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CBD para pacientes cardiacos: el renacimiento de la investigación farmacéutica en México

Una colaboración entre TecSalud y la empresa canadiense Cardiol Therapeutics ha logrado desarrollar una terapia con cannabidiol (CBD) para enfermedades del corazón.
imagen de una persona recibiendo un compuesto de CBD
Te contamos cómo este descubrimiento abre un nuevo camino para la ciencia en México. (Foto: Getty Images)

En 1951, un joven estudiante de química descubrió una molécula que cambió la vida de millones de mujeres. En un laboratorio de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM), Luis Ernesto Miramontes Cárdenas desarrolló la primera síntesis química de la noretisterona. Esta molécula serviría como base para la primera píldora anticonceptiva.

Fue un momento histórico en el que México demostró su capacidad para llevar un proceso completo desde la investigación básica hasta la aplicación clínica. La molécula, estudiada y desarrollada en territorio nacional, se convirtió en un hito de la ciencia mundial.

Del CBD a la salud cardiovascular

Desde entonces, el país ha visto escasos ejemplos de desarrollo farmacéutico integral. Ahora, después de casi 70 años, una terapia con cannabidiol (CBD) desarrollada por TecSalud y la empresa canadiense Cardiol Therapeutics, representa un puente a protocolos de investigación sin precedente.

Esta colaboración binacional ha logrado completar el círculo virtuoso que pocos proyectos en la historia farmacéutica mexicana han conseguido: partir de una molécula, estudiarla en laboratorio, probarla en modelos preclínicos y finalmente llevarla a ensayos en pacientes humanos.

El cannabidiol, comúnmente conocido como CBD, es un componente no psicoactivo derivado del cannabis que ha captado la atención científica en los últimos años. Y es que, a diferencia del THC, la otra sustancia química del cannabis, esta no produce los efectos psicoactivos asociados con la marihuana.

La investigación liderada por Gerardo García Rivas en TecSalud no utiliza extractos de la planta, sino CBD sintetizado químicamente en laboratorio, garantizando así una concentración exacta y controlada. Este compuesto ha demostrado propiedades beneficiosas, específicamente, para pacientes con insuficiencia cardiaca.

Los resultados de esta investigación, titulada: El cannabidiol previene la disfunción y el remodelado de la insuficiencia cardíaca mediante la preservación de la función mitocondrial y el manejo del calcio, se publicaron en el Journal of the American College of Cardiology: Basic to Translational Science (JACBTS).

El tratamiento ayuda a proteger las “centrales energéticas” de las células cardiacas y mejora la manera en que manejan el calcio, fundamental para la contracción y relajación del corazón.

Más allá de la molécula: un ecosistema de investigación

Si bien la ciencia detrás del tratamiento es innovadora por sí misma, la verdadera revolución se encuentra en la creación de un ecosistema de investigación completo. Gracias a la investigación detrás de esta molécula, TecSalud ahora cuenta con un laboratorio que permite realizar estudios clínicos integrales en México.

“Lo que distingue esta investigación es la capacidad de llevar un nuevo fármaco y recorrer todo el camino desde la molécula hasta el paciente”, explica García Rivas.

Históricamente, las empresas farmacéuticas mexicanas o filiales estadounidenses que querían desarrollar medicamentos debían fragmentar el proceso en diferentes países. La investigación básica podría hacerse en México, pero las pruebas preclínicas se enviaban a Europa o Estados Unidos, mientras que los ensayos clínicos se realizaban en múltiples países siguiendo complejos protocolos internacionales.

Este modelo fragmentado aumenta costos, dilata tiempos y, crucialmente, impedía que México desarrollara capacidades integrales en ciencia farmacéutica.

La nueva ruta: nearshoring científico

La colaboración entre TecSalud y Cardiol Therapeutics ha demostrado que existe una alternativa: lo que los investigadores llaman “nearshoring científico”. Este concepto, análogo al nearshoring industrial, implica que empresas como la canadiense Cardiol Therapeutics encuentren ventajas en trasladar sus operaciones de investigación y desarrollo a México.

Para las empresas canadienses, tener un centro en el mismo horario facilita la comunicación y la movilidad de muestras. Además, somos “buenos y baratos”, comenta con una sonrisa García Rivas.

Esta regionalización científica está transformando el panorama de la investigación farmacéutica en América del Norte, permitiendo que el desarrollo de medicamentos se mantenga dentro de la región.

A partir de este primer gran proyecto, TecSalud ha desarrollado capacidades que ahora están disponibles para otras empresas, tanto mexicanas como extranjeras. El ecosistema creado incluye no solo la investigación básica sino estudios preclinicos que se pueden realizar bajo estandares internacionales como los de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

También, TecSalud ha ganado el expertise de nuevos equipos enfocados en la formulación farmacéutica y nanomedicina.

“Empresas mexicanas que antes mandaban hacer sus estudios a Europa ahora tienen un aliado en su propio país”, explica García Rivas. “Lo tienen a 1,000 kilómetros de distancia y con un presupuesto en pesos”.

Propiedad intelectual: el verdadero valor

Un aspecto fundamental de esta nueva era es la propiedad intelectual compartida. En el pasado, incluso cuando la investigación básica se realizaba en México, las patentes solían quedar en manos de compañías extranjeras.
Con el modelo de colaboración implementado por TecSalud, la institución mexicana es ahora copropietaria de las patentes.

“Ya no maquilamos los datos y experimentos, sino que somos dueños del conocimiento”, señala García Rivas.

La píldora anticonceptiva marcó un cambio en la historia farmacéutica mexicana. Siete décadas después, el desarrollo del cannabidiol para enfermedades cardíacas podría ser el inicio de una nueva era para la ciencia mexicana: no solo como receptor de innovación, sino como creador y copropietario de las terapias del futuro.

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Autor

Picture of Nuria Márquez Martínez