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Reciclar CO2: la apuesta por la descarbonización

El Instituto de Materiales Avanzados del Tec de Monterrey desarrolla tecnología para capturar CO2 y transformarlo.
ilustración de un mundo con fábricas emitiendo gases contaminantes
Las empresas están obligadas encontrar estrategias de descarbonización. (Ilustración: Getty Images)

En 2020, el dióxido de carbono (CO2) alcanzó la cifra récord de las 413 partes por millón (ppm) en la atmósfera. Esto es especialmente grave, porque este compuesto tiene una gran capacidad de calentar la superficie terrestre.

De manera que entre más CO2 hay en la atmósfera, mayor será el aumento de la temperatura media del planeta. 

Aunque el calentamiento es generado por la emisión a la atmósfera de varios gases contaminantes como el óxido nitroso o el metano, el dióxido de carbono ha aumentado exageradamente debido a la quema de combustibles fósiles, como la gasolina, el gas natural o el carbón, empleados en la industria y el transporte.

“La realidad es que el CO2 les gana en cantidad prácticamente a todos los otros gases de efecto invernadero. Por eso, viene una conciencia mundial al respecto”, explica el investigador Alejandro Montesinos Castellanos, del Instituto de Materiales Avanzados para la Manufactura Sostenible del Tecnológico de Monterrey.

Acciones para reducir CO2

Presionadas por movimientos ambientalistas y acuerdos globales sobre la emergencia climática, las grandes empresas han emprendido estrategias de descarbonización que plantean reducir la quema de combustibles fósiles en sus procesos de producción y, con ello, disminuir al mínimo sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). 

Amazon, Apple, Nestlé, Sony, Walmart son algunas de las compañías que han hecho públicas sus estrategias para reducir, e incluso eliminar, sus emisiones de este gas.

Sin embargo, estudios como el Monitor de Responsabilidad Climática Corporativa 2022, elaborado por el NewClimate Institute en colaboración con Carbon Market, que evalúa las estrategias climáticas de 25 empresas globales, muestra que la mayoría de estas acciones son, en realidad, “promesas ambiguas” con “compromisos de reducción limitados”. 

Las estrategias de reducción de emisiones pasan por el sector energético con la creación de nuevas tecnologías y energías renovables, pero como lo mostraba en 2021 el reporte de la agencia internacional de Energía (IEA), muchas de estas innovaciones están en fases preliminares o son muy caras.

Además, para muchas empresas no es viable transformar todo su sistema de producción a corto plazo.

Empuje a la descarbonización

Para cumplir con los acuerdos de descarbonización, una de las tecnologías que se está impulsando con más fuerza es la que permite capturar el CO2 de manera rápida y eficiente.

Un ejemplo de ello es el trabajo del doctor Alejandro Montesinos, quien en los últimos años se ha especializado en desarrollar materiales que permitan la captura, el uso y la mitigación del dióxido de carbono. 

Las tecnologías que se utilizan para capturar CO2 son industrialmente viables y funcionales desde hace décadas. Básicamente se usan líquidos o sólidos a través de los cuales se hace pasar el CO2 para atrapar sus moléculas.

“El reto tecnológico de capturar CO2, más o menos, está resuelto, pero el siguiente reto es, una vez que lo capturamos, ¿qué hacemos con él?”, plantea Montesinos.

En general, hay dos rutas. Una es reusarlo: transformarlo en algo útil como metanol, urea, metano o incluso purificarlo para usarlo en algunos alimentos.

“Por ejemplo, algunas acereras capturan ese CO2, lo purifican al 96% y lo venden a otras empresas que se dedican a la purificación de gas; estas empresas lo purifican del 96% al 99.999% hasta llevarlo a grado alimenticio y ese es el CO2 que se utiliza para darle el característico burbujeo a los refrescos”, explica el investigador. 

Transformar un contaminante

Los procesos que se necesitan para transformar el CO2 en algo útil requieren materiales catalizadores, es decir, elementos que aceleren esas reacciones.

Ese es parte del trabajo de Montesinos y su equipo: actualmente desarrollan un proyecto enfocado a generar materiales que aceleren las reacciones y permitan transformar el CO2 en metanol. 

La otra ruta que existe es capturar el CO2 y enterrarlo. Uno de los retos de este método es encontrar minas con componentes geológicos específicos en las que se pueda verter el CO2.

El trabajo de Montesinos consiste en desarrollar materiales sólidos, en equilibrio con la naturaleza, que permitan capturar la mayor cantidad de CO2 para que pueda ser posteriormente enterrado.

Se pasa el CO2 por sólidos –generalmente piedras que tengan calcio y/o magnesio–, convirtiéndose así en un carbonato que se pueda confinar en minas por siglos.  

Reutilización en procesos de manufactura

Alejandro Montesinos considera que esta área de investigación se volverá cada vez más relevante para muchas industrias, por eso, este es uno de los proyectos estratégicos del Instituto de Materiales Avanzados.

«Todas las empresas que quieren vender al extranjero van a tener que demostrar que están haciendo algo para bajar sus emisiones de CO2. Las empresas que utilizan combustibles fósiles tienen ahora el compromiso moral y ético de reducir esas emisiones”, dice.

Actualmente, él y su equipo evalúan tecnologías de captura de CO2 disponibles en el mercado además de desarrollar dispositivos y prototipos con aplicaciones específicas.

«Nuestro objetivo es facilitar el proceso y ayudar a la migración de la industria, de la manufactura nacional e internacional, a economías sin carbono», concluye.

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