El objetivo de un equipo de investigadores en México era detectar Covid-19 en aguas residuales para minimizar el riesgo de contagios, pero ¿por qué parar ahí? Hoy trabajan en la detección de enfermedades no infecciosas como el Alzheimer.
Arnoldo Armenta y Alberto Aguayo, investigadores del Laboratorio de Monitoreo de Aguas Residuales MARTEC del Tecnológico de Monterrey, dirigido por Roberto Parra Saldívar, formaron parte de una investigación llamada Urine biomarkers for Alzheimer’s disease: A new opportunity for wastewater-based epidemiology?, en la que analizan diferentes estrategias sobre cómo detectar esta enfermedad neurodegenerativa en aguas residuales de manera masiva.
En la actualidad los métodos de diagnóstico tradicionales de la enfermedad son costosos e invasivos al requerir de análisis como pruebas de sangre y, en ocasiones, de varias visitas al médico.
El objetivo de la investigación es detectar los biomarcadores de orina relacionados a la presencia del Alzheimer mediante el análisis de aguas residuales. De esta forma se podría hasta estimar la incidencia e identificar los factores de riesgo dentro de las poblaciones y brindar más datos para una mejor gestión de los recursos y los esfuerzos preventivos.
Biomarcadores que podrían ayudar en la detección de Alzheimer
Una parte crucial de la investigación se centró en el reconocimiento de biomarcadores de orina específicos en el sistema de agua residual resultante de actividades humanas en hogares, industrias, hospitales y otros establecimientos.
El equipo descubrió en esa área que existen proteínas relacionadas a la presencia de la enfermedad, como fragmentos de amiloide beta y proteínas neurofibrilares, que afectan el funcionamiento de las células cerebrales y la comunicación que existe entre ellas.
Estos por sí solos, no siempre indican Alzheimer, pero en conjunto con otras pueden ser un indicativo específico de que la enfermedad está presente, incluso antes de que aparezcan otros síntomas significativos, como dificultad para recordar eventos recientes o problemas para concentrarse.
“Todavía no hay un biomarcador estrella que nos señale que, cuando está en altas concentraciones, vamos a tener una población que tiene más propensión a Alzheimer o a otras enfermedades neurodegenerativas”, dijo Alberto Aguayo.
La investigación surgió a partir de una iniciativa que buscaba encontrar el virus de SARS-CoV-2 en las aguas residuales de los edificios del Tecnológico de Monterrey en sus diversos campus en México, para evitar brotes infecciosos.
Esta práctica se extendió a más partes del mundo y los científicos comenzaron a estudiar si era posible detectar otras enfermedades no infecciosas con investigaciones en biomarcadores para la hipertensión y diversos tipos de afectaciones cardiacas.
Al igual que el Tec de Monterrey, universidades como Arizona State University también han trabajado en el estudio de biomarcadores en sus aguas residuales.
El análisis de aguas residuales abre otras oportunidades
El análisis de biomarcadores en aguas residuales se vuelve cada vez más estudiado en el mundo. Hay también grupos de investigación similares en el mismo Tec de Monterrey, como el que lidera el doctor Eduardo Sosa que analiza la presencia de antidepresivos en el agua y cómo afectan los ecosistemas marinos.
Arnoldo Armenta, por su parte, explica que a diferencia de un virus -que solo había que detectar su presencia-, en enfermedades como el Alzheimer se requiere de la muestra de un panel completo para evitar falsos positivos o negativos.
Además existen otras preocupaciones éticas, como la privacidad de los datos y el manejo adecuado de la información recopilada.
“Lo principal que nos gustaría hacer es un modelo de vigilancia en el cual podamos ofrecer a los tomadores de decisiones una amplia gama de información para que se prevean muchas enfermedades que se pueden anticipar. Nuestra idea es crear este sistema y trabajar con el sector salud para darles herramientas y que ellos puedan actuar de la forma más precisa y ética posible”, finalizó Aguayo.