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Terapia génica, una realidad contra enfermedades que causan ceguera

(Foto: Adobe Stock)

Por Guillermo Antonio Aranda Preciado, José Navarro Partida y Arturo Santos García

Gracias a los avances de las ciencias biomédicas de los últimos años, el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades se ha revolucionado, dando paso a una era en donde la medicina es cada vez más molecular, es decir, una medicina donde el manejo de la enfermedad se basa en la comprensión del funcionamiento de los genes, las proteínas y otras moléculas implicadas en el metabolismo de las células.

Un claro ejemplo de cómo la medicina molecular impacta el manejo actual de la patología humana, lo constituye el uso de la terapia génica para tratar la ceguera secundaria a mutaciones (cambios estructurales) de los genes involucrados en el proceso de la visión.

¿Qué es la terapia génica?

La terapia génica se puede definir como una técnica terapéutica mediante la cual se inserta un gen funcional (un gen sano) en las células de un paciente, con el propósito de corregir el mal funcionamiento de un gen que es estructuralmente defectuoso (gen mutado) causante de una enfermedad. Aunque pareciera la premisa de un largometraje de ciencia ficción, hoy en día esto ya es una realidad en nuestro medio.

La Food and Drug Administration, principal órgano regulador de alimentos, medicamentos biológicos y cosméticos en Estados Unidos de América, aprobó en el año 2017, la primera terapia génica en humanos. Se trata del producto denominado Luxturna®  (voretigene neparvovec-rzyl) una sofisticada e innovadora terapia que introduce el gen funcional denominado “RPE65” en las células de la retina de pacientes con distrofias retinianas hereditarias secundarias a mutaciones de este gen y que condicionan baja visual así como ceguera nocturna. Este evento, sin duda, se constituye como un acontecimiento histórico para la medicina puesto que abre la brecha para el ensayo y la aprobación de otras muchas terapias génicas.

Las enfermedades oftalmológicas y, en particular, las enfermedades hereditarias de la retina causantes de ceguera, son un foco importante para el desarrollo de terapias génicas. Esto debido a que el ojo es un órgano expuesto, de fácil acceso y además se encuentra aislado del resto del cuerpo por una barrera selectiva llamada barrera hematoretiniana, que impide el libre paso de sustancias entre el interior del ojo y la sangre.

Otro ejemplo del desarrollo de terapias génicas para la ceguera es el estudio “Xirius”, el cual versa sobre la utilización de terapia génica en pacientes con “retinosis pigmentaria”.

La retinosis pigmentaria es una enfermedad hereditaria que afecta primordialmente a los fotorreceptores de la retina, una capa dentro del ojo en su porción posterior que se encarga de transformar la información luminosa que llega hasta el globo ocular en señales eléctricas, las cuales posteriormente serán enviadas al cerebro mediante el nervio óptico. Por lo tanto, la retina es una estructura vital para la visión del ser humano.

La retinosis pigmentaria se presenta en aproximadamente 1/4000 personas y se caracteriza por una pérdida lenta y progresiva de la visión, que afecta al menos en sus etapas iniciales a la visión nocturna y periférica, ya que en los casos graves puede llevar a ceguera total.

Gracias a la ciencia, se han descubierto por lo menos 100 genes implicados en esta enfermedad y más de 2 mil mutaciones (cambios estructurales en los genes). Una de las principales mutaciones en esta enfermedad denominada “RPGR”, que ha llamado la atención de los científicos debido a su severidad y frecuencia relativamente alta. Por esta razón se han investigado varias opciones de tratamiento, siendo la terapia génica la técnica terapéutica más prometedora.

Los científicos descubrieron que podían modificar este gen afectado (RPGR) haciéndolo funcional y resistente a las mutaciones para posteriormente poder introducirlo en las personas con esta enfermedad, con lo cual se podría evitar su progresión. Sin embargo no es tan sencillo como parece, ya que para poder reintroducir este gen se necesita un vector, o mejor dicho, un “vehículo” para poder hacerlo llegar hasta el núcleo de las células afectadas.

En el estudio “Xirius”,  el vector que se utilizo fue un tipo de virus modificado en el laboratorio, denominado virus adenoasociado. En la prueba clínica de la terapia génica se incluyó a 18 pacientes que padecían retinosis pigmentaria con la mutación “RPGR”. En ellos  se introdujo mediante una inyección dentro del ojo, el virus adenoasociado, el cual contenía el gen modificado en diversas cantidades.

Los primeros resultados han sido esperanzadores, ya que los pacientes en los que se introdujo una cantidad moderada de carga viral mencionaron una mejoría subjetiva en la claridad visual y se observó una mejoría en el campo de visión. De igual manera, fueron pocos los efectos secundarios o adversos que generó este tratamiento, que además fueron transitorios y se resolvieron con el manejo adecuado. Entre los principales efectos secundarios se describieron depósitos subretinianos por inflamacion, hematomas en la conjuntiva (una capa de la superficie del ojo), resequedad ocular y visión borrosa transitoria.

En conclusión, la terapia génica ya es una realidad para los padecimientos hereditarios de la retina y es palpable la posibilidad de utilizarla en múltiples enfermedades, no solo oculares. Sin embargo, es importante aún resolver temas relacionados con el costo y el acceso a estas terapias. En la actualidad una terapia con Luxturna asciende a 850,000 dólares estadounidenses y está disponible solo para profesionales altamente especializados. Estos tópicos son de gran controversia y deben ser discutidos y resueltos por los expertos y los actores involucrados (sociedad y gobierno entre otros) para hacer que la terapia génica sea asequible y universal.

Autores

Dr. Guillermo Antonio Aranda Preciado
Universidad Autónoma de Guadalajara
Becario Instituto Guillermo Avalos Urzua, Guadalajara, Jalisco
tony-aranda@hotmail.com

Dr. José Navarro Partida
Profesor Investigador
Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud
Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara
josenavarro@tec.mx

Dr. en C. Arturo Santos García
Director de Emprendimiento de Base Tecnológica
Institutos Interdisciplinarios de Investigación-Salud
Tecnológico de Monterrey
arturo.santos@tec.mx

Bibliografía

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