El ingeniero químico, científico y cofundador de la farmacéutica Moderna, Robert Langer, compartió su perspectiva sobre los avances y los retos en distintas tecnologías biomédicas con las que trabaja en su laboratorio, como el ARN mensajero (ARNm) utilizado en vacunas y tratamientos, los sistemas de administración de fármacos y la ingeniería de tejidos.
Langer fue uno de los ponentes principales en la edición 2025 de la Reunión de Consejeros del Tecnológico de Monterrey, que se llevó a cabo del 16 al 18 de febrero en el campus Monterrey. El evento llevó por título Hacia el 2030: Educación que Transforma Realidades.
En entrevista, el profesor del MIT —quien dirige el reconocido Langer Lab— habló sobre algunas de las investigaciones más innovadoras en biotecnología y ciencia de materiales en las que ha trabajado, como el uso de la tecnología de ARNm para tratar el cáncer y otras enfermedades.
Como parte de estos estudios, Langer desarrolló nanopartículas que permiten transportar el ARNm a través del cuerpo humano sin que se degrade, utilizando materiales como polímeros y lípidos.

Ensayos en curso con tecnología de ARNm
Tras el papel clave que jugaron las vacunas de ARNm en la lucha contra la pandemia de COVID-19, los equipos de investigación ahora trabajan en perfeccionar y ampliar esta tecnología para desarrollar nuevos tratamientos contra diversas enfermedades.
“Ya ha sido aprobada para el VSR (Virus Sincitial Respiratorio) y está en numerosos ensayos clínicos para distintos tratamientos, como el cáncer, enfermedades raras y fibrosis quística. Hay muchas pruebas en marcha y otras vacunas en desarrollo, como norovirus e influenza. Es una tecnología que ya ha sido utilizada por muchas personas y que, con toda seguridad, será empleada por muchas más en los próximos años para tratar distintas enfermedades”, explicó.
Al reflexionar sobre las lecciones aprendidas con el desarrollo acelerado de las vacunas de ARNm durante la pandemia —y pensando en futuras emergencias sanitarias— destacó la importancia de evaluar el equilibrio entre el riesgo y el beneficio, especialmente en lo que respecta al tiempo que toman los tratamientos en obtener aprobación.
Aunque reconoció que agilizar estos procesos es una decisión compleja, mencionó el caso de la Operación Warp Speed en Estados Unidos como un ejemplo. Esta iniciativa hizo una inversión financiera significativa en las compañías que desarrollaban vacunas y aceleró los procesos regulatorios, garantizando al mismo tiempo que los ensayos clínicos confirmaran su seguridad. Este enfoque, en última instancia, ayudó a salvar millones de vidas.
Retos en la administración de fármacos
Durante años, Robert Langer ha trabajado en el desarrollo de sistemas de liberación controlada de fármacos que emplean lípidos y polímeros biodegradables para encapsular medicamentos dentro del cuerpo humano. Este enfoque busca generar tratamientos más precisos y con menos efectos secundarios para pacientes con enfermedades como el cáncer y trastornos neurológicos.
El investigador explicó que una de las principales líneas de estudio en su laboratorio se centra en el uso de nanopartículas. Esta tecnología permite dirigir los medicamentos específicamente a ciertas células, por ejemplo, las que son cancerosas en los tumores, sin dañar las sanas.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los científicos es lograr que estas nanopartículas atraviesen con éxito barreras biológicas, como el intestino o la barrera hematoencefálica, para que los fármacos se liberen en el lugar y momento adecuados dentro del organismo. Otro reto importante, señaló, es dirigir las nanopartículas hacia células específicas más allá del hígado, lo que ha impulsado investigaciones para mejorar los métodos de orientación.
Entre los proyectos desarrollados en su laboratorio, destaca la creación de fármacos que ayudan a inhibir la neovascularización, que es el proceso de formación de nuevos vasos sanguíneos en tumores que les suministran oxígeno, y en enfermedades cardiovasculares, sin afectar los vasos sanguíneos preexistentes.
Ingeniería de tejidos, impresión 3D e inteligencia artificial
Otra de las principales áreas de investigación del profesor del MIT es la ingeniería de tejidos y la medicina regenerativa. Su trabajo se centra en el uso de materiales como polímeros biodegradables y nanofibras para crear estructuras que sirvan de soporte al crecimiento celular y permitan la formación de tejidos funcionales.
Langer explicó que ya existen estudios aprobados para el desarrollo de piel y vasos sanguíneos, mientras que muchas otras investigaciones están en fase de ensayos clínicos. Además, se han logrado avances significativos en la combinación de estas tecnologías con la impresión 3D para la creación de órganos y modelos de tejidos en chips.
“Si logramos desarrollar tejidos en un chip, en un entorno in vitro, que realmente imiten las condiciones del cuerpo humano, podríamos realizar miles de experimentos. Por ejemplo, podríamos probar una cantidad enorme de estructuras químicas, analizar cuáles generan resultados positivos y cuáles no. Y ahí entra en juego la inteligencia artificial, se podría empezar a analizar patrones, identificar qué estructuras funcionan y predecir cuáles podrían ser efectivas en el futuro”, explicó.
El profesor agregó que la IA también podría ser un elemento transformador en el análisis de estudios que generan grandes volúmenes de datos, imágenes y otros elementos, lo que, en última instancia, tendría un impacto significativo en los procesos de diagnóstico.
Desafíos para una biomedicina que evoluciona
Langer también habló sobre los desafíos que enfrenta la biomedicina al intentar llevar los descubrimientos de laboratorio a aplicaciones clínicas, especialmente en lo que respecta a las barreras regulatorias y financieras.
En cuanto a los obstáculos normativos, reconoció que los procesos toman tiempo y no siempre es fácil acelerarlos, pero por una razón fundamental: garantizar la seguridad. “Las autoridades quieren asegurarse de que cualquier nuevo tratamiento que vaya a ser utilizado por muchas personas sea realmente seguro”, explicó.
En el aspecto financiero, destacó que desarrollar un nuevo fármaco es un proceso extremadamente costoso y requiere inversiones considerables en cada etapa. Conseguir financiamiento no siempre es sencillo, lo que representa un reto importante tanto para los investigadores como para las empresas.
Para hacer que los medicamentos sean más accesibles, subrayó la importancia de buscar apoyo. Un ejemplo de esto es la colaboración del Langer Lab con la Fundación Bill & Melinda Gates en diversos proyectos de innovación en salud, que incluyen el desarrollo de vacunas y mejoras en la nutrición.
“En el futuro, tendremos mejores vacunas y mejores tratamientos para enfermedades cerebrales, cáncer y padecimientos raros. Espero que haya más terapias celulares y genéticas que las que existen actualmente”, afirmó Langer.
*Con información de Alejandro Navarrete.
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