Rodolfo Lacy Tamayo, director de acción en Cambio Climático y Medio Ambiente para América Latina de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aseguró que, cada año, se pierden 6.5 millones de hectáreas y, de 1970 a la fecha, ha desaparecido 85% de los humedales del planeta.
A las pérdidas que comenzaron hace cinco décadas, se suma la extinción de 60% de la diversidad en fauna vertebrada y 70% de las especies de insectos.
Se espera que −en los próximos años− se pierda el 99% de los arrecifes que son considerados los ecosistemas con mayor biodiversidad en el planeta.
“Si seguimos cambiando nuestro ecosistema, tendremos más pandemias. Y no sabemos qué tipo de pandemias generaremos en el futuro”, dice el experto en ciencia e ingeniería ambiental, en su participación durante el Foro de Presidentes de la Asamblea General Anual de la Worldwide Universities Network (WUN).
Enfermedades de animales a humanos
Lacy Tamayo advirtió que la interferencia de los humanos sobre la biodiversidad genera condiciones para que los patógenos pasen de los animales a las personas con mayor facilidad.
De hecho, los científicos estiman que las enfermedades zoonóticas representarán tres cuartas partes de los padecimientos en los próximos años.
En este contexto, el experto calificó como «fundamental» la participación de las universidades para desarrollar investigación que haga frente a esta “crisis ambiental sin precedentes”.
Desde 2022, Lacy Tamayo ha señalado que los objetivos de desarrollo sostenible han aumentado en comparación a los que se definieron en 2015.
Aumento de temperatura y migración climática
Los últimos nueve años han sido los más cálidos desde que los organismos internacionales comenzaron a llevar un registro de la temperatura. En 2022, se incrementó en 1.1 grados más que el promedio de los últimos 20 años.
“A pesar de los acuerdos internacionales, no hemos sido capaces de detener la acumulación de gases invernadero en el ambiente, especialmente de dióxido de carbono”, explicó el especialista de OCDE.
El funcionario, quien fue subsecretario de de Planeación y Política Ambiental de la SEMARNAT el sexenio pasado, ha profundizado sobre la toxicidad y el impacto de gases como el metano, el cual tiene una capacidad de calentamiento 80 veces más potente que el CO2. Añadió que se trata de un componente con un impacto climático directo, en el corto plazo.
“Es un gas invernadero y juega un papel importante en la generación de ozono. Sus concentraciones han aumentado dramáticamente a un índice anual de 8 partes por mil millones. Esto es un desafío masivo”, advirtió.
“Hay un 66% de probabilidad de que el promedio de temperatura anual, entre 2023 y 2027, sea de 1.5°C arriba de los niveles preindustriales en, al menos, uno de esos años”, explicó Lacy Tamayo.
Esto tendrá repercusiones para la salud, la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua y el medio ambiente. “Debemos estar preparados”, dijo.
Garantizar la protección de, por lo menos, 30% de todos los ecosistemas, lograr su gestión integral y restaurar las áreas degradadas son algunas de las propuestas que el funcionario de la OCDE ha recomendado.
“También es necesario que las áreas protegidas capturen gases de efecto invernadero, además de reducir a cero la presencia de plásticos y pesticidas en estos ecosistemas”, explicó el experto.
Sin embargo, en el más reciente reporte de la OCDE, El corto y sinuoso camino hacia 2030, que presenta el avance en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de las 169 metas que estos plantean, la organización internacional advierte que solo una cuarta parte de esos propósitos están por lograrse.