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Los científicos mexicanos que quieren ‘conquistar’ la Antártica

Pablo Torres Lepe, profesor del Tec de Monterrey y director de la Agencia Mexicana de Estudios Antárticos, nos cuenta sobre la importancia del continente.
fotografia de grandes bloques de hielo
Se están liberando millones de microbios al mar y la atmósfera que estaban encapsulados en el hielo. Este es otro aspecto del cambio climático que necesitamos conocer. (Foto: Getty Images)

Los elefantes marinos del sur (Mirounga leonina), cuya distribución natural es la Antártica y el océano Austral, han llegado hasta Baja California en México, el punto más al norte del continente americano del que se tenga registro. Hasta hace muy poco esto era totalmente desconocido y científicos mexicanos tuvieron que ver con el hallazgo.

También se descubrió que las aguas profundas del Golfo de México vienen en distintas corrientes oceánicas desde la Antártica; allá se registran las tasas de calentamiento más altas del planeta por el cambio climático y el deshielo está liberando al mar millones de microorganismos sin que sepamos sus efectos.

México se encuentra geográfica y conceptualmente muy lejos de la Antártica (a más de 13,000 kilómetros de distancia), pero muchas cosas que suceden allá nos incumben .

Para consolidar la presencia de nuestro país se creó la Agencia Mexicana de Estudios Antárticos (AMEA). Te contamos por qué es necesaria la presencia de mexicanos.

Si México se suma al Tratado Antártico tendrá voz y voto en la gobernanza de ese continente, el único en el que se puede tener presencia, siempre y cuando sea con fines de investigación y pacíficos. (Foto: Cortesía)

La Antártica puede ser de todo el mundo

La única forma de entrar al ecosistema de gobernanza antártica es haciendo ciencia. Éste es el único continente de paz que pertenece a todos los países que quieran ser parte, siempre y cuando se adhieran al Tratado Antártico, por iniciativa de 12 países pero al día de hoy suman 54 firmantes.

México no es aún miembro, pero desde la AMEA (creada en 2018) se impulsa que el país se adhiera formalmente para que los científicos interesados ​​puedan estudiar a aquel continente.

Reúne a casi 200 mexicanos (que viven dentro y fuera del país) especializados en las áreas de microbiología, geología, geografía, astrofísica, ciencias sociales, física, diplomacia, e incluso hay empresarios y voluntarios interesados ​​en hacer ciencia de datos de lo que se estudia allá.

Su director Pablo Torres Lepe, profesor de cátedra en la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey, comenta que “se realizará el primer congreso mexicano en ciencia antártica a finales de octubre y se espera llegar a consensos que permitan avanzar en las vías diplomáticas , científicas y económicas para consolidar la presencia de México ”.

Ya han habido negociaciones con la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y es un avance que la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) sea miembro oficial del Scientific Committee on Antarctic Research (SCAR) desde el año pasado.

Torres Lepe estima que México tendrá una representación firme en el año 2048 en la Secretaría del Tratado Antártico, Argentina. 

Al firmar, el país reconocería que la Antártica es un patrimonio de la humanidad, podrá tener voz y voto en su gobernanza y legislación, podrá establecer una base en aquel continente a la que podrán llegar investigadores mexicanos, deberá pagar una membresía a la SCAR y deberá desarrollar todo un programa nacional de ciencia antártica.

La Antártica, ¿para qué?

Muchos fenómenos naturales nos unen con ese continente, aunque no los veamos de forma directa. Desde la migración de especies, como fue el caso de los elefantes marinos del sur (Mirounga leonina), que habitualmente se encuentran en la Antártica, pero han logrado llegar hasta Baja California, México.

Este hallazgo se realizó con estudios genéticos a un individuo localizado en la península mexicana y se logró gracias a la aportación de investigadores mexicanos.

Si queremos comprender el origen de las aguas profundas del Golfo de México, cómo se forma el sargazo o fenómenos climáticos como El Niño, hay que estudiar la Antártica.

Averiguar cómo ocurre el cambio climático allá es vital, pues en los Polos es donde se registran las tasas de calentamiento más altas del planeta. Y de la mano con el deshielo, millones de virus y bacterias que estaban encapsuladas ahora se están integrando al mar y la atmósfera con efectos que desconocemos. 

El Parque Jurásico de los microbiólogos

La Antártica es como un Parque Jurásico para los microbiólogos, porque los virus y bacterias que lo habitan permanecieron encapsulados en el tiempo, subsistiendo por miles de años en condiciones extremas. 

Se les conoce como extremófilos porque soportan temperaturas muy bajas, ciclos de congelación-descongelación, pocos nutrientes, poca conductividad (cuando el agua tiene muy pocas sales) y escaso acceso a la luz del sol a lo largo del año

Patricia Valdespino, científica de proyectos del Lawrence Berkeley National Laboratory, California, ha tenido la oportunidad de visitar al continente en tres ocasiones con grupos de investigadores de Uruguay, Argentina y Chile para tomar muestras de tapetes microbianos extremófilos .

“Nos fascinan porque sus genomas y sus proteínas tienen adaptaciones especiales para lidiar con el ambiente adverso. Deben ingeniárselas metabólicamente para subsistir, lo que no se ve en microorganismos del Trópico”, explica.

La investigadora mexicana tomó muestras en los arroyuelos que se forman del deshielo y extrajo el ADN completo para comprender su diversidad microbiana y su potencial metabólico.

Un tapete tiene por lo menos 500,000 especies y cada uno tiene un genoma compuesto por 1,000 genes, es decir, hay 500 millones de genes de interés en una sola muestra, por esa razón tenemos bibliotecas compartidas vastas y complejas entre países”.

La microbióloga mexicana, Patricia Valdespino, recolectó tapetes microbianos en los arroyuelos que se forman del deshielo en la Antártica y que pueden ser de potencial uso en la industria, medicina y medio ambiente. (Foto: Cortesía)

Conocer a los microbios

Los microbios tienen muchísimos usos potenciales, el grupo argentino con el que colaboró ​​Valdespino investiga microbios que pueden degradar el petróleo ante eventuales derrames en el mar y los uruguayos estudian genes de resistencia a antibióticos (pues será la próxima crisis de salud) para producir los medicamentos de nueva generación.

La microbióloga ha estado estudiando las estrategias de los microorganismos para enfrentar los cambios ambientales, ya que se desconoce qué efectos tendrán una vez liberados al medio ambiente pero seguramente serán muy importantes porque son los grandes transformadores del planeta.

Los microbios son los responsables de las mareas rojas, de la productividad primaria de los océanos, la emisión de metano y también pueden contribuir a que la humanidad tenga nuevos biomateriales y nuevos bioproductos para un futuro sustentable.

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Autor

Luz Olivia Badillo