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¿Cómo avanza el tratamiento para curar la carnosidad en los ojos?

Los investigadores del Tec de Monterrey ya patentaron los extractos y el método de uso de la planta.
Ilustración de un ojo
La única forma de eliminar la carnosidad en los ojos es con cirugía, por eso se buscan tratamientos menos invasivos. (Foto: iStock)

El proyecto para desarrollar un fármaco con el que se busca eliminar la carnosidad en ojos o pterigión, a partir de extractos de la planta Sedum dendroideum ya fue patentado por investigados del Tec de Monterrey y ahora se trabaja en una fórmula eficaz a base del compuesto líder que reduzca el tejido.

Los expertos platican a Tec Review los avances en los últimos años, piden a las personas ser pacientes y no recurrir a remedios herbolarios, porque pueden resultar con quemaduras en el ojo.

Fármaco para carnosidad en ojos

Detrás del desarrollo de un fármaco hay muchos años de investigación y pruebas de ensayo-error en distintas etapas para garantizar que es seguro, eficaz e inocuo para sus usuarios y este proyecto no es la excepción.

Desde 2015, los investigadores del Tecnológico de Monterrey Jorge Eugenio Valdez García, Judith Zavala Arcos, Karla Mayolo y Bertha Alicia Barba Dávila, encontraron propiedades en la planta Sedum dendroideum, también conocida como «lágrima de María», para detener, reducir y eliminar el crecimiento de tejido ocular.

Desde entonces, las personas han mostrado mucho interés en los avances y siempre escriben para preguntar si ya está a la venta el medicamento, comenta Zavala Arcos, profesora e investigadora de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud (EMCS) del Tec, lo cual es una gran aliciente para continuar, pero también pide paciencia porque el desarrollo del fármaco tomará tiempo.

Si bien, hace unos meses el equipo logró patentar los extractos con potenciales activos de la planta y métodos de uso, el proyecto se encuentra en etapa preclínica.

¿Qué significa la etapa preclínica?

Se caracteriza por realizar muchas pruebas de laboratorio con distintos extractos y dosis de la planta, con el fin de hallar al compuesto líder con el que se puedan diseñar moléculas relacionadas, de las que se obtendrán los candidatos viables para los ensayos in vitro e in vivo (con tejido del pterigión y organismos vivos).

“Ya sabemos que el extracto de la savia sí funciona y que los fibroblastos, las células que producen esta carnosidad, sí se inhiben”, explica Jorge Eugenio Valdez García, decano de la EMCS.

El proceso de identificación es largo, porque deben ser muy precisos y obtener los efectos deseados: que las células no proliferen, que los vasos venosos no progresen y medir el efecto inflamatorio.

Con el Centro de Biotecnología FEMSA, con el liderazgo de la doctora Karla Mayolo, trabajaron en un sistema de separación de compuestos que utiliza fases acuosas, pues en el pasado probaron con solventes orgánicos y vieron que se quedaban trazas del solvente con posibles efectos nocivos.

Una de sus estudiantes de maestría, Daniela Enríquez Ochoa, identificó seis tipos de metabolitos de la planta llamados flavonoides de uso potencial, que aislarán para realizar más pruebas.

“El siguiente paso será probar estos conjuntos de moléculas en tejido humano obtenido de procedimientos quirúrgicos (con la autorización de los pacientes), y en modelos animales. Para ello, el protocolo debe ser validado por la EMCS”, explica Judith Zavala Arcos.

Más ensayos

En máximo dos años concluirá la etapa preclínica, indican los investigadores, pues la pandemia hizo que el trabajo se retrasara un año. Y si todo sale bien se pasará a las fases clínicas.

En la etapa uno se evalúa su seguridad y que sea inocuo en grupos pequeños de entre 20 y 100 voluntarios. 

En la segunda fase, se involucra a grupos de 100 a 500 personas.

La fase tres se compara con otros fármacos, se especifican las dosis (para jóvenes o adultos, según el caso) y participan al menos 1,000 voluntarios.

En la fase cuatro de farmacovigilancia se aplica en miles de pacientes, se ve si hay efectos secundarios de largo plazo, se solicita la autorización para la comercialización del fármaco y el registro.

Jorge Eugenio Valdez García comenta que en estas etapas se definirá si el fármaco se entregará en gotas, ungüentos, geles o inyecciones.

También se deberá evaluar en qué casos aplicará su uso. Por ejemplo, si se recetará a personas a las que apenas les está saliendo la carnosidad, para aquellos que ya la tienen y quieren que disminuya o si será para pacientes que ya se operaron de la carnosidad y tienen un rebrote. 

“Todas son condiciones diferentes y se tienen que evaluar distinto”, explica.

La última etapa, y no menos importante, es la de la comercialización, cuando el medicamento se transfiere a alguna farmacéutica y se comienza a producir en masa.

No recurrir a remedios herbolarios

Mientras se desarrolla el fármaco, el tratamiento estándar para eliminar el pterigión es la cirugía y no hay garantía de que no vuelva a salir. 

Por desesperación e incomodidad a veces los pacientes recurren a los remedios herbolarios y se aplican directamente la savia de la planta pero los investigadores Valdez García y Zavala Arcos piden a los lectores que no lo hagan porque les puede producir quemaduras en el ojo.

“La gente erróneamente asume que lo natural es benéfico y no necesariamente. Depende de la temporada en que se corte la planta, la variedad y dónde se siembra. Todos estos factores contribuyen a tener un mayor o menor efecto”, de acuerdo con Valdez García.

Aplicar dosis altas de la planta podría provocar que las células crezcan más rápido, un efecto contrario al deseado.

“Me siento con mucha responsabilidad de decirlo porque es un arma de doble filo”, advierte la doctora Zavala Arcos.

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Autor

Luz Olivia Badillo