependencia en combustibles fósiles.

Entre 1999 y 2017, se instalaron unos 26.6 mil megavatios de energía fotovoltaica en Estados Unidos, 69.8% de ellos solo durante el periodo de 2013 a 2017, y el 11.4% de los cuales corresponden al año 2017. De hecho, la instalación de paneles solares entre los años 1999 y 2017 creció en 84.4% en promedio para ese periodo. Y la capacidad solar fotovoltaica instalada en los Estados Unidos continúa creciendo.

Como podemos ver en la gráfica, se espera que se produzcan cientos de miles de toneladas de chatarra de paneles solares entre 2024 y 2042, y esto solamente si consideramos que los paneles entren en desuso después de su vida útil estimada de 25 años, pero podría adelantarse en caso de que los paneles fueran dañados por eventos climatológicos, obsolescencia tecnológica o financiera, daños físicos, etc., ya que existen varios supuestos como los antes mencionados que pudieran resultar en el desmantelamiento acelerado de los paneles y resultar en estimaciones todavía más altas.

El reciclaje de paneles solares

El reciclaje de paneles solares parece ser un campo bastante inexplorado en el mundo. Aunque algunas áreas como la Unión Europea tienen normativas que establecen criterios para el reciclaje de equipos eléctricos, incluyendo los paneles, lo cierto es que estos últimos suelen ser difíciles de manejar por ser voluminosos y pesados. La situación parece todavía más desafiante en los Estados Unidos, que ha comenzado a tomar algunas acciones para definir una agenda de reciclaje, como es el caso de California, que ya cuenta con un genérico intento de regulación al respecto, no obstante, todavía no existen reglas claras, ni completas para la implementación del reciclaje de paneles solares.

Pero la industria es quien ha tomado algunos pasos importantes, y ha comenzado a invertir en los primeros intentos de plantas de reciclaje para paneles solares. En concreto, la empresa First Solar, el mayor proveedor estadounidense de paneles solares, y organizaciones como PV Cycle que ofrecen, según su sitio web, “gestión de residuos y cumplimiento legal servicios para empresas y contenedores de residuos de todo el mundo”.

Estas dos empresas representan los primeros indicios de acción a favor de generar la infraestructura necesaria para reciclar los paneles que serán desechados en el futuro. De hecho, un esfuerzo conjunto del conglomerado compuesto por Veolia y PV Cycle France resultó en el primer plan europeo de reciclaje de paneles solares en Francia en 2018 y la primera planta de reciclaje de paneles solares en el mundo. Y según un comunicado interno del conglomerado, la instalación estaba preparada para reciclar cerca 1,300 toneladas de paneles solares en 2018, que eran el estimado de los paneles solares que alcanzarían el final de su vida útil en Francia para ese año, pero ya contemplaban aumentar su capacidad instalada hasta unas 4,000 toneladas en 2022.

La racional del reciclaje

Las características físicas de los paneles suelen con frecuencia exceder las especificaciones para su desecho en vertederos de basura. No solamente por su peso y volumen, sino también por contener componentes que no son aceptables para desecho sin tratamiento previo. Esto es uno de los mayores argumentos a favor del reciclaje. Independientemente de eso, los paneles se componen principalmente de cobre, aluminio, vidrio y silicio, que son materiales fáciles de reciclar y que tienen un interesante valor de venta en el mercado.

De acuerdo con algunos expertos, los paneles más comunes, de silicio cristalino, que representan del 85 al 90% del mercado, no contienen metales preciosos, sin embargo, representar una oportunidad importante de recuperación y venta de materiales en volumen. Por ejemplo, el equipo para producir 1 MW de energía con esta tecnología puede pesar alrededor de 75 toneladas en promedio y el reciclaje de los paneles puede llegar a ser bastante eficiente, y alcanzar del 78% a cerca del 100% de eficiencia para algunos componentes. Lo cual puede resultar en una atractiva alternativa de inversión con un potencial de retorno atractivo.

Un panorama soleado al final del camino

La energía solar es una de las formas más comunes de energía renovable, y comúnmente clasificada como energía verde. Los beneficios económicos y ambientales resultantes de la producción de energía a partir de paneles fotovoltaicos son ampliamente estudiados y su conveniencia es difícil de cuestionar. Sin embargo, esta afirmación se refiere solamente a la operación de los paneles, pero deja de lado el resto de su ciclo de vida de los paneles fotovoltaicos. Y como cualquier otra forma de producción de energía, tiene sus desventajas y puede producir una cantidad de residuos.

Afortunadamente, la vida útil de los paneles es bastante larga y programable, mientras que la ubicación de donde son instalados suele también ser conocida, y a pesar de ser equipos voluminosos y pesados que son difíciles de transportar, estas mismas características son ventajas que permiten su manejo de largo plazo en caso de tomar las medidas pertinentes, apropiadas y oportunas. Y esto ofrece importantes oportunidades de reutilización y reciclaje, que pudieran también resultar en atractivas oportunidades de inversión.

El autor

Carlos Vargas es Doctor en Economía Financiera. Es profesor investigador de la Escuela de Negocios, de la EGADE Business School, del Tec de Monterrey. Tiene experiencia en finanzas sostenibles, energías renovables, análisis financiero, economía del desarrollo y finanzas inmobiliarias. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. carlos_vargas@tec.mx

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