Sergio Román Othón Serna Saldívar dedicó más de 30 años a la investigación y la docencia en el Tecnológico de Monterrey, donde dejó un impacto trascendental en el estudio de los cereales y en el desarrollo de proteínas vegetales de nueva generación. Su legado se extiende a la formación de científicos, la publicación de libros y la obtención de patentes que han contribuido al avance de la industria alimentaria.
Graduado del Tec de Monterrey y con un doctorado en Texas A&M University, Serna Saldívar combinó la academia con la colaboración industrial, impulsando soluciones para enfrentar los retos nutricionales en México y el mundo. Su trabajo fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias 2023 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Sonora.
En 2013, fue galardonado con la categoría “Insignia” del Premio Rómulo Garza y obtuvo de nuevo el galardón por su libro Corn: Chemistry and Technology.
“Una persona excepcional”
Janet Gutiérrez, decana asociada del Desarrollo de la Facultad de la Escuela de Ingeniería y Ciencias (EIC), califica a Serna como “la persona más excepcional que he conocido en este planeta. Si hoy, físicamente, deja de estar con nosotros, su legado como ser humano, científico y líder resuena bajo los pies de muchos que hoy estamos donde estamos gracias a su empeño, determinación y gran corazón”.
Jorge E. Valdez, director de Vinculación de Internacionalización en TecSalud y editor científico de TecScience, calificó a Serna como “ejemplar en su quehacer académico y científico. Un referente en la biotecnología. Gran formador de talento y de notoria generosidad de su experiencia y conocimiento. De trato afable, cercano y sencillo. Un hombre de familia” y agregó: “Lo extrañaremos. Un privilegio haber coincidido en este tiempo en el Tec de Monterrey”.
Daniel Jacobo, decano de investigación de la Escuela de Ingeniería y Ciencia (EIC), escribió: «hoy despedimos al Dr. Sergio Serna, un pilar en la ciencia y tecnología de alimentos, cuya pasión y dedicación dejaron una huella imborrable en quienes tuvimos el honor de conocerlo. Su incansable labor de investigación transformó la alimentación y la salud de innumerables personas, consolidándolo como una referencia en su campo. Además, fue una figura clave en el impulso a la investigación dentro de nuestra institución, contribuyendo significativamente a posicionar al Tecnológico de Monterrey como un referente en temas de alimentación y salud”.
Lo describió como “siempre amable, alegre y respetuoso, tenía una genuina vocación por ayudar a los demás. Su disposición para compartir su conocimiento, su entusiasmo por la ciencia y su calidez humana hicieron de él un mentor incomparable y un ejemplo a seguir”.
Jacobo agregó que el “Dr. Serna fue mucho más que un mentor; fue un padre académico cuya guía e inspiración moldearon mi camino profesional. Su legado vive en cada uno de nosotros que seguimos sus pasos, comprometidos con mejorar la calidad de vida de las personas a través de la investigación y la educación de excelencia”.
La comunidad científica y académica lamenta su partida, pero su legado en la nutrición y la biotecnología seguirá vigente en generaciones futuras.
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