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Los beneficios y riesgos del ayuno intermitente

La experta en medicina experimental, Noemí García, estudia sus efectos en los ciclos circadianos y en las enfermedades cardiovasculares.
imagen de un reloj en un plato
La experta responde si ayuda a bajar de peso. (Ilustración: Getty Images)

El ayuno intermitente es un patrón de alimentación que alterna entre comer y no hacerlo. Se trata de una práctica que, últimamente, ha tomado auge por los beneficios que conlleva cuando se realiza de manera saludable, bajo supervisión médica.

Noemí García, investigadora del Institute for Obesity Research, dice, en entrevista con TecScience, que una de las mentiras más difundidas alrededor del este tipo de restricción alimentaria es que ayuda a bajar de peso, pero, de hecho, puede ocurrir lo contrario. 

El ayuno intermitente no ayuda a bajar de peso. Se debe aplicar por periodos cortos, entre uno a dos meses. Si se hace constantemente, el organismo responde a una condición de peligro y, lejos de perder peso, se empieza a ganar peso”, explica. 

Dado que el cuerpo se acostumbra a no tener alimento, entonces, se prepara y comienza a incrementar la reserva de ácidos grasos. 

Ayuno intermitente

Existen varios beneficios del ayuno intermitente; la investigadora García destaca dos: contra el envejecimiento y para controlar la diabetes.

En el primer caso, se activan mecanismos que protegen al cuerpo en contra de los oxidantes, es decir, radicales libres que producen daños celulares y aceleran el envejecimiento.

También, puede ser benéfico para quienes padecen diabetes tipo 2, pues retrasa el daño progresivo que lleva la enfermedad.

“Ayuda a incrementar la sensibilidad a la insulina, es decir, permite que la insulina lleve a cabo su función a nivel celular”, comenta la investigadora del Institute for Obesity Research y advierte que es una práctica que debe realizarse con vigilancia médica

En el laboratorio, García estudia los beneficios que podría tener el ayuno intermitente con ciertos tipos de enfermedades cardiovasculares.

La explicación es que, durante el ayuno, se liberan cuerpos cetónicos −que se producen en el hígado y su función es suministrar energía al cerebro−, los cuales, en cantidades balanceadas, podrían ser un sustrato energético benéfico para un corazón con lesión. 

“Sin embargo, hay que controlar qué tanto se puede incrementar la generación de cuerpos cetónicos, hay un umbral, si lo rebasamos hay efectos negativos, pero, si hay un límite, esos cuerpos también activan respuestas celulares que benefician. Nos interesa saber cuál es ese nivel”, explica la especialista. 

De acuerdo con un análisis de investigaciones sobre el tema, García ha encontrado estudios que indican que el ayuno también beneficia a los ritmos circadianos, estos son los ciclos de cambios que el cuerpo experimenta durante el día, por lo que pueden contribuir a dormir mejor. 

Hay distintos esquemas de ayuno intermitente, mismos que pueden ir desde 16 por 8 horas hasta 24 por 24, entre otros. Sin embargo, para la especialista es importante recalcar que lo mejor es hacerlo bajo vigilancia médica, tener en cuenta que no ayudará a bajar de peso y, finalmente, hacer el ayuno acompañado de una dieta balanceada. 

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