La primera infancia −que va de los cero a los primeros ocho años de vida− son cruciales para el desarrollo saludable y pleno de los seres humanos. “Antes veíamos a la primera infancia como ‘si les damos a los niños educación, vacunas y un techo es suficiente’, pero no es así de simple”, dice Adriana Gidi, Directora Asociada del Centro para la Primera Infancia del Tec de Monterrey y Fundación FEMSA, en entrevista con TecScience.
De acuerdo con Gidi, investigaciones recientes en el campo de las neurociencias muestran que no solo es importante que los niños tengan los servicios necesarios, sino que tengan una buena calidad. “En ocasiones, recibir una mala educación es peor que no recibirla”, cuenta Gidi.
El enfoque del segundo Foro Internacional de Primera Infancia, que se llevará a cabo del 20 al 21 de noviembre de 2024 en Campus Monterrey, del Tec de Monterrey, se enfocará −precisamente− en cómo reducir los efectos de las adversidades, como abuso, abandono, violencia o estrés tóxico.
A diferencia del año pasado, donde el foro se enfocó en el lanzamiento del Centro para la Primera Infancia, en esta ocasión se presentarán los primeros resultados de estudios que se han realizado en este, así como los avances más relevantes en investigación de la primera infancia por parte de instituciones nacionales e internacionales.
“Tenemos que cambiar el paradigma y usar la evidencia científica para realmente impactar positivamente la primera infancia en México y América Latina”, dice Manuel Pérez, director del Centro para la Primera Infancia.
Los primeros avances del Centro para la Primera Infancia
En América Latina y el Caribe, nueve de cada 10 niños y niñas de entre tres y cuatro años de edad están expuestos a al menos un factor de riesgo, con la violencia psicológica y los castigos corporales siendo los más comunes, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Por ello, es indispensable que en esta región se desarrollen medidas innovadoras para asegurar una infancia libre de malestar.
Uno de los proyectos en los que el Centro para la Primera Infancia ha estado trabajando −y cuyos primeros resultados presentará en el Foro− es el desarrollo de una encuesta nacional para identificar los factores ambientales, de crianza y cuidado que generan adversidad en la primera infancia.
“Es un trabajo que hicimos con la Universidad Católica de Chile y el Instituto Nacional de Salud Pública”, dice Pérez.
También, están trabajando en un proyecto basado en intervenciones realizadas por Center on Early Childhood (Centro de Infancia Temprana) de Stanford para analizar la calidad de la atención de los cuidadores.
“Todo lo que tiene que ver con la parte psicológica y emocional, el cuidado cariñoso y la protección”, cuenta Pérez.
Además, el programa contará con las intervenciones de Hirokazu Yoshikawa, co-director del Global TIES for Children de la Universidad de Nueva York (NYU), Patt Levitt del Children’s Hospital de Los Ángeles, Philip Fisher del Stanford Center on Early Childhood, y Nancy Ramírez de Save the Children.
“Hiro Yoshikawa es un referente mundial en primera infancia y nos va a hablar de cómo maximizar el uso de la evidencia científica en la política para el desarrollo infantil temprano”, dice Gidi.
Segundo Foro Internacional de Primera infancia
A través de paneles y conferencias, el Foro pondrá en la mesa cómo se está viviendo la primera infancia en México y América Latina y cuáles son las estrategias más innovadoras para disminuir el impacto de las adversidades en ella.
“El propósito del Centro es la creación de nuevas y mejores intervenciones para tratar de tener un impacto en las familias mexicanas y de la región”, expresa
Algunos temas en los que se hará énfasis serán las experiencias de las infancias migrantes, el impacto de la violencia y el estrés tóxico, así como de servicios de transporte deficientes, también abordarán cómo asegurar que los cuidadores de los niños y niñas no sean fuentes de abuso.
“Como Centro queremos apoyar la formación de una nueva generación de autoridades públicas y sociedad civil que tengan los conocimientos para implementar los programas que van a transformar la primera infancia en los siguientes diez, veinte y treinta años”, dice Gidi.
Además, analizarán casos de éxito de intervenciones de otros países, como las visitas domiciliarias, para entender cuáles son las metodologías que dan los mejores resultados.
“No se trata solamente de hacer investigación, sino de innovar para proponer soluciones que realmente ayuden a que tengamos una buena primera infancia como país”, dice Pérez.
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