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La investigadora del Tec que busca salvar al pez totoaba

La conservación de esta especie tiene un impacto directo en su ecosistema y, especialmente, en la vaquita marina.
Mujer joven cabello largo negro y sueter rojo
La investigadora llama a tener equipos multidisciplinarios para enfrentar los problemas de conservación. (Foto: Cortesía)

La totoaba (totoaba macdonaldi) es un pez endémico del Golfo de California. Puede vivir hasta 50 años y pesar más de 100 kilogramos, su alimentación se basa en cangrejos, sardinas y camarones.

Y, como sucede con otras especies, está en alto riesgo de extinción, siendo la caza ilegal la principal causa de su vulnerabilidad.

En los países asiáticos, se le atribuyen propiedades curativas. En la medicina tradicional china se utiliza para aliviar las molestias durante el embarazo y para los dolores articulares, aunque no hay ninguna prueba científica que lo avale.

Ante este escenario, un equipo de investigación, liderado por la doctora en biotecnología Rocío Alejandra Chávez Santosco y del Laboratorio de Secuenciación Genómica y profesora investigadora de Biotecnología de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey ya trabaja en la conservación de la especie.

Para conocer más detalles sobre el proyecto, así como los resultados obtenidos hasta ahora y los pasos siguientes, en Tec Review platicamos con la ingeniera:

Rescate al pez totoaba

¿Cuáles son las características del pez totoaba y por qué tiene alta demanda para consumo humano?

Es un pez endémico que solo vive en el Golfo de California, en la parte de México, más que en Estados Unidos.

Es una especie carnívora, llega a medir hasta 160 centímetros de longitud y puede pesar hasta 165 kilogramos. Al ser endémico sufre de caza ilegal, porque se le han atribuido propiedades a su vejiga natatoria, el cual se distribuye sobre todo en Asia.

Hace poco estaba en la categoría de «peligro de extinción». Ahora está como «especie vulnerable», pero el riesgo de su conservación sigue.

Dado que solo se alimenta de otros peces, las acciones de acuicultura actuales son deficientes, porque, al comer otros peces, sería muy caro tener una dieta así.

Esto los ha llevado a cambiar la fuente de proteína por algunas vegetales, es decir, le han dado soya, maíz y frijol para que tenga los aminoácidos que necesita.

Sin embargo, estas fuentes de proteína vegetal han perjudicado al pez. Ha desarrollado estrés metabólico, hígado graso, enteritis y otros problemas.

Así, el pez no sobrevive cuando es devuelto al mar y tampoco crece, debido a su estrés metabólico. Le dan mucha comida, pero no aumenta su tamaño, afectando así su venta legal.

¿Cuáles son las acciones que su equipo de investigación ha llevado a cabo?

Cuando comenzamos a trabajar en el proyecto lo primero que hicimos fue revisar en la literatura sobre genes y ADN de la totoaba macdonaldi y descubrimos que no estaba reportado.

Debido a esto, todos los esfuerzos que se han hecho en México han sido con base en prueba y error, lo cual no ha resultado eficiente.

Ante esto, decidimos hacer el transcriptoma del pez, es decir, saber qué genes expresa y conocer a qué especies se parece. Ahí descubrimos que se relaciona con peces como el salmón y danio rerio (pez cebra).

Esto nos ayudó a tener un panorama más amplio y certero. Le dimos una dieta con elementos que sabíamos beneficiarían su metabolismo, particularmente fueron flavonoides y un probiótico llamado inulina, en cantidades específicas.

¿Cuáles han sido los resultados obtenidos hasta el momento y cómo se han visto reflejados en la especie?

Descubrimos que con dosis muy bajas de flavonoides e inulina podemos mejorar varias cosas. Primero, que el pez crezca más; segundo, que esté sano gracias a que su metabolismo no se afecta; y tercero, nos ayuda a mejorar los microorganismos que viven en su intestino, a fin de evitar que presentara diarrea, básicamente.

Esto que explico ya está en vías de publicarse en una revista de alto impacto, lo cual esperemos sea aceptado pronto.

imagen pez totoaba
(Fuente: Profepa)

¿Qué pasaría si desaparece la especie?

¿Cuál es el rol del totoaba en su ecosistema y cómo impacta su escasez en su hábitat?

La conservación de este pez tiene un impacto directo en su ecosistema y –especialmente– en especies como la vaquita marina, la cual está en peligro de extinción y que también es endémica.

Además, influye en la regeneración del ecosistema donde se encuentra. Si no existe totoaba, no habrá un ciclo de nitrógeno y muchas cosas que necesita esa zona para favorecer a otras especies nativas.

¿Cuáles son los siguientes pasos del proyecto?

Por ahora, ya tenemos un alimento sustentable, efectivo y barato para este pez, además de aplicar dicha estrategia genómica en otras especies acuícolas en México, como la trucha y el camarón.

También estamos en la caracterización del genoma de totoaba, un proyecto muy caro que requiere de la participación de más actores para su realización.

¿Qué sugerencias tendrías para el gobierno y otras instituciones que estén interesados en la conservación de totoaba macdonaldi?

Diría que la estrategia de prueba y error que hemos hecho siempre ya no funciona. Y es más cara, porque no siempre obtenemos resultados buenos en el corto plazo.

Hacer una caracterización metabólica, genómica y de expresión de genes nos ayuda a predecir qué resultados podríamos obtener si aplicamos determinados estímulos. Con esto, invito a invertir en proyectos de este tipo.

También hacen falta más equipos multidisciplinarios, los cuales ayuda a la solución integral de problemas reales. Tenemos especialista en genética, alimentos, acuicultores y nutrigenómica, quienes han aportado mucho a la investigación.

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