¿Estudiar los desechos de miles de inodoros en las ciudades? Devin Bowes, Rolf Halden y Erin Driver, científicos del Biodesign Institute en la Arizona State University, aseguran que las aguas residuales son una fuente de información, que ayuda a detectar y prevenir enfermedades.
Durante su investigación, se dieron cuenta que los residuos del inodoro representan una gran fuente de información respecto al conocimiento de la salud pública de la población.
El inodoro como fuente de información
“Nuestros residuos –sólidos y líquidos– se mezclan para convertirse en una sola en las aguas residuales regionales. Crean una fuente de datos vasta y dinámica que nos advierte sobre las amenazas latentes para la salud comunitaria. Nos advierte sobre lo que podemos hacer para frenar estas amenazas”, explica la investigadora Erin Driver en entrevista para TecScience.
Según los científicos, la epidemiología basada en aguas residuales y la metrología de lodos residuales son herramientas útiles para el monitoreo de enfermedades y para la salud pública.
Las pruebas aplicadas ayudan a encontrar la huella genética de los virus en la matriz de las aguas residuales.
Así se puede identificar a las comunidades que se encuentran en riesgo. En el caso del Covid-19, incluyendo a aquellas personas asintomáticas y a las que están por mostrar síntomas.
Detección oportuna en aguas residuales
De acuerdo con Driver, al poder detectar este tipo de infecciones con tiempo necesario, los gobiernos tendrían oportunidad de dirigir sus recursos al análisis de salud para ciertas comunidades. Podrían, además, evitar riesgos de contagio al realizar cierres generalizados.
“Cuando la gente se encontraba en Tempe, Arizona, bajo una orden de encierro en los hogares decretada por el gobierno, pudimos observar que la cantidad de virus en el agua residual permanecía por debajo del límite. Después, cuando se levantó el confinamiento, las concentraciones de virus comenzaron a elevarse. Llegaron a alcanzar niveles alarmantes en algunas comunidades. Para finales de junio, el estado tenía de las cifras más altas en nuevos casos y hospitalizaciones en Estados Unidos”, indicó la investigadora.
La lección que deja este análisis –de acuerdo con Driver– es que los datos que proporcionan las aguas residuales ofrecen una alerta temprana ante las infecciones que pueden estar presentes en una comunidad.
Explica que se debe aprovechar esa información para mejorar la toma de decisiones basada en datos.
El Human Health Observatory, del Biodesign Institute, aplica pruebas a muestras de más de 400 ciudades en el mundo. El estudio podría impactar a alrededor de 250 millones de personas.
La investigación residual en México
El Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Tecnológico de Monterrey y la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en un método que detecta fragmentos genéticos del SARS-CoV-2 en aguas residuales.
Aunque puede ser destruido por geles y jabones, el virus conserva trazas de material genético en las heces humanas. Así llegan a las aguas residuales. A las muestras, les realizan la prueba PCR (Reacción en cadena de la polimeresa, por sus siglas en inglés). Así detectan si hay presencia del virus.
De acuerdo con información proporcionada por la UNAM, esta investigación es capaz de localizar zonas de riesgo. Incluso lo puede hacer hasta siete o 10 días antes de que las personas presenten síntomas de la enfermedad. El método ya fue probado en algunos sitios de Querétaro.