Después de décadas de discusiones, la comunidad internacional alcanzó un acuerdo histórico que llama a una “transición lejos de los combustibles fósiles” en la declaración final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), pero sin llegar a exigir una “eliminación gradual”.
La declaración de la COP28, de 21 páginas, fue publicada por la presidencia de la conferencia de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) el miércoles por la mañana y adoptada en pleno apenas unas horas más tarde.
Sin embargo, el texto no solicita una “eliminación gradual” concreta de los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Más de 100 países representados en Dubái habían instado a incluir un lenguaje más ambicioso.
En cambio, permite el uso continuado potencial de los combustibles junto con tecnologías polémicas de captura y almacenamiento de carbono.
Acuerdos COP28, “un paso histórico”
Tras dos semanas de conversaciones, una prórroga de 24 horas y negociaciones durante toda la noche, el presidente de la COP28, Sultan al-Jaber, quien también es el director de la empresa estatal de petróleo de los EAU, habló de un “paquete histórico”.
Al-Jaber dijo: “las generaciones futuras pueden que no conozcan sus nombres, pero les deberán una deuda de gratitud a cada uno de ustedes”, dijo . El plan acordado es mantener al alcance el objetivo de 1.5 grados Celsius, que fue acordado internacionalmente en París en 2015.
John Kerry, el enviado climático de Estados Unidos, uno de los mayores emisores del mundo, describió el acuerdo como un paso exitoso.
“Todos aquí deberían sentirse bien… Estoy asombrado por el espíritu de cooperación que ha reunido a todos“, dijo Kerry.
¿Es realmente una buena noticia?
Alicia Pérez-Porro, coordinadora científica del CREAF, organización que asistió a la COP28, dijo que “es difícil no valorar positivamente el texto final de la COP28 si nos basamos −exclusivamente− en las expectativas que la mayoría de nosotros teníamos de un acuerdo en un petroestado cuyo presidente, el Sultan al-Jaber, no solo es el chair de la Abu Dhabi National Oil Company, sino que además ha negado públicamente la ciencia detrás de las demandas de eliminación gradual de los combustibles fósiles. Pero, como estamos hablando de un instrumento diplomático, el valor está en los detalles”.
Para la especialista, el acuerdo no permitirá que el mundo mantenga el límite de 1.5 °C porque los países presentes en COP28 han acordado abandonar los combustibles fósiles (las palabras exactas en el texto final son transition away), pero no se comprometen a una eliminación total (lo que se pedía desde las instituciones científicas, el activismo climático y los países más afectados por la emergencia climática era phase out).
“El lado positivo es que el resultado es un momento significativo para la acción climática global porque este acuerdo logra dejar claro a todas las instituciones financieras, empresas y sociedades que finalmente nos encontramos –con ocho años de retraso respecto a lo establecido en París– en el verdadero ‘principio del fin’ de la economía mundial impulsada por los combustibles fósiles”.
Un problema muy urgente
Fernando Valladares, doctor en Biología, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España y profesor asociado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, opina que:
“El acuerdo es histórico en algunos aspectos porque, indudablemente, por fin se habla de transicionar hacia la desaparición de nuestra dependencia del petróleo y de los combustibles fósiles. Eso es algo histórico. También tiene de histórico el que eso se haya alcanzado en un país productor de petróleo, con un presidente de la cumbre que es, a su vez, presidente de una petrolera“.
Sin embargo, Valladares coincide en que los términos no son suficientemente fuertes, debido a que su usó el término de “reducir“, en vez de “eliminar”.
Agrega que “el principal problema de este documento y de las resoluciones alcanzadas es que no son vinculantes. Se deja a los países toda la libertad para hacer o no hacer, y no tiene ninguna sanción, no tiene ninguna consecuencia el que los países hagan más o hagan menos. Estas dos características hacen de estos acuerdos apenas un marco demasiado laxo para la situación en la que estamos, en la que el cambio climático ha tenido una velocidad extraordinaria en los últimos dos años”. (Con información de Reuters y SMC Es)