La cirugía de trasplante hepático ha demostrado ser crucial para salvar la vida de personas con enfermedades y padecimientos del hígado, los cuales son la sexta causa de muerte en México.
Sin embargo, la escasez de donadores −junto a las largas listas de espera− ocasiona que pacientes fallezcan sin la oportunidad de recibir un órgano a tiempo.
Según el Registro Nacional de Trasplantes, de enero de 2023, en México 239 personas esperaban recibir un hígado y la cantidad de donadores cadavéricos era insuficiente.
Para que un trasplante tenga éxito, las condiciones entre donador y donante deben ser similares en anatomía, como, por ejemplo, peso, estatura y complexión.
Una alternativa que surge como una esperanza para quienes están a la espera de un hígado es el trasplante hepático que proviene de una persona viva.
Frente a esta situación, miembros de TecSalud han demostrado su capacidad para realizar trasplantes de hígado de donadores vivos, una operación que, usualmente, dura horas y en donde participan decenas de especialistas médicos.
“Con tanta enfermedad hepática y con tan poquitos donadores cadavéricos nos estamos viendo en la necesidad de empezar a formar un grupo como este”, dice Cesar Escareño, director de trasplantes de TecSalud a TecScience.
¿Qué es un trasplante hepático de donador vivo?
El procedimiento consiste en extraer la mitad del hígado del donador y colocarlo en un recipiente con soluciones especiales para su enfriamiento, lavado y preparación, un proceso llamado cirugía de banco.
Luego, el órgano se lleva a otra sala de quirófano donde se encuentra el receptor, a quien ya le fue retirado el hígado enfermo y se encuentra listo para el trasplante.
Aquí, los médicos se aseguran de que el procedimiento se realice correctamente y la sangre fluya de manera regular al órgano recién trasplantado.
Luego de retirar el hígado del paciente sano, el equipo se encarga de continuar la operación, asegurándose de que la mitad del hígado sea reconstruido de la mejor manera para que pueda regenerarse.
“Tenemos que estar completamente seguros de que podemos tomar el segmento del hígado que vamos a utilizar e implantarlo en el receptor con la plena confianza de no poner en riesgo ambas vidas”, dice Juan Gerardo Carmona, líder de trasplante pediátrico en TecSalud y encargado de la cirugía de banco.
En todo el proceso participa también un grupo de anestesiólogos, quienes mantienen a ambos pacientes con signos vitales estables como lo es la presión arterial, frecuencia cardiaca y el estado de sus demás órganos, entre otros.
María Goretti Cepeda y Gustavo Millán son parte de un equipo de anestesiólogos, ellos realizan procedimientos para que el órgano pueda adaptarse al nuevo cuerpo.
“Utilizamos diferentes medicamentos que nos ayudan a controlar la respuesta inmune y no pueda haber un rechazo del hígado de manera aguda durante el procedimiento”, dice Goretti.
“Son cirugías muy grandes con pacientes que usualmente tienen enfermedades muy marcadas, entonces son de alta complejidad. Necesitas un muy buen equipo médico, gastroenterólogos, hepatólogos y hasta tener apoyo psicosocial con la familia”, señala Escareño.
Retos del trasplante de donador vivo
A diferencia de un trasplante hepático de un donador cadavérico -un donador que fallece y de quién se extrae el hígado-, un trasplante de donador vivo tiene el doble de complejidad.
Gerardo Carmona explica que, una de las diferencias entre este y un trasplante de donante cadavérico, es la reducción del tiempo que tienen para realizar ambos procedimientos, así como el mantener a dos pacientes estables al mismo tiempo.
El procedimiento tradicional incluye un hígado sano completo, el cual frecuentemente proviene de otro centro médico, por lo que, a diferencia de un trasplante de donador vivo, solo necesita hacerse el procedimiento de banco e implantarse.
Otro de los retos de esta cirugía incluye aspectos psicológicos del donador, donante y sus familias, ya que todas las partes deben comprender el riesgo que conlleva esta cirugía y los cambios en sus estilos de vida luego de la operación.
En estos casos participan especialistas en psicología, así como también en nutrición, radiología y cardiología, entre otros.
Además del aspecto psicológico, estas sesiones previas ayudan a descartar alguna enfermedad de la que no se tenga conocimiento, así como para analizar la anatomía de ambos, para asegurar el éxito del trasplante.
Una opción ante la falta de donadores de hígado en México
En México el trasplante hepático de donante vivo puede ser una opción ante la falta de una cultura de donación de órganos.
La progresión de las enfermedades y el aumento de padecimientos como hígado graso o cirrosis, actualmente son una preocupación para los médicos.
“Tenemos muchos pacientes en lista de espera y en algunos su enfermedad sigue progresando y empeorando a tal grado que algunos mueren esperando un órgano sin que llegue”, dice Carmona.
Dentro de las ventajas de tener un donante vivo está, precisamente, no tener que esperar un donante cadavérico, sin embargo incluir a otra persona en el proceso lo vuelve más complejo.
Escareño señala que este proceso es relativamente nuevo para TecSalud, pero existen otras regiones en México en donde ya ha sucedido anteriormente, por ejemplo en el Estado de México, aunque es más común de adultos a niños.
En cuanto al éxito de los trasplantes hepáticos hechos en TecSalud, estos presentan una sobrevida superior al 88%, una cifra similar a Estados Unidos.
El objetivo es que este procedimiento sea parte de las opciones del sistema de salud junto a las campañas de concientización sobre donación de órganos que realiza frecuentemente TecSalud.
“Realizar este acto en una institución como esta es muy significativo. Marca una cultura de apoyo institucional y te dice que hay un equipo maduro capaz de hacer una cirugía de alta complejidad médica”, finaliza Escareño.