México contará con un Laboratorio de Sistemas Multirobot en el que actualmente trabajan especialistas de robótica en el Tec de Monterrey para ampliarlo y modernizarlo. Será un espacio diseñado para realizar investigaciones a distancia o controlar sistemas autónomos desde otras universidades.
Este proyecto está inspirado en el Robotarium, abierto desde 2017, del Instituto de Tecnología de Georgia. Se trata de un espacio para realizar pruebas y experimentos con robots de última generación que se pueden controlar de manera remota desde distintas partes del mundo por estudiantes y académicos.
“Será un laboratorio dedicado a la investigación y sistemas autónomos”, informa Luis Guerrero-Bonilla, especialista en robótica del Tec.
Si bien, ya existía el Laboratorio Nacional de Robótica, en campus Monterrey, este espacio albergará a los nuevos equipos que tendrán tres objetivos: investigación en robótica, docencia y servicios a la industria.
“Las personas que vienen aquí son estudiantes con el objetivo de generar nuevas metodologías en el ámbito de robótica y control, pero también está la enseñanza en el laboratorio”, explica Herman Castañeda, especialista en control automático del Tec.
Robótica al servicio de logística o la agricultura
Desde el techo, cámaras de última tecnología apuntan hacia el área central donde los aparatos se mueven según su programación. Estos dispositivos ayudan a ubicar en cada momento la posición de los sistemas autónomos para manipularlos con exactitud y evitar colisiones entre ellos.
El laboratorio es un salón cuyo perímetro está delimitado por computadoras y escritorios con el objetivo de dejar un área libre en el centro para maniobrar los robots que pueden ser tanto drones como terrestres.
“Con esa información podemos diseñar estrategias de control y de interacción entre varios robots. Una de las ventajas (de las cámaras) es que tienen una precisión de .05 milímetros, lo cual nos permite probar algoritmos en general de la robótica a un nivel confiable”, dice Castañeda.
A manera de seguridad, para evitar que se estrellen en las paredes, computadoras o en las personas, una red protege el área central de pruebas.
Un ejemplo de lo que se puede poner en práctica en este laboratorio es lo que en este campo se conoce como control robusto, es decir, que un dron realice su trayectoria a pesar de que haya perturbaciones externas como ráfagas de viento.
Otro caso sería probar algoritmos para que un dron, un vehículo automático y un brazo manipulador se comuniquen entre sí y realizar una tarea específica.
Según Castañeda, Robotarium también es de utilidad para diferentes industrias, desde la entrega de paquetes hasta el sector agrícola. De hecho, para una empresa de esa área se diseñaron trayectorias en drones que debían rociar con pesticidas los cultivos.
“¿Cómo diseñar la trayectoria (del dron) de tal manera que uses mejor la batería y el pesticida que rocías? Ese es un problema muy específico para agricultura”, dice.
Una forma de democratizar la robótica
El objetivo del laboratorio a largo plazo es crear una red de más espacios similares en otros campus o universidades, así como permitir que estudiantes de América Latina puedan hacer investigaciones en este rubro, pero desde sus países de origen.
“Comparto la idea del Robotarium en Estados Unidos que es democratizar la robótica. La barrera para utilizar sistemas robóticos es alta porque no cualquiera pueda pagar el equipo. Esta es nuestra forma de apoyar el desarrollo de personas y otras instituciones”, dice Luis Guerrero.
