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Datos para la ciencia, así trabaja el laboratorio más grande del Tec

Con tecnología interconectada y agricultura de precisión, el campo se enlaza con iniciativa privada para proyectos de gran escala
Una mujer acercando la mano a una vaca que está sacando su lenguita
“El CAETEC es el laboratorio más grande que tiene el sistema Tec de Monterrey. Es un gran espacio con interconexiones en la industria”, define Arturo González de Cosío, director del centro. En la foto Guadalupe López, especialista pecuaria. (Foto: Amirhossein Hosseini / TecScience)

Desde reducir las emisiones de metano generadas por el ganado, hasta la mejora de los métodos de riego o el aprovechamiento eficaz de los fertilizantes, el Campo AGRO Experimental del Tec de Monterrey (CAETEC), ubicado en el KM 188 de la carretera México Querétaro, se consolida como un gran laboratorio. Las actividades agropecuarias que ahí se realizan, su tamaño, las condiciones y el talento multidisciplinario que confluye, lo convierten en un sitio perfecto para poner en práctica proyectos con la industria, vinculaciones con universidades extranjeras así como planes de innovación educativa.

“El campo agro experimental es considerado como el laboratorio más grande que tiene el sistema Tec de Monterrey. Le llamamos ‘rancho’ de cariño, pero es un gran espacio con interconexiones en la industria”, define Arturo González de Cosío, director del CAETEC en entrevista con TecScience. “Lo que buscamos es generar datos y analizar esa información para entender mejor cómo cambiar de manera positiva la agricultura”, dice.

Te contamos algunos de los proyectos más grandes e innovadores en los que se han enfocado en esta enorme “granja de datos” que forma parte del Campus Querétaro, para aprovechar la información y producir de manera más sustentable.

Arturo Gonzalez de Cosio en el CAETEC
Arturo González de Cosío, director del CAETEC, explica cómo los datos cada vez más precisos contribuirán a cambiar de manera positiva la agricultura. (Fotos: Amirhossein Hosseini/TecScience)

Una granja de datos al servicio de la academia y la industria

A simple vista el CAETEC parece un rancho pequeño de 70 hectáreas pero en realidad es una granja de datos. En medio de los cultivos de cebada que se mecen con el aire, Juan Valiente –director nacional del programa Ingeniería en Biosistemas Agroalimentarios– y su equipo determinan formas de reducir la huella hídrica de la producción de cerveza.

Adelante, opera el riego por goteo de los invernaderos que contienen pimientos y tomates de docenas variedades y son controlados en todos sus aspectos por José Antonio Ramírez, especialista del área agrícola.

“En un inicio, el ‘rancho’ era el lugar donde los estudiantes de la carrera de Biosistemas Agroalimentarios hacían sus prácticas pero ahora, casi se podría decir que toda la producción agropecuaria es un pretexto para recopilar datos de lo que sucede en el terreno abierto, en los invernaderos y en el establo”, explica González de Cosío.

Al interconectar la maquinaria se cruza la información y esto les permite ofrecer los datos tanto para la academia como para la industria que desea desarrollar innovaciones.

Investigadores de distintas Escuelas e Institutos del Tec confluyen en el CAETEC para realizar proyectos en alguna de sus cuatro áreas. Es el caso de David Balderas, profesor investigador de la unidad de sistemas habilitadores para la manufactura sostenible del Institute of Advanced Materials for Sustainable Manufacturing (IAMSM), quien desarrolla dos sistemas de detección por imágenes para los invernaderos. Uno busca identificar la humedad, el CO2 y las partículas relativas y otro para detectar enfermedades o plagas.

“La idea es que este dispositivo dé vueltas dentro del invernadero para que identifique cambios de temperatura en la planta, así se podría detectar virus o falta de agua”, explica.

Un dron sobrevuela un campo de agricultura en el CAETEC
Se utilizan drones para monitorear los cultivos a diferentes niveles. (Foto: Tecnológico de Monterrey).

Agricultura de precisión

En la parte de agricultura se cuentan con tres áreas: agricultura protegida, que son invernaderos; agricultura extensiva, ve granos y forrajes y agricultura frutal, en este caso se trabaja la vid.

Entre las tecnologías utilizadas se encuentran los dispositivos GPS instalados en los tractores con tecnología militar, similares a los que utilizan los aviones, así como los sensores de suelo, drones, satélites y los softwares encargados de procesar esta información.

Por ejemplo, un tractor equipado con GPS puede aplicar semillas o fertilizante a tasa variable dependiendo de la variabilidad del campo de cultivo. Uno de estos sensores, conocidos como SoilX, analiza el suelo en cuatro niveles según sus características físicas y químicas.

Un tractor ya no es una máquina de fuerza, es una máquina de precisión. Esa máquina de precisión se construye a través del uso de datos e información”, comenta González de Cosío, quien también cuenta que el CAETEC fungirá como lugar de vinculación con la empresa de tractores John Deere, que hará una inversión de por lo menos cuatro millones de dólares para generar un centro de entrenamiento.

Dentro y fuera del invernadero el CAETEC cuenta con un equipo de inteligencia artificial llamado IIVO de Hoogendoorn. Este sistema recopila datos climáticos y, mediante un análisis, determina el momento óptimo para realizar riegos o aplicaciones precisas de fertilizante, aprovechando al máximo el agua

invernadero CAETEC Querétaro
A simple vista puede parecer un campo de cultivo cualquiera, pero en el CAETEC se trabaja con agricultura de precisión, en la que se utiliza una serie de tecnologías para mejorar la eficiencia, la productividad y sostenibilidad. (Foto: Amirhossein Hosseini / TecScience)

La leche del futuro: reducir emisiones de metano

En el establo, donde el CAETEC inició hace 47 años, 160 vacas disfrutan de la tecnología más innovadora del mundo para su ordeña.

Guadalupe López, especialista pecuaria, explica que además de llevar un minucioso registro de los litros de leche que da cada vaca y el nivel de grasa del líquido, hay muchos beneficios para los animales.

“Aquí es como un hotel de cinco estrellas. Ellas toman el sol, descansan y comen cuando quieren y, cuando tienen necesidad, acuden a la línea de ordeña donde los brazos del robot Laval coloca chupones para extraer la leche”.

ordeña de vacas en el establo del CAETEC
Con la ayuda de los robots encargados de ordeñarlas, se registran los horarios de cada animal según su rutina, determinando el momento preciso para la extracción de la leche. (Foto: Amirhossein Hosseini / TecScience)

El CAETEC cuenta con tres de los cinco robots que hay en México y aunque adaptarse a este nuevo método de ordeña tomó alrededor de tres años, el hecho que las vacas vivan sin estrés ha redituado en un aumento de producción y sobre todo, permite que todo sea medible.

Esta es una de las razones, además de ser una granja cerrada que produce su propio forraje, por las que Nestlé escogió al CAETEC para desarrollar un proyecto estratégico a nivel global para encontrar acciones que ayuden a reducir las emisiones de metano que producen el estiércol de las vacas. Dentro de las líneas de investigación se evaluará la alimentación, la genética, los procesos gastrointestinales y hasta los horarios de comida de las vacas para definir mejores prácticas. 

A casi 50 años de su creación, el CAETEC es reconocido como un laboratorio donde se desarrollan soluciones innovadoras que toman en cuenta al medioambiente, el bienestar animal y finalmente la salud del ser humano.

“Yo de una semilla de maíz, si la cuido, puedo tener cientos de semillas de maíz, es un efecto multiplicador. Generamos valor. Y ese valor no se queda exclusivamente en el valor propio del maíz como grano o como semilla, sino de todos los productos y servicios que va a utilizar alrededor”, concluye González de Cosío.

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Autor

Picture of Karina Rodríguez