El plagio y la falsificación de datos o de autoría son prácticas desalineadas con la ética y la integridad en publicaciones científicas e impacta de manera profesional a investigadores, sumado a la pérdida de credibilidad institucional, la desconfianza generada en la ciencia y provoca retrasos tecnológicos cuando la innovación se basa en esas publicaciones.
João Pildervasser, gerente de Asuntos Académicos para América Latina y el Caribe en Springer Nature, compartió esta reflexión en la conferencia Ética e integridad en la publicación científica, durante el Tec Research Day.
“Según el National Institute of Health, la integridad en la investigación está relacionada con el uso de métodos honestos y verificables a la hora de proponer, realizar y evaluar la investigación. La comunicación de los resultados se debe hacer prestando especial atención al cumplimiento de las normas, reglamentos y directrices”, comentó Pildervasser.
El evento, llevado a cabo en el marco del foro Tec Science Summit 2025, reúne a científicos de todas las escuelas de la institución para promover la colaboración de investigación y en esta edición lleva por título: Ciencia interdisciplinaria para un mundo complejo.
El experto señaló que, en efecto, hay malos actores y comportamientos e incentivos contrarios a la ética e integridad en la ciencia y la publicación científica. En ese sentido, la mala conducta afecta a todo el ecosistema científico en el que participan investigadores, industria, instituciones, editoriales, gobiernos y sociedad.
Es por ello que la integridad en la investigación debe ser responsabilidad no solo de científicos, sino de toda la comunidad.
Sin embargo, también mencionó que no todos los casos faltos de ética se deben a una mala intención, pues en ocasiones pueden ser errores genuinos en donde los investigadores encuentran fallas durante el desarrollo de su propia trabajo o en ocasiones de otros.
Procesos para control de la calidad
Pildervasser compartió algunas prácticas que llevan a cabo en Springer Nature, como contar con un grupo de expertos en diferentes ámbitos, que van desde lo editorial hasta lo legal, para mantener el control de la calidad de las publicaciones científicas y que realizan una evaluación rigurosa de los artículos.
“Ese grupo está involucrado tanto con el soporte para el desarrollo de la tecnología que tenemos en el proceso editorial, como en el apoyo al investigador y al entrenamiento de nuestro equipo interno”, explicó.
Como editorial científica, cuentan con múltiples controles de integridad incorporados en el proceso editorial que implican herramientas de detección de plagio, revisión por pares, validación de datos y mecanismos de corrección, incluso, después de la publicación.
Algunas de las medidas viables para una editorial ante una falta a la integridad son: correcciones, apéndices con información editorial, notas del editor, expresiones editoriales de preocupación y retracciones.
Las retracciones son mecanismos para corregir la literatura, garantizar la integridad de la investigación y alertar a los lectores sobre artículos que cuentan con datos defectuosos o erróneos, con resultados en los que no se puede confiar.
El deber de las editoriales científicas es evaluar si el contenido de los artículos es fiable, para preservar la confianza en la investigación que publican y garantizar que sus lectores tengan contenidos válidos.
El uso de IA en artículos científicos
El ponente comentó que la Inteligencia Artificial (IA) debe ser vista como una herramienta que, al igual que otras, tiene fines positivos y negativos. Por ejemplo, en el caso de una autoría ética, la editorial no acepta a una de estas tecnologías como autor pues eso conlleva la responsabilidad por el trabajo y si se detecta un problema de integridad no sería posible contactar a la empresa encargada de ese modelo.
Por otro lado, señaló que la editorial permite el uso de herramientas de IA en casos de edición asistida, en textos para mejorar la legibilidad y el estilo, o encontrar problemas gramaticales. “Pero es importante tener claro que el uso de cualquier herramienta de este tipo debe documentarse adecuadamente en la sección de métodos, para que las personas que van a evaluar o leer el material sepan que se ha utilizado IA”.
La IA también es una opción de un apoyo para detectar problemas de integridad, mencionó Pildervasser. Por ejemplo, en Springer Nature se aprovecha una herramienta llamada Geppeto, capaz de detectar gestos generados por modelos de lenguaje.
Además, la complementan con otras herramientas que detectan contenido inválido, sin sentido o plagiado; de verificación de autores y revisores para evitar conflictos de interés durante las evaluaciones; y SnappShot para la detección de imágenes manipuladas.
También, la editorial lanza herramientas que sirven como apoyo en aspectos editoriales y de evaluación de artículos para que autores y revisores puedan agilizar los procesos de publicación.
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