En el año 44. a.C, Julio César emitió la Ley de César sobre los municipios, la cual prohibía la circulación nocturna de transportes ruidosos por las calles de Roma, después de varias quejas vecinales sobre no poder dormir.
Desde entonces, la contaminación acústica no solo ha ido en aumento, sino que se ha buscado regular para el bienestar de las personas y de la vida silvestre que se ve afectada.
Contaminación acústica: causas y consecuencias
La mayoría de las afecciones en salud mental que son ocasionadas por la contaminación de ruido son derivaciones de los efectos físicos provocados por la exposición a la misma cuando sobrepasa los 65 decibeles.
Construcciones, los automóviles, el transporte público, las industrias y los ruidos dentro de los hogares, así como las fábricas sin protección debida son una amenaza inmediata y a largo plazo para quienes se exponen constantemente —e incluso por única vez—al ruido.
“Desde que nacemos vamos a ir perdiendo la audición por edad, que va a ser a niveles normales, pero si le agregamos el ruido vamos a ir perdiéndola más”, explica Israel de la Cruz, especialista en audiología y otorrinolaringología de TecSalud.
Esa pérdida de audición va a provocar otros trastornos cognitivos o de memoria. Por ejemplo, los pacientes que escuchan menos empiezan a salir menos porque no entienden a la gente.
“Dicen: ‘¿a qué voy si no los entiendo?’ Entre las causas más comunes de zumbido en el oído o de tinnitus, un sonido que se produce en el oído, es la pérdida auditiva por el trauma acústico, por el uso y abuso de sonido. Este también es uno de los trastornos de ansiedad de los pacientes”, explica De la Cruz.
Tinnitus acústico y consecuencias en la salud mental
Los pacientes que tienen trauma acústico, casi siempre, empiezan a tener un ruido, un tinnitus en el oído y no los deja dormir, porque el peor enemigo del zumbido es el silencio.
“Cuando la pregunta es, ¿qué les trae a consulta? Es la molestia de los sonidos, porque no duermen a gusto. La principal causa es el estrés, los cambios de hipersensibilidad o los cambios de zumbido en el oído”, explica De la Cruz.
La exposición de la población mundial al ruido está aumentando tanto en prevalencia como en intensidad y esto afecta negativamente las capacidades cognitivas, además, las implicaciones se extienden a las condiciones socioeconómicas, resultados de salud y bienestar general a nivel global, señala el estudio Noise pollution and human cognition: An updated systematic review and meta-analysis of recent evidence, publicado en 2022.
No solo eso, estudios recientes han encontrado que el ruido residencial se relaciona con deterioro cognitivo en personas mayores de 45 años, en tanto que el ruido de aeronaves puede impactar a las habilidades de lectura y atención en niños.
De la Cruz comenta que el trauma acústico de cualquier tipo puede derivar en el aumento en estrés por la dificultad para dormir y concentrarse, lo cual lleva a un círculo vicioso de aumento en la ansiedad y no poder estar bien en su entorno. “El problema del estrés es que conlleva muchos cambios hormonales y afecta también al sistema cardiovascular, provocando un aumento de presión arterial”.
Impacto en deterioro cognitivo en personas mayores y niños
Durante la pandemia por Covid-19, De la Cruz se dio cuenta de un aumento entre pacientes más jóvenes que reportaron problemas auditivos por el uso y abuso de sonido y al investigar más, encontró que se trataba del uso diario de auriculares para tomar clases en línea o para hacer caminatas, pero presentaban trauma acústico.
Una situación preocupante es que, al presentar a tan temprana edad estas condiciones auditivas, al ir creciendo se pueden sumar otras enfermedades crónicas y degenerativas, como diabetes y hipertensión, causantes también de pérdida auditiva. Si se suma el riesgo por infecciones, aumenta el riesgo de una pérdida total, antes de la edad promedio.
El Informe Mundial sobre la Audición, publicado en 2021 y realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), identifica la pérdida auditiva como un importante problema de salud pública global. Se estima que actualmente afecta a 1,500 millones de personas y que, para el año 2050, esa cifra aumentará a 2,500 millones.
“Hoy estamos poniendo, aquí en el Hospital Zambrano, más implantes cocleares en adultos que en niños. Antes era al revés, los niños que nacían con sordera se ponían los implantes cocleares, ahora no”.
Diversos estudios han vinculado la pérdida auditiva no tratada con un mayor riesgo de deterioro cognitivo, incluyendo afecciones como la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Por ello, tratar la pérdida auditiva en la población adulta mayor tiene implicaciones de gran alcance: mejora sus capacidades cognitivas, sus interacciones sociales y su estado emocional, al tiempo que ayuda a mitigar condiciones como la depresión y la disforia.
Precauciones ante el ruido doméstico
Aunque es muy cierto que el ruido ambiental es un factor relevante, lo es también el nivel de ruido dentro de las casas o departamentos en donde la gente pasa por lo menos un tercio de su tiempo, comentó Iván Yassmany Hernández Paniagua, Investigador de Ciencias Ambientales del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Algunos de los factores que alteran los niveles de ruido dentro de las casas son las mascotas, en particular los perros, según encontró el ingeniero Alberto Hernández Ramírez de la UNAM.
En los departamentos, que casi siempre se encuentran próximos a vialidades y zonas de gran flujo vehicular, el tráfico es el principal generador de ruido, aún más que la industria, el tráfico ferroviario y la aviación, dice la investigación de Hernández.
Los resultados obtenidos mostraron también que los residentes de las viviendas se encuentran mayormente expuestos a contaminación acústica por ruidos impulsivos, los cuales son originados dentro de la misma vivienda y por motores de vehículos que circulan en la periferia, ruidos de electrodomésticos o música muy alta.
“Un buen indicador es cuando ya nos empieza a parecer molesto el ruido de nosotros mismos, que depende de la percepción de cada persona”, explica Hernández.
Viajar en el metro: riesgo a largo plazo
Viajar en la línea verde de Indios Verdes hasta la última estación de la Línea 3 es el recorrido diario de varios usuarios del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en la Ciudad de México. Sin embargo, tanto usuarios como personal que trabaja en esa línea podría presentar daños en su sistema auditivo por exposición crónica.
Así lo demostró también la investigación de Dulce Anahí Ortega, ingeniería química de la UNAM, quien realizó mediciones de los niveles de ruido en cinco líneas que forman parte del Metro. Tanto en andenes como en vagones, los niveles de ruidos alcanzaron hasta 102.4 y 82.3 decibeles, respectivamente. Sin embargo, la línea más ruidosa durante todo el trayecto es la línea 6, debido a que la distancia entre estaciones y tiempo de permanencia dentro de los túneles es mayor en comparación con otras líneas en conjunto con la configuración de la misma.
Otro factor que puede influir en la exposición a mayor ruido es la afluencia dentro de los vagones: es decir, entre más lleno esté, más se atenuará el ruido ya que los cuerpos funcionan como absorbentes de las ondas.
Para mitigar algunos de estos efectos en el STC Metro al cual recurren 1.17 millones de usuarios diariamente, se sugiere que las paredes de los túneles se revistan con materiales fonoabsorbentes, reemplazar el balastro existente por asfalto fonoabsorbente principalmente en tramos subterráneos e instalaciones cerradas. De igual forma se recomienda el uso de equipo de seguridad que también proteja el sistema auditivo para quienes trabajan en el transporte.
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