El Tec de Monterrey lidera una investigación sobre cómo se entiende el florecimiento humano en la región, gracias a un fondo otorgado por Templeton World Charity Foundation.
En este proyecto participan expertos de la Universidad Católica de Chile y la Universidad de los Andes (TRIADA), así como de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Nossa Terra Firme. Además, se cuenta con la colaboración de profesores de instituciones como Harvard University y Baylor University en Texas.
Uno de los objetivos centrales es identificar a aquellos que llevan a cabo investigaciones sobre el tema con rigor científico en diversos campos del conocimiento, para que puedan establecer hubs en Latinoamérica.
Florecimiento humano desde América Latina: bienestar a la medida
Es un concepto que se ha abordado desde disciplinas como la psicología, la filosofía, las artes hasta la economía y las ciencias ambientales, el cual contempla el bienestar individual y el de la comunidad.
Para Enrique Tamés, director de proyectos de Florecimiento Humano del Tec, la definición del concepto no es algo estable, sino que es fluido.
“Hay mucha reflexión filosófica y conocimiento científico para saber en qué podemos hacer para convertirnos en la mejor versión. No solo nosotros como individuos, sino de nuestra comunidad y de nuestro planeta“, explica.
De acuerdo con una investigación realizada por Tamés, Manuel Cebral y Alberto Hernández, La fertilidad de un concepto: una revisión bibliométrica del florecimiento humano el término en inglés human flourishing se utilizó, por primera vez, en una publicación científica en 1969. Durante los últimos 30 años, ha sido cada vez más empleado en diversos estudios.
y el cual ha sido cada vez más utilizado desde hace 30 años en distintas investigaciones en varios países.
“Independientemente de si le llamamos florecer o bienestar, es algo de lo que hablamos en todo el mundo, de cómo crear las condiciones óptimas de mi entorno y de mi interior para convertirnos en la mejor versión”, dice.
Sin embargo, uno de los problemas del concepto “florecimiento humano” es que ha sido definido desde las perspectivas de los países más desarrollados, lo cual genera criterios de bienestar que −no necesariamente− son los mismos que en América Latina.
Para ejemplificar lo que sucede con este concepto, Tamés se refiere al Reporte Mundial de Felicidad, que es uno de los criterios que se utilizan para medir el florecimiento humano. En esos reportes, siempre están en primer lugar los mismos países: Dinamarca, Finlandia, Países Bajos.
“¿Por qué? Porque ellos mismos están definiendo lo que es la felicidad. Si van a una tribu de Australia y le preguntan su definición de belleza pues va a ser diferente. ¿En que momento nos preguntaron a los latinoamericanos lo que nos hacía ser nuestra mejor versión?”, se pregunta el experto.
Mapeo de investigaciones en AL
Con la investigación, explica Tamés, “pretendemos arrojar la suficiente información para darnos cuenta de que a lo mejor hay ideas en común de florecimiento pero seguramente habrá cosas distintas. Si queremos medir, tenemos que incorporar diferentes visiones”.
En primer lugar, los investigadores buscarán a quiénes están realizando estudios sobre florecimiento humano en la región desde un punto de vista científico. Se trata de concretar una base de datos que aglomere las distintas versiones del concepto y sus principales exponentes.
“Una vez localizados, empieza la investigación de campo, vamos a ir con los especialistas a tratar de entender qué están haciendo, cómo están definiendo florecimiento humano”, cuenta.
La finalidad es crear un mapa interactivo en el que se podrá observar el tipo de investigaciones hechas, expertos, temas y organizaciones que fondean proyectos similares.