Paulina Vázquez ya sabía que le interesaban los autos desde que conducía con su papá, pero no se imaginaba que un día terminaría siendo la líder de Innovación del Centro de Ingeniería Ford de México.
Mientras estudiaba Ingeniería Mecatrónica en el Tecnológico de Monterrey, Vázquez tuvo su primer acercamiento con la industria al hacer sus prácticas profesionales en Chrysler, donde trabajó en el diseño de amortiguadores y suspensiones para los autos de la empresa. Tiempo después, comenzó su carrera en Ford, con proyectos para el modelo Mondeo 2013.
“El trabajo consistía en diseñar partes desde cero, desde un sketch en 2D, llevarlas por todo el proceso de desarrollo del producto: diseño, validación, prototipos, hasta la producción”, dijo.
Las asignaciones la llevaron a Deaborn, Michigan, en la sede central de la empresa estadounidense, donde trabajó por dos años en desarrollo de producto. Después, regresó a México a liderar el Mustang Mach-E, el primer auto eléctrico de Ford, fabricado en la planta de Cuautitlán.
“Ser la líder de ese proyecto me dio el pase hacia los directivos en México y globales para que me otorgaran la oportunidad y me promovieran a esta posición de gerente”, cuenta.
Desde hace dos años, como líder de innovación, dirige retos que incentivan la creación de patentes y de mejora de producto para los autos de la empresa.
Centro de innovación Ford en México
El Centro de Ingeniería Ford de México surgió en 1960 y es el segundo más grande de la empresa a nivel global, después del de Estados Unidos. Según sus datos, solo desde 2016, ha gestionado unas 500 patentes, de estas, 52 fueron hechas y registradas por ingenieras mexicanas.
Y tres de esas 52 fueron otorgadas a Vázquez. Una está relacionada con un material que evita que el calor que genera el motor se filtre a la zona de pasajeros; otra con un elemento de sujeción que mejoró el ensamblaje de una moldura; mientras, la tercera modificó la manija del Lincoln Continental 2015 para que encajara con el cilindro de la llave.
“Al momento de ponerme a diseñar e investigar al mismo tiempo me di cuenta que no se había hecho en ningún lado, entonces dije: ‘pues lo voy a patentar’”.
El equipo de innovación incentiva desarrollos –principalmente– en tendencias de la industria automotriz como baterías para vehículos eléctricos, conducción autónoma o sustentabilidad. Aunque su sede física sigue en construcción, su tamaño en número de ingenieros lo convierte en uno de los más importantes para Ford, dijo Vázquez.
Desde que ella fue contratada, el centro ha pasado de tener unos 300 ingenieros a más de 2,000, con un crecimiento de 900% en los últimos 12 años, según la empresa.
Ford tiene un corporativo en Santa Fe y su planta ensambladora en Cuautitlán, pero la empresa tiene planeada la apertura oficial de su Centro de Ingeniería Ford de México en algún punto del año, ubicado en Naucalpan, Estado de México.
Además de estas sedes, Ford tiene otras plantas en Hermosillo, Chihuahua e Irapuato. En el país se producen modelos de Ford Bronco Sport, Mustang Mach-E, motores Duratec I-4, Dragon y Power Stroke Diesel, entre otros equipos. En el caso del vehículo eléctrico Mustang Mach-E, unos 140 ingenieros en México participaron en su desarrollo, según información de la compañía.
La brecha de género en la industria automotriz
De acuerdo con el departamento de Trabajo de Estados Unidos, las mujeres en 2020 ocuparon solo el 26.1% de los puestos disponibles en la industria automotriz, pese a representar la mitad de la fuerza laboral disponible.
Para Vázquez, la motivación de que más mujeres entren a carreras STEM en México debe venir desde etapas tempranas, como la secundaria o la preparatoria.
“Necesitamos más modelos a seguir en etapas tempranas de la vida de las mujeres para que sepan que pueden hacer lo que quieran, que pueden estudiar lo que quieran”.
Según la líder de innovación de Ford, la empresa brinda conferencias en escuelas que puedan servir no solo de reclutamiento de talento, sino para inspirar a futuras estudiantes a carreras de ingeniería, software y robótica, que están en alta demanda en la industria automotriz.
Parte del trabajo, dice, consiste en romper los estereotipos del tipo de trabajo que se hace en la industria, desde manufactura, diseño e investigación.
“A veces tenemos la idea de que, si te metes a la industria automotriz, vas a estar en manufactura, vas a estar a fuerza en planta con botas de seguridad, chaleco y casco y pues para nada, dentro de Ford Ingeniería tenemos muchos roles, hay muchas posiciones distintas que un ingeniero puede desarrollar que no es manufactura”, concluyó.