Iliana Loza solía recibir comentarios negativos cuando externaba su deseo ded crear su propia empresa. Cuando era estudiante de la carrera de Ingeniería Química vislumbró el proyecto que 12 años después la convertiría en una emprendedora exitosa en el mundo de los cosméticos orgánicos.
Su empresa, Ahal −que en maya significa «despertar»− nació un día en una clase en la que se le pidió a Loza desarrollar un producto con el hueso del durazno. Después de varios intentos, resolvió producir una crema.
“Todos los que ya saben de la industria me decían que no se puede: tienes que usar conservadores, tienes que usar fragancias sintéticas. Y, bendita terquedad, se tiene que poder hacer de otra manera, que sea un poquito más amable con la salud y con el medio ambiente. Aparte está el tema de que en la industria casi no hay líderes mujeres ¿Cómo? Si nosotras somos las que usamos los cosméticos”, dice Loza.
Mujeres CEO
Ana Lucía Cepeda, creadora de la Bolsa Rosa (actualmente Beyond Work), recuerda que, hace poco más de una década, era común escuchar el insulto de que las mujeres estudiaban cualquier carrera, mientras se casaban.
De hecho, también recuerda que en su ceremonia de graduación, dijeron que las mujeres obtenían el 70% de las menciones honoríficas en el Tec de Monterrey, pero que, después, en el mundo laboral, no se veía reflejado en los puestos de alta dirección.
“Empezamos Bolsa Rosa con el fin de vincular a mujeres a trabajos flexibles como estrategia de negocio en compañías. Vi una necesidad muy grande en el mercado donde las mujeres no estaban trabajando, no llegaban a puestos altos. ¿Por qué hay mamás que tienen que renunciar por estar embarazadas? Vamos a abrir esta cultura y crear acceso a mujeres calificadas”, cuenta Cepeda.
De acuerdo con un informe sobre la igualdad de género de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene la tercera tasa de empleo femenino más baja después de Turquía y Grecia.
Dicha problemática, refiere el informe, se agrava cuando las mujeres deciden tener hijos. Por un lado, no hay buena oferta de carácter público para el cuidado de los niños y la licencia de paternidad es muy baja, pues cinco días no son suficientes.
Lourdes Ocampo, profesora de EGADE Business School, y quien ha investigado el desarrollo laboral de las mujeres, explica la importancia de que las empresas participen en la construcción de un ambiente laboral más justo. Por ejemplo, empezando con un diagnóstico en la propia organización sobre el tema de género.
“En relación al tema de igualdad, lo más básico es preguntar cuántos hombres y cuántas mujeres tienes en tu organización laborando. Después tienes que analizar en qué áreas están esas mujeres y qué tipo de funciones realizan; cuál es el sueldo que reciben. Preguntarse: ¿son igualmente promovidos las mujeres que los hombres?”, dice Ocampo.
Además de los elementos estructurales, tanto la empresaria Iliana Loza como Lourdes Ocampo coinciden en que existe un aspecto psicológico, por lo que invitan a las mujeres a nunca limitarse en sus ambiciones laborales.
