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Las consecuencias de las olas de calor en nuestra salud

Se estima que la frecuencia, la intensidad y la duración de las olas de altas temperaturas aumenten debido al cambio climático.
La fotografía muestra a una persona sentada y recargada contra una almohada, con la luz del sol entrando por una ventana. La persona sostiene un vaso transparente con una bebida, posiblemente agua, y parece estar en el proceso de beber o a punto de hacerlo.
El verano de 2022 provocó más de 60,000 muertes prematuras relacionadas con el calor tan solo en Europa. (Foto: Getty Images)

“La cabeza, como si la sintiera muy caliente. De repente, empecé a sentir la debilidad de mi cuerpo y el agotamiento. Dejé de cocinar y me salí, pero es cuando siento mi cuerpo muy caliente, todo, desde los pies”, así narra Ruth Montoya, de 54 años de edad, el inicio de los síntomas de un golpe de calor que padeció en abril de 2023 y que culminó en un desmayo.

Ruth, quien ha trabajado en cocinas por casi 13 años, ya identificaba el malestar, así que cuando sintió náuseas de nuevo en 2024, actuó de inmediato para evitarlo. Ella tiene un buen estado de salud, pero la constante hidratación y ventilación, las altas temperaturas registradas en abril en la Ciudad de México impactaron en sus tareas diarias y también en sus compañeros.

La exposición de la población al calor extremo se asocia a múltiples efectos negativos para la salud, que van desde el malestar general y los dolores de cabeza hasta el golpe de calor y la muerte, de acuerdo con la revista médica británica The Lancet y su reporte de América Latina de 2023, Lancet Countdown on health and climate change: the imperative for health-centred climate-resilient development.

Se estima que el cambio climático impactará en la salud poblacional ya sea por consecuencias directas (por los cambios de temperatura, mayor precipitación o de eventos extremos) o de resultados indirectos como desajustes en el ambiente, altas temperaturas, patologías infecciosas relacionadas con el clima, alérgenos e inseguridad alimentaria.

¿Cuáles son los efectos de una ola de calor en la salud?

En 2023, la Secretaría de Salud de México registró 421 defunciones debido a las temperaturas extremas durante la temporada que abarcó del 19 de marzo al 7 de octubre. En ese periodo, se presentaron tres olas de calor en abril, mayo y junio, siendo notable que la que se presentó en junio tuvo una duración de 21 días.

En 2024, el país ya había experimentado tres olas de calor: una en abril y dos en mayo. Durante estas olas se reportaron 48 defunciones y al menos 10 ciudades del país rompieron récords de temperatura.

Además, la institución de salud pública ha documentado otras afecciones relacionadas con la temporada, registrando un total de 615 casos de golpes de calor, 313 por deshidratación y 28 por quemaduras.

En comparación con el mismo periodo de la temporada de calor del 2023, se registraron únicamente 192 casos de golpes de calor y tres defunciones.

Se estima que la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor aumenten con el cambio climático, poniendo en riesgo a más personas, de acuerdo con la investigación publicada en The Lancet.

Cómo detectar un golpe de calor

La manera en la que podemos prevenir riesgos en la salud es revisando los niveles de temperatura en espacios internos y externos, así como los niveles de humedad, ya que no se trata de una situación climatológica visible o del todo tangente.

Los principales síntomas para detectar si una persona comienza a padecer un golpe de calor:

  • Mareos
  • Dolor de cabeza
  • Dolor muscular
  • Dificultad para respirar
  • Si el cuadro empeora, se presentan desorientación, náuseas, vómitos, inconsciencia e incluso convulsiones

Los golpes de calor ocurren cuando hay un aumento súbito de la temperatura corporal, frecuentemente por exposición prolongada al sol o por actividad física vigorosa en espacios calurosos o sin ventilación. En estas condiciones, el cuerpo no logra regular la temperatura mediante la sudoración.

“Al momento que el cuerpo llega a esta temperatura (40 ºC), muchas de las funciones a nivel general empiezan a fallar y aparece la sintomatología del golpe de calor”, explica Emmanuel Ortiz, urgenciólogo de TecSalud en entrevista para TecScience.

¿Qué hacer frente a un golpe de calor?

En caso de detectar algún síntoma mencionado, además de acudir con los servicios médicos de emergencias, podrían:

  • Removerse excesos de ropa
  • Moverse a alguna área mucho más fresca
  • Si hay acceso, asearse con agua fría o mojar la piel y colocar compresas mojadas y frescas en partes clave del cuerpo como cabeza, cuello, axilas e ingle.

Personas más vulnerables y otras afectaciones

Las personas pertenecientes a minorías étnicas e indígenas, las comunidades de bajos ingresos, los migrantes y desplazados, las personas pertenecientes a minorías sexuales y de género, y las mujeres embarazadas tienden a verse gravemente afectadas por los impactos sanitarios relacionados con el clima, según el reporte de 2024 publicado en The Lancet, pero dedicado a Europa.

“Lo efectos interconectados sobre la salud tienden a distribuirse de forma desigual entre las poblaciones debido a las diferencias en la exposición, la vulnerabilidad y la capacidad de adaptación, (…), marginación y patrones históricos y actuales de desigualdad. Las poblaciones más afectadas suelen ser las menos responsables y las que tienen menos probabilidades de ser reconocidas o priorizadas”, explica el informe.

Las mujeres embarazadas, por ejemplo, también son más susceptibles a padecer un golpe de calor debido a que sus sistema de termorregulación es diferente, realizan mayor esfuerzo para respirar y batallan más para compensar la pérdida de líquidos, explica Ortiz.

«Pacientes que tienen enfermedades crónicodegenerativas pueden ver más complicaciones más que la población en general. Quienes padecen cardiopatías o depresión crónica, pueden descompensarse más fácilmente por los medicamentos diuréticos que toman, o quienes tienen problemas de nefropatía crónica y usan hemodiálisis o diálisis no regulan sus electrolitos corporales de la misma forma ni la cantidad de líquido que mantienen en su cuerpo», dice el urgenciólogo.

Padecimientos a tomar en cuenta

Se calcula que el verano de 2022 provocó más de 60,000 muertes prematuras relacionadas con el calor únicamente en Europa, pese a la implementación varios planes de prevención contra la temporada, de acuerdo con el informe de The Lancet en esa región.

Incluso, con el calentamiento global en curso, las proyecciones climáticas para Europa sugieren una reducción progresiva de las muertes relacionadas al frío, y un aumento simultáneo de las muertes relacionadas al alza en las temperaturas, según un estudio de 2021.

En América Latina se estima que por lo menos las muertes prematuras derivadas tan solo por la contaminación de aire, relacionadas con las altas temperaturas, han aumentado un 3.9% de 2005 a 2020. Los países que registran las cifras más altas al respecto son Chile, Perú Brasil, Colombia, México y Paraguay.

Pese a que se recomiendan medidas a nivel global y la adopción políticas públicas que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono y busquen adaptar las ciudades para enfrentar las constantes y prolongadas olas de calor con mayores zonas verdes para la ciudadanía, hay también varias medidas personales o a nivel local recomendadas para evitar golpes de calor, deshidratación o quemaduras en la piel.

¿Cómo reducir los riesgos a la salud con altas temperaturas?

Aunque los sistemas de aire acondicionado son la estrategia más común para refrescar interiores, no todos tienen acceso a ellos y los estragos de su uso, pueden empeorar la situación. Por ejemplo, únicamente un 16% de los hogares europeos usaron aire acondicionado en 2021, produciendo 45 megatoneladas de emisiones de CO2, aproximadamente las mismas que las emisiones de toda Bulgaria en ese mismo año.

Las consideraciones personales a tomar pueden ser: usar ropa ligera y de algodón en interiores y exteriores, aplicar toallas heladas o mojadas constantemente.

Quienes se encuentren al aire libre deben llevar ropa larga, holgada, ligera y transpirable, de colores claros o con tejidos reflejantes e incluso sombrillas, de acuerdo con el estudio Reducing the health effects of hot weather and heat extremes: from personal cooling strategies to green cities, realizado por la Universidad de Sidney.

Al interior se recomienda el uso de ventiladores de energía eléctrica de todo tipo, considerando que no haya partículas o gases que puedan provocar problemas oculares o respiratorios.

Propiciar la ventilación natural de los espacios y acondicionar las áreas al exterior con sombrillas o parasoles. Tomar agua suficiente que pueda contener hielo o esté fría siempre es un método eficaz.

Al ejercitarse, se recomienda usar compresas o parches de enfriamiento en la nuca y el cuello y no realizar ejercicio o actividades físicas intensas durante más de una hora a más de 35 ºC al aire libre.

Mantener mayor vigilancia en las personas mayores, bebés, niños o aquellas con problemas de salud mental o con alguna discapacidad, a quienes se les dificulte mucho más procurar su propia hidratación o enfriamiento.

Estar alertas también por las noches cuando –pese a que no hay luz del sol– persisten las altas temperaturas.

Cuidar el consumo de alimentos crudos fuera de casa o que estén mal cocinados, pues por las altas temperaturas también se descomponen con mayor facilidad.

“El cambio climático no es un escenario teórico lejano: está aquí y mata”, es como concluye el reporte de 2024 de The Lancet.

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Autor

Picture of Estefania Camacho