Por: Feniosky Peña-Mora, vicepresidente ejecutivo de Investigación y decano nacional de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, Tec de Monterrey
Hoy, 1 de julio, celebramos el Día del Ingeniero e Ingeniera, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan estos profesionales en el desarrollo de nuestra sociedad. En un mundo en constante cambio, la ingeniería se encuentra en la intersección de la innovación, la colaboración y la inclusión, tres pilares esenciales para asegurar un futuro próspero para México y Latinoamérica.
En esta región enfrentamos retos sin precedentes que requieren soluciones creativas y avanzadas. Desde la inteligencia artificial hasta la nanotecnología, pasando por la biotecnología y la ingeniería ambiental, la capacidad de innovar es crucial para abordar problemas complejos y desarrollar tecnologías que mejoren nuestra calidad de vida. En este contexto, es fundamental que las y los ingenieros mexicanos se mantengan a la vanguardia en la adopción de tecnologías y metodologías que les permitan diseñar y construir el futuro.
Para lograrlo, la educación en ingeniería debe evolucionar para atender las nuevas demandas de la sociedad y utilizar las tecnologías emergentes al servicio del aprendizaje. Como instituciones educativas, debemos ofrecer programas que acerquen la industria a los estudiantes, además de fomentar habilidades críticas como el pensamiento creativo, la colaboración interdisciplinaria y la capacidad de adaptarse a un entorno en constante cambio. La formación en ingeniería debe ir más allá de las aulas, incorporando experiencias prácticas y proyectos en los que la industria esté trabajando para preparar a los jóvenes a enfrentar los desafíos del mundo actual.
La participación activa de los actores de la industria es fundamental para la formación de talento altamente especializado. A través de pasantías, mentorías y oportunidades de aprendizaje en el trabajo, las y los estudiantes pueden desarrollar sus habilidades en entornos reales, mientras que las empresas pueden identificar y captar talento para fortalecer sus equipos. Esta sinergia entre academia e industria no solo beneficia a estudiantes y empresas, sino que también impulsa la innovación y el desarrollo económico del país.
El futuro de la ingeniería en México también depende de nuestra capacidad para fomentar una cultura de inclusión. La resolución de problemas complejos está estrechamente relacionada con la diversidad de perspectivas, la evaluación de diferentes opciones y escenarios, y la comprensión de cómo las decisiones afectan a los demás.
En la ingeniería y las ciencias, un solo punto de vista no es suficiente. Sin embargo, a nivel mundial, en 2019, el 28% de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQA+ consideraron abandonar su trabajo científico debido a un ambiente hostil, y en 2022, solo el 29.3% de los investigadores eran mujeres. Al celebrar el Día del Ingeniero e Ingeniera, es imperativo reconocer la importancia de la inclusión y trabajar día a día para alcanzarla.
En conclusión, la celebración del Día del Ingeniero e Ingeniera es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la innovación, la colaboración y la inclusión en el desarrollo de esta disciplina. Al fortalecer estos pilares, podemos asegurar que las y los ingenieros mexicanos estén preparados para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Invitamos a todos los actores involucrados, desde instituciones educativas hasta empresas y gobiernos, a unir esfuerzos para fomentar una cultura de innovación y mejorar la formación de nuestros estudiantes, asegurando así un futuro brillante para México.