Cuando era niña, en Aviñón, en el sur de Francia, Marion Brunck imaginaba a un científico como un hombre mayor, blanco, con una bata de laboratorio impecable, mirando a través de un microscopio. Quizás, para algunas niñas, esa imagen podría haber limitado su curiosidad por la investigación pero no para ella. “Nunca tuve esta barrera en mi mente”, cuenta la investigadora mientras describe la fascinación que sentía por los descubrimientos científicos y los laboratorios. Cuando tenía 12 años le regalaron un microscopio para Navidad y así, se pasaba horas en el jardín, recogiendo hojas, rebuscando en la tierra y preparando muestras para observar. “Esa imagen de lo que yo era a los 12 años se alinea más con la idea actual que tengo de un científico: alguien que se ensucia las manos trabajando”.
Gracias a ese trabajo duro, este año, dos organizaciones han reconocido a la investigadora del Institute for Obesity Research del Tec de Monterrey. Primero, por la Society for Leukocyte Biology por Excelencia en Biología de Leucocitos y, más recientemente, la International Union of Immunological Societies (IUIS) la distinguió como una de las 15 estrellas emergentes en su campo.

¿Qué significa para ti el reconocimiento de la International Union of Immunological Societies?
Es increíble, porque competí con personas de todo el mundo. En el caso de la International Union of Immunological Societies, solo hay 15 galardonados y solo somos dos de América Latina. Desde que llegué a México he trabajado muy duro…yo venía de Australia, donde estudié mi doctorado y posdoctorado y, obviamente, hay diferencias en términos de infraestructura y financiamiento. Por eso es importante que en el mundo se reconozca la calidad del trabajo que se estamos realizando en el sur global.
¿Cómo es compartir estas ideas con otros investigadores en conferencias y ambientes como el de la IUIS, la conferencia más grande de inmunólogos, que reúne a 3,000 personas?
Parte del premio es que tenemos una sesión, en horario estelar, durante la conferencia en Viena en agosto. Así, tendremos la oportunidad de compartir lo que hacemos en América Latina. A veces, la gente piensa que no tenemos las mismas capacidades o financiación, pero sí tenemos recursos humanos y mucha determinación y podemos hacer que las cosas sucedan. Yo presento justo después de Yasmin Belkaid, la directora del Instituto Pasteur, o sea que ella va a escuchar mi charla y eso me emociona y me pone un poco nerviosa.
Una motivación personal, un resultado para el mundo
Desde 2018, Marion ha dirigido un equipo de estudiantes de maestría y doctorado en el Tec a través de dos líneas de investigación. Una de ellas, que presentará en Viena, es sobre cómo la obesidad materna afecta las células inmunes que se transmiten a través de la leche materna. Su segunda área de interés proviene de una experiencia personal con su madre.
Mi madre se recuperó de cáncer de mama, pero tuvo un episodio muy grave de fiebre neutropénica. (una complicación potencialmente mortal que ocurre cuando, tras la quimioterapia, el cuerpo pierde sus defensas y no puede combatir la infección). En ese momento me di cuenta de que no había tratamiento y fue muy frustrante; por eso, tomé la determinación de investigar sobre el tema. En ese tiempo era estudiante de doctorado y de regreso en el instituto donde trabajaba, había algunos investigadores que estaban produciendo neutrófilos a partir de células madre.
¿Qué son los neutrófilos y cómo afectan a los pacientes con cáncer?
Los neutrófilos son células clave en la respuesta a infecciones ya que son los primeros en actuar y, si no hay suficientes, la persona puede enfermar gravemente, ya que el patógeno puede reproducirse sin control. Esto es crítico en pacientes que están en quimioterapia ya que esta ataca las células que se dividen rápidamente, como las cancerosas, pero también, desafortunadamente, a los progenitores de neutrófilos, que también se dividen con rapidez debido a la constante producción necesaria en la sangre. Así, los pacientes pueden volverse neutropénicos, lo que los deja sin defensas.
Entonces, ¿es una terapia para tratar los efectos secundarios del cáncer, no la enfermedad en sí?
Sí, es para los efectos secundarios. Existen medicinas que estimulan a los progenitores restantes para que se repliquen más rápido, pero no siempre es suficiente. Una alternativa lógica sería administrar neutrófilos de una persona sana a un paciente con deficiencia. Esto se ha intentado varias veces, con resultados variados. Estamos realizando meta análisis para determinar si realmente funciona o de qué depende su efectividad (del peso del paciente, edad, tipo de cáncer o patógeno).

El origen de una pasión científica
¿Cómo te apoyo tu familia para que desarrollaras tu curiosidad como investigadora?
Mis padres no son científicos. Nadie en mi familia lo es. Mi mamá tenía una guardería y trataba con los padres de familia y algunos sí eran científicos. Recuerdo con cariño a un climatólogo que estudiaba las nubes en el sur de Francia. Mi mamá le comentó que a mí me gustaba la ciencia y le preguntó si podía mostrarme lo que hacía en el trabajo diariamente. Me encantó ir al laboratorio, ver esas máquinas únicas y la emoción en los ojos de los científicos al ver un resultado. Pude sentir la energía y pensé: esto es lo que quiero hacer.
Eventualmente fuiste a la Universidad de Queensland en Australia para tu doctorado. ¿Cómo fue esa transición?
Al principio fue un poco difícil: no hablaba inglés, no sabía cómo entrar a la academia como investigador. La vida me ha lanzado desafíos constantemente y eso me ha dado una ventaja como científica. Cuanto más joven empiezas a resolver problemas sin estresarte, obtienes un pequeño impulso con cada solución. Luego pasas a problemas más grandes y así avanzas poco a poco. Así fue como gané este premio. Simplemente no he permitido que nada me detenga.
Marion Brunck conoció a su esposo Cuauhtémoc Licona –actual director del Centro de Biotecnología-FEMSA– en Australia. Tras finalizar sus posdoctorados, ambos buscaron oportunidades en distintas universidades alrededor del mundo. Marco Rito Palomares, actual director del Institute for Obesity Research, contactó a Licona para ofrecerle una posición en el Tec de Monterrey. Licona mostró interés y preguntó si su esposa, también científica, podría unirse a la facultad.
“Marco siempre cuenta esa historia: contactó a Cuauh y le dijo, ‘Bueno, pensé que tu CV era bueno, ¡pero el CV de tu esposa es aún mejor!’”, cuenta Marion con una risa. Poco después, ambos estaban en Monterrey y ella se fue adaptando a este nuevo país.

Liderazgo científico
¿Cuáles fueron algunas cosas a las que tuviste que adaptarte cuando llegaste a Monterrey?
Dirigir reuniones. Estaba acostumbrada a que alguien me dijera si mis resultados estaban bien o en qué me enfocaría la siguiente semana. Recuerdo que, para las primeras reuniones de laboratorio con mi grupo, pensaba: “Tengo que prepararme. Tengo que empujarlos para que obtengan lo mejor de esta experiencia”. Convertirse en líder no es fácil.
¿Cuáles fueron las habilidades más importantes en las que tuviste que trabajar?
Organizar la vida del laboratorio académico según mis principios. Inculcar la pasión a mis estudiantes porque es mucho trabajo y las expectativas son muy altas.
Les pido que trabajen duro y yo también trabajaré así para ellos. Quiero que eso quede muy claro desde el principio.
¿Qué buscas en tu equipo?
Comunicación. Todos enfrentamos problemas en nuestras vidas y podemos superarlos, pero necesito saberlo. A lo largo de mis ocho años en el Tec, me he dado cuenta de que si no hay buena comunicación, las cosas no funcionarán. Con buena comunicación, lo resolvemos todo.
Siempre les digo: “Tu competencia no está al lado. Tu competencia es Harvard”. Es difícil para ellos al principio, pero lo fingen hasta que se vuelve realidad. Lo haces aunque no te sientas capaz. Empiezas con cosas pequeñas. Tienes que elegir tus objetivos y metas, y poco a poco aumentarlas. Hago eso por mis estudiantes: simplemente muevo el objetivo, los empujo.
¿Qué tan importante es entonces la determinación para el trabajo de un científico?
Creo que es una característica extremadamente importante. No puedo enfatizarlo lo suficiente: se necesita determinación y trabajo duro y sólido. No hay secreto; es simplemente hacer tu parte y enfocarte día a día, haciendo lo mejor que puedas. No pienso: “ah, espero ganar un premio algún día”. Los premios son algo que se ve, pero antes de ellos, no solemos escribir artículos sobre los rechazos o los problemas. Un mal resultado solo cambia un poco la dirección de tu camino, pero sigues avanzando.

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