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Métodos analíticos avanzados contra la delincuencia transnacional

Los traficantes utilizan todo tipo de tecnologías para realizar actividades ilícitas en todo el mundo. Justamente, es necesario combatirlos utilizando la ciencia de datos a nuestro favor.
Ilustración de la ciencia de datos
El costo de los ataques de ransomware aumentó de 8 mil millones de dólares a nivel mundial a 20 mil millones de dólares en 2021. Ilustración: Getty Images

Por Marzieh Khakifirooz

En nuestro mundo, los eventos en una región pueden resonar a nivel global. Las últimas tres décadas han visto cómo la globalización impulsa la prosperidad y crea vastas oportunidades [1]. Sin embargo, esta misma apertura también ha permitido que el crimen organizado prospere, capitalizando nuevos mercados, cadenas de suministro y tecnologías, al tiempo que aprovecha la débil regulación en los sistemas financieros y espacios digitales [2]. 

En consecuencia, organizaciones criminales y entidades corruptas han acumulado una considerable riqueza. Para abordar un problema tan resistente como el crimen organizado, es esencial un enfoque internacional colectivo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos existentes, las actividades ilícitas han evolucionado y se han expandido dramáticamente a nivel global en los últimos veinte años, planteando amenazas significativas para la paz, el desarrollo, la sostenibilidad ambiental, la salud y la justicia en todo el mundo.

Razones del crecimiento de los mercados ilícitos

¿Qué dinámicas han contribuido al crecimiento de estos mercados? Los avances tecnológicos rápidos y el lento ritmo de adaptación regulatoria han sido factores críticos. Internet ha facilitado particularmente la expansión de las economías ilegales, permitiendo la venta de armas, drogas y tráfico humano a través de las redes sociales y aplicaciones de comunicación.

Además, se ha convertido en una rica fuente de datos para participar en corrupción, extorsión y otras actividades criminales. Formas convencionales de conectividad, como el aumento en el volumen de envíos de contenedores, vuelos más frecuentes e infraestructura mejorada, también han influido. Estas actividades han tenido efectos devastadores en nuestro medio ambiente, con la tala ilegal, la pesca no regulada y la caza furtiva interrumpiendo los ecosistemas naturales [3]. Además, la minería ilícita y el cultivo de drogas están dañando los bosques, contaminando fuentes de agua y agotando los recursos naturales limitados de nuestro planeta [4].

Los cambios demográficos y el aumento de la movilidad también impulsan los mercados ilícitos. La migración urbana ha desbordado la capacidad de muchas ciudades para brindar seguridad y servicios públicos esenciales, lo que ha llevado a la expansión de barrios marginales donde las organizaciones criminales a menudo intervienen para ofrecer gobernanza y servicios alternativos.

Al mismo tiempo, factores como la guerra, la pobreza y el cambio climático han obligado a millones de personas a huir de sus hogares, creando oportunidades para los contrabandistas que encuentran formas de eludir barreras como los muros fronterizos y las migraciones legales. Además, la creciente desigualdad ha exacerbado estos problemas: los ricos acumulan más y dejan a otros atrás.

El Índice Global de Crimen Organizado califica a México en tercer lugar mundial de criminalidad.

La disminución de las oportunidades de empleo legítimo ha empujado a más personas hacia economías criminales que explotan a los vulnerables. Este problema se ve intensificado por el secreto financiero, los paraísos fiscales y las criptomonedas que facilitan transacciones financieras opacas.

Las zonas de conflicto proporcionan un terreno fértil para el comercio ilícito de armas, petróleo, drogas y recursos naturales, e incluso las democracias estables no son inmunes, ya que el crimen organizado puede influir en los procesos democráticos a través del poder financiero en las campañas electorales.

Nuevas formas de combatir los mercados ilícitos

Ante estos desafíos, existe una necesidad global apremiante de combatir las actividades ilícitas que exacerban las grandes crisis globales. El desarrollo sostenible, la buena gobernanza, la gestión de la migración y la paz duradera son inalcanzables si no se combaten eficazmente los mercados ilícitos y el crimen organizado. Las metodologías de investigación operativa (OR) y análisis de datos son algunas de las muchas herramientas que pueden ayudar a alterar estos mercados ilícitos [5].

Su objetivo es avanzar en técnicas de análisis de comportamiento en redes sociales, elaboración de perfiles criminales, detección de delitos, intercambio de datos entre agencias, análisis de sentimientos y desinformación, planificación de medios, detección y seguimiento de tendencias, interdicción, visualización y modelado de redes, detección de señales débiles, predicción de ubicaciones de actividades, análisis de redes sociales, detección de comunidades, descubrimiento de autoridades e inspección de la cadena de suministro. Por ejemplo, el análisis predictivo puede pronosticar los puntos críticos y las tendencias delictivas, permitiendo acciones preventivas.

Las herramientas de análisis de redes pueden desentrañar las complejas relaciones y jerarquías dentro de las organizaciones criminales, ayudando a su desmantelamiento. Además, los modelos de aprendizaje automático pueden identificar patrones de actividades ilegales a partir de vastas fuentes de datos, mejorando la detección y prevención de delitos como el fraude y el contrabando. Mejorar la colaboración entre agencias a través de sistemas de datos compartidos facilita una respuesta más coordinada y oportuna a las amenazas criminales.

Integrar la Investigación de Operaciones y el análisis de datos en la lucha contra el crimen organizado es crucial para desarrollar estrategias adaptativas que se basen en datos en tiempo real y conocimientos predictivos, garantizando una defensa sólida contra estas amenazas globales. Sin embargo, su aplicación plantea desafíos como garantizar la calidad de los datos, mitigar el sesgo algorítmico y respetar las consideraciones éticas.

A medida que avanza el campo, los avances en inteligencia artificial (IA) prometen una predicción y prevención de delitos aún más sofisticadas. Además, el desarrollo de modelos de IA explicables puede mejorar la transparencia y la confianza en estos sistemas. En última instancia, una implementación exitosa requiere la colaboración entre investigadores, formuladores de políticas y autoridades policiales para aprovechar el análisis de datos de manera efectiva en la lucha contra el crimen organizado.

Referencias

[1] Green, D., & Griffith, M. (2002). Globalization and its discontentsInternational Affairs, 78(1), 49-68.

[2] Andreas, P. (2004). Illicit international political economy: the clandestine side of globalization. Review of International Political Economy, 11(3), 641-652.

[3] Nellemann, C., Henriksen, R., Kreilhuber, A., Stewart, D., Kotsovou, M., Raxter, P., … & Barrat, S. (2016). The rise of environmental crime: a growing threat to natural resources, peace, development and securityUnited Nations Environment Programme (UNEP).

[4] Fathi, M., Pardalos, P. M., Delen, D., Gold, S., & Khakifirooz, M. (2024). An Introduction to the Applications of Operations Research and Data Science in Disrupting Illicit MarketsAnnals of Operations Research, In Press.

[5] Anzoom, R., Nagi, R., & Vogiatzis, C. (2021). A review of research in illicit supply-chain networks and new directions to thwart them. IISE Transactions, 54(2), 134-158.

Autora

Marzieh Khakifirooz. Doctora en ingeniería industrial y gestión de ingeniería. Graduada en estadística industrial por la Universidad Nacional Tsing Hua (NTHU), Hsinchu, Taiwán. Actualmente es profesora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey. Tiene una destacada experiencia práctica como consultora para industrias de alta tecnología. Así como numerosas publicaciones sobre la toma de decisiones basada en Inteligencia Artificial.

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