El 8 de abril habrá un eclipse en México que será visible desde Sinaloa, Durango, Coahuila y Chihuahua, este fenómeno astronómico también atravesará otras partes de Norteamérica y aquí te explicamos por qué será tan especial.
Lo primero que debes saber es que se trata de un eclipse total de Sol y el próximo que será visible desde nuestro país ocurrirá hasta 2052.
A lo largo de la historia, los eclipses totales de Sol han mejorado nuestro entendimiento del universo porque “ayudan a generar datos, modelos y a hacer predicciones”, nos explica Carolina Berenice Rodríguez, astrofísica y directora de Física Industrial en el Tec Campus Monterrey.
En este tipo de eclipses la Luna tapa la luz del Sol, proyectando una sombra sobre la Tierra que por algunos minutos produce total oscuridad durante el día. No son eventos que puedan observarse muy seguido, ya que son necesarias varias condiciones y coincidencias cósmicas para poder verlos.
“En la zona de la totalidad hay una oscuridad completa. Tan completa es que se ven las estrellas, las cuales estamos acostumbrados a ver en la noche” comenta en entrevista para TecScience Brenda Arias, coordinadora del Departamento de Comunicación de la Ciencia del Instituto de Astronomía de la UNAM.
¿Cuándo ocurren los eclipses solares?
Los eclipses solares ocurren cuando la Luna se posiciona entre el Sol y la Tierra, proyectando su sombra sobre la superficie terrestre. Aproximadamente cada 28 días, durante la fase de luna nueva, ésta pasa entre el Sol y nuestro planeta, pero los tres cuerpos celestes no suelen estar en el mismo plano, y no hay eclipses cada mes.
La órbita lunar tiene una ligera inclinación de 5 grados con respecto a la terrestre, lo que provoca que pocas veces coincidan ambas en un mismo punto. Solamente entre dos y cuatro veces al año la órbita del satélite está en una posición donde efectivamente eclipsa al Sol.
La mayoría de estas veces no lo tapa completamente, produciendo eclipses solares parciales. En los eclipses totales, el plano orbital de la luna coincide en una línea recta exacta con el de la Tierra, proyectando una sombra completa sobre ésta.
Se necesita además de otra gran coincidencia para hacer posible un eclipse total. Desde la Tierra, el Sol y la Luna aparentan tener el mismo tamaño, a pesar de que el Sol es 400 veces más grande que la Luna.
Sin embargo, ésta se encuentra 400 veces más cerca de la Tierra que el Sol. Esto, desde nuestra perspectiva, hace que en el cielo ambos objetos celestes parezcan del mismo tamaño. Pero no todos los días es así.
Dado que la órbita de la Luna alrededor de la Tierra es elíptica, sólo en los días en que la Luna se encuentra más cerca de nuestro planeta (el perigeo, o cuando está en la parte “angosta” de la elipse) es que su tamaño aparente es igual al del Sol.
“Le decimos superluna porque de verdad la vemos un poquito más grande y un poquito más brillante. Está ligeramente más cerca” explica Arias.
¿Qué hace especial a este eclipse?
La experta considera que lo que hace especial a este eclipse es “porque toca a México, y esto nos emociona. Es realmente una experiencia extraordinaria vivir un eclipse total.”
Otro factor importante para poder observar un eclipse es en qué partes del planeta la Luna proyectará su sombra, pues los eclipses solares sólo son visibles para las personas que están en estos sitios, y esto, realmente, “es cuestión de suerte”.
La sombra va moviéndose de lugar de oeste a este, gracias al constante movimiento de Tierra y de la Luna, y por lo mismo en un punto preciso del planeta los eclipses duran tan sólo unos minutos.
En México la franja de totalidad abarcará varios municipios de Sinaloa, Durango, Chihuahua y Coahuila, por lo que será accesible para mucha gente. En el resto del país, el eclipse se verá a diferentes grados, siendo lo más bajo un 45% de totalidad.
¿Qué precauciones debemos tomar para ver el eclipse?
Sobre los riesgos o efectos que pueden tener los eclipses en las personas, Brenda Arias aclara que el único riesgo es el daño a los ojos:
“Al sol nunca hay que verlo de manera directa sin protección adecuada, con eclipse o sin eclipse. El problema es que en un eclipse pareciera que, por estar oscuro, se puede voltear a ver, pero siguen llegando muchísimos rayos que entran a los ojos y pueden dañar la retina de manera irreversible”.
Carolina Rodríguez añade que deben usarse filtros que cumplan con norma internacional ISO 12312-2, incluso al usar cámaras, teléfonos o telescopios: «No hay que mirar los eclipses directamente a menos que se tenga un filtro solar».
Respecto a si hay alguna consideración especial a tener con personas embarazadas, bebés, o infancias, las expertas comentan que la evidencia es contundente en que no, sus riesgos son los mismos que para el resto de la población.