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La nueva red universitaria que busca soluciones científicas para la crisis climática

La declaratoria incluye formar a juventudes preparadas ante la crisis climática, generar soluciones desde la investigación científica y promover el diálogo social.
imagen de la cumbre de rectores
La investigación científica interdisciplinaria es clave en esta alianza para comprender y enfrentar el cambio climático desde sus causas hasta sus impactos futuros. (Foto: Israel Pérez Vega / TecScience)

21 rectores y rectoras de universidades públicas y privadas formalizaron la creación de la Red Mexicana de Universidades por la Acción Climática.

Esta declaratoria compromete a las instituciones en:

  • Educación para formar a jóvenes conscientes y preparados frente a la crisis climática
  • Investigación para que, desde distintas disciplinas, se entienda mejor sus causas y efectos para proponer soluciones reales e innovadoras.
  • Difusión cultural para promover el aprendizaje colectivo, el diálogo entre sectores y la inclusión social
  • Compromiso institucional, que implica actuar desde dentro, reduciendo la huella de carbono y adaptándonos de forma responsable a los retos del presente y del futuro.

Entre los firmantes están el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el Colegio de México, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Universidad Anáhuac, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Juan Pablo Murra, rector del Tecnológico de Monterrey, dijo que remediar el daño provocado por el cambio climático es un problema no solo complejo y sistémico, sino que también constituye “un bien público, donde los beneficios serán colectivos y en el futuro y los costos son individuales y en el presente”, comentó.

Durante la lectura de la declaratoria en la Cumbre de Rectoras y Rectores de Universidades Mexicanas por la Acción Climática —realizada en la UNAM y organizada junto al Tec de Monterrey—, Murra explicó que esta Red “redundará en beneficios netos para nuestra sociedad, nuestra economía, nuestra seguridad climática y nuestra Nación”.

También calificó la situación como un wicked problem, concepto que describe un conflicto difícil de delimitar, con múltiples causas y sin una única respuesta correcta. Frente a ello, dijo, abordar el cambio climático requerirá de pensamiento integral, colaborativo y valiente.

“Creo que, si hay un lugar en México donde eso puede lograrse, es en las universidades, y qué mejor que hacerlo ahí, trabajando de forma conjunta”.

La investigación contra el cambio climático

Uno de los puntos clave de esta alianza es la investigación científica. Se busca producir, aplicar y difundir —desde distintas disciplinas— conocimientos y perspectivas indispensables para entender de mejor manera los orígenes, los efectos e impactos presentes y futuros del cambio climático.

Esto con el objetivo de construir nuevas y mejores soluciones a estos desafíos e implementarlas a través de la innovación, el emprendimiento, la certidumbre institucional y el desarrollo de políticas públicas eficaces.

Murra recordó que en el Tec se ha hablado públicamente sobre la crisis ambiental y climática desde hace más de 30 años y que se han implementado varias acciones hacia la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, agregó que asumir esos retos “no ha sido suficiente” para detonar el calibre que la situación demanda.

“Tenemos que ser innovadores para desarrollar las políticas públicas, las prácticas, la visión de consumo y modelo económico que tenemos, las tecnologías que requerimos para —no sé si es viable, factible o conveniente— llegar a cero, pero un número cercano a y muy lejos del número actual”, explicó.

Juan Pablo Murra, rector del Tec de Monterrey. (Foto: Israel Pérez Vega / TecScience)

“No se trata de una emergencia abstracta”

Por su parte, el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, calificó a las múltiples crisis socioambientales presentes como “un punto de inflexión civilizatorio“ que ponen en entredicho los fundamentos mismos del modelo de vida, consumo, producción y organización social.

“No se trata de una urgencia abstracta, sino de una responsabilidad insoslayable. Como rectoras y rectores, instituciones que formamos estudiantes cada año, reafirmamos que la educación superior debe desempeñar un papel decisivo en la transición hacia un modelo de desarrollo justo, regenerativo y con vocación crítica”, comentó.

Asimismo, Lomelí recordó que la emergencia climática no es una amenaza futura, sino una “injusticia presente“ que no afecta por igual a todas las personas. Mencionó que los grupos vulnerables son los primeros en sufrir sus consecuencias.

“Entre 1990 y 2020, el 10% más rico de la población mundial fue responsable del 66% del aumento de la temperatura global. El 1% más rico por sí solo da una quinta parte del calentamiento total. En contraste, el 50% más pobre apenas contribuyó con el 10% de las emisiones. Esta desigualdad es devastadora”, agregó.

En este contexto, dijo, las instituciones de educación superior no pueden permanecer neutrales.

“De ahí la importancia de esta cumbre que nos convoca y nos emplaza a refrendar un compromiso compartido. Trazar una hoja de ruta común porque ningún esfuerzo aislado será suficiente. Necesitamos alianzas interuniversitarias, colaboración multinivel e incidencia territorial”.

Añadió que desde las instituciones educativas se pude contribuir de manera concreta a mitigar la emergencia climática mediante una reforma curricular que incorpore transversalmente la sostenibilidad, la ética ambiental y la justicia socioecológica, la promoción de la investigación orientada a la aplicación, no solo al diagnóstico, el fomento de la participación y la agencia estudiantil como fuerza activa de cambio.

Al finalizar también agradeció al Tecnológico de Monterrey por su liderazgo en la Cumbre, al igual que a las demás instituciones participantes, así como a los académicos y estudiantes que se comprometen de igual forma con la agenda.

Ruta Azul, ejemplo de acción climática

Murra también compartió las acciones que emprende la institución y destacó al proyecto Ruta Azul del cual dijo sentirse orgulloso y que dio inicio hace cinco años.

“Hoy consumimos menos energía que hace cinco años, 60% de la energía es renovable, se consume menos agua, se mandan menos residuos a los rellenos sanitarios y se cuida mejor a los ecosistemas”, dijo.

Cerró con un mensaje de esperanza que fue bien recibido por otros rectores y ponentes: “Porque si no creemos los que estamos aquí reunidos que el futuro puede ser mejor, pues no vamos a ni siquiera intentar resolverlo”,.

“La esperanza viene de ver qué están haciendo otros y hoy mi esperanza crece de ver lo que están haciendo mis colegas en muchas universidades, así que les agradezco este espacio y con muchas ganas en lo personal y como Tec de seguir sumando con cada uno y cada una de ustedes”, finalizó.


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Autor

Picture of Estefania Camacho