Hoy en día, más de la mitad de la población humana vive en una ciudad y se prevé que para 2025 este número aumente al 68%. Frente al crecimiento desmedido y la falta de planeación, la ciencia y la tecnología proponen transitar hacia ciudades más sostenibles.
Entre los mayores problemas asociados con la falta de sostenibilidad en las grandes urbes, los experto identifican la mala calidad del aire, la contaminación por plástico, fertilizantes y metales pesados, así como el estrés hídrico. Esto sumando a otros factores que no están relacionados con la falta de cuidado al medio ambiente.
“Lo que ha sucedido en nuestras ciudades, además de la sobreexplotación y la contaminación del aire, es que hemos crecido en un modelo de desarrollo de mucha exclusión y segregación”, dice Carina Arvizu Machado, arquitecta y urbanista egresada del Tec de Monterrey.
¿Cómo crear ciudades sostenibles?
De acuerdo con Rubén Garnica Monroy, profesor investigador de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño (EAAD) del Tec de Monterrey, existen tres esferas de la sostenibilidad: la social, la ambiental y la económica.
“Es un espacio donde predomina el bien común por encima del interés individual”, explica Garnica Monroy en referencia a que la sostenibilidad va más allá de las áreas verdes.
La esfera económica se basa en que las ciudades deben contribuir al desarrollo y al crecimiento económico de los individuos, dándoles acceso a un trabajo digno, para cubrir sus necesidades y deseos. También es necesario que impulsen el progreso de las empresas pequeñas, medianas y grandes.
En la esfera social, las ciudades sostenibles deben asegurar que exista la igualdad, donde todas las personas tengan acceso a vivienda digna y asequible, parques y otros espacios recreativos, centros de salud y hospitales, medicamentos, alimentos y otros productos de calidad.
Algo más. Deben proveerse las condiciones necesarias para que quienes las habitan puedan gozar de salud física y mental, así como vivir seguras y libres de violencia o discriminación.
Inclusión: esfera social
Uno de los factores que más afectan a las personas que habitan zonas urbanas o suburbanas hoy en día es la falta de inclusión social. Resulta que la mayoría de las ciudades están construidas teniendo en mente solamente a un adulto joven sin ninguna discapacidad.
“En términos de inclusión estamos muy, muy por detrás”, reflexiona la urbanista Arvizu Machado, quien también es directora del programa de ciudades en México y Colombia del World Resources Institute (WRI).
En México, por ejemplo, solo dos de diez manzanas cuentan con accesos de la calle a la banqueta para usuarios de silla de ruedas, de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). “Las personas mayores o en silla de ruedas terminan usando el paso vehicular, poniéndose en un riesgo enorme para poder moverse”, menciona Arvizu Machado.
Por su parte, Nélida Escobedo Ruiz, arquitecta, investigadora y profesora de la EAAD, advierte que a nivel mundial casi ninguna ciudad considera a los menores de edad ni a aquellos que los cuidan. “Hay una visión adultocéntrica y se nos olvida que una vez fuimos infantes”, dice en entrevista con TecScience.
Esto impacta de forma negativa el desarrollo de los individuos, ya que estas etapas iniciales de la vida de una persona son cruciales para su desarrollo cognitivo, físico y emocional. De hecho, para Escobedo Ruiz, es necesario que se establezcan programas que consideren a las infancias y les proporcionen un entorno óptimo para su crecimiento.
Transición a la sostenibilidad
Según los expertos, para hacer la transición hacia ciudades más sostenibles, es necesario considerar las condiciones específicas de cada región, por lo que no existe una sola fórmula para alcanzarlas.
“Hay algunos conceptos básicos que nos acercan a esa idea de ciudad sostenible, sin embargo, obedecen a condiciones y contextos específicos de donde la ciudad se encuentra”, dice la arquitecta Escobedo Ruiz del EAAD.
Es difícil encontrar ciudades que sean sostenibles en las tres esferas, algunas son más sostenibles en una que otra.
Barcelona, por ejemplo, ha desarrollado proyectos de planeación urbana para asegurarse de que sus calles no solo sean accesibles para las infancias y sus cuidadores, sino que también sean aptas para jugar, cubriendo algunos aspectos de la esfera social.
En Ámsterdam, los ciudadanos han optado por transportarse en dos ruedas, en vez de cuatro, lo cual ha reducido significativamente las emisiones de gases efecto invernadero, cubriendo una parte de la esfera ambiental.
En Nuevo León, el municipio de San Pedro Garza fue la primera ciudad latinoamericana en obtener la certificación LEED para ciudades nivel oro, esto significa que se evaluó el desempeño de las ciudades en términos de sustentabilidad y de calidad de vida.
El futuro de las ciudades
Para Rob Roggema, arquitecto paisajista holandés, profesor de la EAAD y miembro de la Faculty of Excellence del Tec de Monterrey, más que buscar la sostenibilidad, es necesario perseguir una cultura regenerativa.
Esto se refiere a pensar en las personas y en sus necesidades. Entendiendo cómo es el sistema natural del lugar en donde se encuentra una ciudad y dejar que eso dicte su planeación.
«Si primero construimos y después solo agregamos un poco de verde, tendremos el mismo estilo de ciudad que hemos creado a lo largo de las últimas décadas, dice Roggema a TecScience.
Sostener la vida de todos aquellos que habitan una ciudad y sus inmediaciones —incluyendo especies vegetales y animales—, en un entorno incluyente a cualquier edad o condición, requiere que autoridades y gobiernos interpongan el bien común sobre el interés personal.
La arquitecta Arvizu Machado lo resume en una frase: “En el futuro debemos considerar las voces de todas las personas al momento de planear las ciudades”.