Un reciente estudio publicado proporciona nuevas perspectivas sobre la heredabilidad y el impacto del entorno compartido en la susceptibilidad y la severidad de la infección por Covid-19.
El estudio fue llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia, en Nueva York y publicado en la revista Nature. Se basó en datos de genealogía, resultados de pruebas de PCR e información de hospitalización de pacientes en el New York-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center (NYP/CUIMC).
¿Por qué nos seguimos enfermando de Covid-19?
Los resultados revelaron que, tanto los factores genéticos como el entorno compartido, desempeñan un papel significativo en la variabilidad de la susceptibilidad y la severidad de Covid-19.
En cuanto a la susceptibilidad, se estimó que los factores genéticos contribuyen aproximadamente al 65%, mientras que el entorno compartido representaría alrededor del 35%.
Esto significa que todavía no entendemos completamente cómo influyen los genes en la probabilidad de contraer Covid-19.
Además, el estudio encontró que, con el tiempo, la importancia de los genes en la susceptibilidad a la enfermedad ha aumentado.
En cuanto a la gravedad de la enfermedad, aproximadamente el 41% de la diferencia en la duración de la hospitalización se puede atribuir a factores genéticos, mientras que alrededor del 33% se debe al entorno compartido, como el lugar donde vive la persona o las condiciones en su hogar. Esto demuestra que tanto los genes como el entorno tienen un papel importante en determinar qué tan grave puede ser el SARS-CoV-2 para una persona.
El estudio también destaca los desafíos de estimar la heredabilidad y el entorno compartido durante una pandemia, dada la dinámica cambiante del entorno y la introducción de vacunas.
A medida que la situación epidemiológica evoluciona y las medidas de salud pública varían, es crucial seguir investigando para comprender mejor los factores que influyen en la susceptibilidad y la severidad del virus.
Estos hallazgos no solo arrojan luz sobre la complejidad de la interacción entre la genética y el entorno en la respuesta a la Covid-19, sino que también tienen implicaciones importantes para el desarrollo de terapias y estrategias de prevención más efectivas en el futuro.