EN

|

ES

Buscar

Terapias avanzadas, cuando las propias células aprenden a curar el cáncer

Las terapias avanzadas, como las células CAR-T, prometen dar solución a enfermedades intratables.
Ilustración que muestra el uso de células T con receptor de antígeno quimérico (CAR) (azul y amarillo) para tratar el cáncer de próstata (azul claro, nodular). (Ilustración: Getty Images)

En 2010, Doug Olson, un hombre estadunidense radicado en California, se convirtió en una de las primeras personas en curarse de cáncer con una novedosa inmunoterapia llamada de células CAR-T

Olson había batallado durante años con un linfoma linfocítico crónico —un tipo de cáncer en la sangre que afecta a los linfocitos B, los glóbulos blancos que crean anticuerpos— que no respondía a los tratamientos que existían.

Después de recibir la terapia, su cáncer desapareció y permaneció en remisión durante más de una década. Hoy, sigue vivo y activo. Y corre maratones.  

Carlos Crispín, profesor investigador de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud. (Foto:Tomada de ResearchTec.mx)

Su caso marcó el inicio de una nueva era en la batalla contra el cáncer. “Se iba a morir y le dieron esta cosa y se curó”, dice Carlos Crispín, profesor investigador de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud (EMCS) del Tec de Monterrey y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). “Se volvió una terapia en la que mucha gente empezó a creer”.

En la terapia de células CAR-T se extraen células T —tipo de glóbulo blanco que detecta y destruye células anormales o invasoras— del paciente enfermo. 

En el laboratorio, estas células son modificadas para que expresen un receptor, llamado CAR, que reconoce un antígeno presente en las células que se desea atacar, tumorales en el caso del cáncer. 

Después, estas células modificadas se multiplican y se reinfunden al paciente. Una vez dentro, pueden reconocer y destruir las células malignas. 

Sin embargo, en los países donde está disponible, como Estados Unidos y algunos de Europa, puede costar hasta un millón de dólares. Afortunadamente: “habemos quienes estamos desarrollando estas terapias sin fines de lucro, con la intención de que la gente las pueda recibir”, cuenta Crispín. 

Terapias avanzadas para el futuro de la medicina

Las células CAR-T forman parte de las terapias avanzadas, un grupo de tratamientos médicos innovadores que usan células, genes o tejidos para reparar, reemplazar, regenerar o mejorar funciones del cuerpo.

Entre ellas están las terapias génicas –que usan genes para tratar enfermedades—, las terapias celulares —que usan células modificadas o seleccionadas—, como las CAR-T, y la ingeniería tisular –donde se crean o modifican tejidos, como la piel, para repararlos o reemplazarlos—.

Estas han comenzado a transformar la atención de los padecimientos más difíciles de tratar, como las enfermedades autoinmunes, raras o degenerativas y el cáncer. 

“Son terapias relativamente nuevas que tienen mucho potencial”, afirma Crispín. Ante lo esperanzadoras que son, él y un grupo interinstitucional de científicos comenzaron a crear una red enfocada en desarrollarlas en México.

El 12 y 13 de junio de 2025, TecSalud, la EMCS, el INCMNSZ y la Academia Nacional de Medicina, organizaron un simposio titulado Terapias Avanzadas: Innovación para los Grandes desafíos de Salud, reuniendo a investigadores de estas instituciones, así como del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), la Universidad de Navarra, la Universidad de Salamanca y otras.

La presencia de investigadores españoles fue crucial, pues llevan la batuta de este tipo de tratamientos dirigidos a una población amplia, con la Red Española de Terapias Avanzadas (Terav).

“Es un grupo que se dedica a esto, han pedido financiamiento juntos y se han ayudado con el rollo regulatorio”, dice Crispín. “Son nuestro modelo a seguir”. 

El futuro de las células CAR-T en México

En su laboratorio, Crispín, de la mano con Alejandro Madrigal, hematólogo e investigador de la EMCS y la Faculty of Excellence, y muchos investigadores y estudiantes, están desarrollando nuevos usos de las células CAR-T, con estudios in vitro en líneas celulares y modelos animales.

En específico, se están enfocando en encontrar formas de utilizar las CAR-T para tratar la leucemia mieloide —tipo de cáncer relacionado con la médula ósea— y tumores cerebrales.

“Hasta ahora, nadie ha podido hacer un CAR-T contra estos”, cuenta Crispín.

A la fecha, las células CAR-T han mostrado un mayor éxito en los llamados cánceres “líquidos”, es decir los que afectan la sangre, la médula ósea y el sistema linfático. Ahora, gracias a nuevos avances, empiezan a utilizarse en cánceres con tumores sólidos —como el de pulmón— y enfermedades autoinmunes.

Los beneficios de estas son que tienen una alta eficacia en enfermedades difíciles, se fabrican a partir de células del propio paciente –reduciendo el riesgo de rechazo inmunológico– y una sola infusión puede ser suficiente para curarse. 

Sin embargo, también existen riesgos, como toxicidad, la activación excesiva del sistema inmunológico o su inactivación. 

“Uno de los primeros pacientes a los que les dieron CAR-T se curó de cáncer, pero murió por Covid-19”, advierte Crispín. “No hay que olvidar que son terapias para enfermedades mortales”. 

A futuro, Crispín, así como investigadores en México y el mundo, buscan desarrollar CAR-Ts que logren atacar exclusivamente a células cancerosas, sin destruir el tejido sano. 

A pesar de que, por ahora, el desarrollo de estas y otras terapias avanzadas en México aún está en sus inicios, prometen tratar enfermedades que nunca creímos que podían serlo. 

“Hace unos años la idea de que el sistema inmune puede atacar al cáncer revivió”, dice Crispín.

¿Te interesó esta historia? ¿Quieres publicarla? Contacta a nuestra editora de contenidos para conocer más marianaleonm@tec.mx

Notas relacionadas
Videos

¿Te gustó este contenido? ¡Compártelo!

Autor

Picture of Inés Gutiérrez Jaber