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Cómo el consumo de alcohol durante el embarazo altera el ADN

La placenta funciona como una barrera, deteniendo parcialmente los daños, pero no previene las alteraciones celulares.
ilustracion de mitocondrias dentro de la célula
Las investigadoras del Tec de Monterrey explican que, debido a que la metabolización del etanol, se crea un ambiente oxidativo en la placenta, causando daño al ADN y las mitocondrias. En la imagen, la representación de estas últimas, que son órganos celulares rodeados de membranas que producen energía. (Ilustración Getty Images)

Durante el embarazo, la placenta es una de las partes más importantes del desarrollo de un bebé, ya que proporciona nutrientes y sirve como un refugio contra factores externos, sin embargo, esta barrera puede ser dañada por sustancias como el consumo de alcohol en el embarazo.

Las investigadoras del Tec de Monterrey, Fabiola Castorena, profesora e investigadora de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, e Irene Martín del Estal, directora de programa en Biociencias del Tec, explican esta situación en la revisión The Placenta as a Target for Alcohol During Pregnancy: The Close Relation with IGFs Signaling Pathway.

Su principal objetivo es entender y recopilar investigaciones sobre las sustancias tóxicas y cómo pueden afectar el proceso de la gestación y la salud de los bebés durante su desarrollo. 

Además, ambas investigadoras trabajan en entender cómo otros factores, como el estrés, tienen un impacto igualmente dañino en la placenta y la salud y desarrollo del bebé a corto, mediano y largo plazo.

Alcohol en el embarazo, ¿se puede consumir en pequeñas cantidades?

Castorena señala que existen sustancias llamadas xenobióticas, que se transforman dentro de un organismo y en ocasiones llegan a ser más tóxicas que los compuestos iniciales, como en el caso del etanol, presente en las bebidas alcohólicas. 

La cantidad que se consume es irrelevante, según explican, ya que los estudios realizados sugieren que incluso medidas muy pequeñas pueden tener efectos adversos o mantenerse durante periodos prolongados en el cuerpo.

En 2022, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), señaló que el consumo de alcohol, especialmente en los primeros tres meses de embarazo, puede causar problemas de crecimiento o en el sistema nervioso central e incluso discapacidades físicas, intelectuales y de comportamiento. 

Estas discapacidades son conocidas como Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), provocado por el alcohol que llega a través de la placenta al bebé, quien no posee un sistema antioxidante maduro, por lo que es más vulnerable.

Por ejemplo, puede ocasionar bajo peso corporal, mala memoria, discapacidades del aprendizaje, retrasos en el habla y el lenguaje y problemas de audición, visión y cardiacos, entre otros.

Afecciones en las señales químicas del cuerpo

Castorena y Martín se enfocaron −principalmente− en el IGF-1 o Factor de Crecimiento Insulinoide 1, es decir, cómo el alcohol altera la manera en que funcionan ciertas señales químicas del cuerpo, en particular esta, que involucra la insulina y el factor de crecimiento, presentes en la formación de la placenta.

Martín menciona que existen diversos estudios en el tema, sin embargo su trabajo está más enfocado en explorar más sobre cómo es el proceso de este daño en la placenta.

“En España, durante mi maestría, trabajé con un modelo animal con una deficiencia parcial en el IGF-1. Siempre me preguntaba por qué se trabaja mayormente en animales machos y no hembras, ya que en ellas podemos ver los problemas de esta deficiencia durante el embarazo”, dice la investigadora.

Uno de los principales hallazgos de su investigación, fue confirmar que la placenta sí funciona como una barrera, deteniendo parcialmente los daños, evitando que sean directos hacia el feto, sin embargo, no previenen −completamente− alteraciones ni una menor absorción de nutrientes.

Las investigadoras explican que este daño por consumir alcohol durante el embarazo es debido a que la metabolización del etanol crea un ambiente oxidativo en la placenta, provocando la oxidación de lípidos y proteínas, causando daño al ADN y las mitocondrias, lo que puede llevar a daño y muerte celular.

“Creo que es muy importante no minimizar los efectos del alcohol. Existen también varios factores que pueden modificar la eliminación de esta sustancia del organismo, por lo que puede permanecer más tiempo y generar muchos más efectos adversos”, señala Castorena.

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