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El gorgojo del maíz: de plaga a proteína que puede fortalecer las tortillas (y hasta las croquetas de tu perro)

Investigadores del grupo Food Security en el Tec buscan convertir esta plaga agrícola en un ingrediente comestible para las personas y animales.
Granos de maíz dañados por gorgojos.
En el laboratorio, los investigadores criaron gorgojos del maíz para producir harina y comprobar si su consumo humano es seguro. (Foto: Shutterstock)

¿Y si un día te quedas sin tamales? ¿O sin tortillas para el desayuno? Aunque suene exagerado, el maíz —ingrediente base de estos y muchos otros alimentos tradicionales— enfrenta un enemigo silencioso: las plagas. Entre ellas, el gorgojo del maíz (Sitophilus zeamais), un diminuto insecto capaz de dañar severamente los granos durante su almacenamiento.

Pero, ¿y si ese enemigo pudiera convertirse en un aliado? Investigadores del grupo Food Security de la Escuela de Ingeniería y Ciencias (EIC) del Tec de Monterrey están explorando justo esa posibilidad: aprovechar al gorgojo como una fuente de proteína que puede transformar nuestra forma de alimentar a personas y mascotas, y cuidar el ambiente.

Se estima que este diminuto insecto (que tiene el tamaño de una semilla de ajonjolí) puede causar pérdidas de hasta 76% en peso y daño en el 100% del grano de maíz almacenado.

“Este proyecto es un recordatorio de que podemos encontrar oportunidades y soluciones. En este caso, convertir una plaga en un nutriente que cuide el ambiente y la salud de las personas y animales”, dice Soledad Mora Vásquez, investigadora de Food Security de la EIC, quien lidera esta investigación junto a Silverio García Lara, también parte de este grupo.

Durante sus pruebas, encontraron que el gorgojo del maíz es alto en proteína y se puede cultivar fácilmente por sus capacidades reproductivas. Los expertos lo procesaron en forma de harina para facilitar su aceptación sensorial y cultural, y ser una opción para enriquecer alimentos como tortillas, barras nutritivas, productos panificados y hasta en croquetas para mascotas.

Gorgojo: de plaga a superalimento

En el Laboratorio de Biotecnología Postcosecha, en el campus Monterrey, los investigadores criaron gorgojos en condiciones controladas, alimentándolos únicamente con maíz. Tras un par de meses, recolectaron los insectos, los desinfectaron, los secaron y los molieron. Así obtuvieron —según cuenta— una harina de color oscuro, sin olor desagradable y con sabor neutro.

Las pruebas revelaron que esta harina contiene casi 50% de proteína. De ese total, una buena parte está compuesta por aminoácidos que el cuerpo humano puede digerir fácilmente. Su perfil es similar al de otros insectos comestibles, como grillos o gusanos de harina, y puede complementarse con legumbres para mejorar su valor nutricional.

Además, los análisis microbiológicos demostraron que es segura: no se encontraron bacterias como Salmonella, estafilococos o E. coli.

Es sorprendente cómo el gorgojo logra esta transformación. Al alimentarse del maíz —en especial del endospermo, la parte rica en almidón y proteína— convierte los carbohidratos en proteína de forma sumamente eficiente.

“Es una máquina metabólica supereficiente”, dice el investigador García Lara. “Donde otros ven una plaga, nosotros vemos una fuente de proteína barata y de alta calidad”.

Además, es una de las plagas más difíciles de combatir en zonas tropicales debido a su alta capacidad de reproducción. En solo 30 días, pasa de larva a adulto y una sola hembra puede poner hasta 575 huevos dentro de los granos de maíz.

¿Lo comerías?

El principal obstáculo no es técnico, sino cultural. A diferencia de chapulines o gusanos, el gorgojo del maíz se asocia con suciedad y deterioro. “Hay una barrera cultural muy fuerte”, explica la investigadora Soledad Mora. “Se le ve como algo sucio, no como alimento”.

Para vencer esa resistencia, el equipo propone crear productos atractivos —como snacks o platillos gourmet— que aprovechen su valor nutricional.

También se necesita avanzar en la regulación: actualmente, solo se permite la presencia accidental de insectos en alimentos (sí, aunque no los vemos, los insectos ya pueden estar allí). Para usar al gorgojo como ingrediente, hace falta demostrar su inocuidad, posibles efectos secundarios y lograr la aprobación de las autoridades sanitarias.

Una apuesta hacia el futuro

Más allá del laboratorio, este enfoque podría beneficiar especialmente a comunidades rurales con poco acceso a proteína animal. Además, representa una alternativa ecológica al uso de pesticidas: en lugar de eliminarlos, se recolectarían los gorgojos mediante trampas o cultivos controlados, lo que reduciría pérdidas y contaminación.

“Esto es cambiar el paradigma”, concluye Silverio García. “Tomar algo que veíamos como basura y convertirlo en alimento. Es el tipo de innovación que necesitamos para enfrentar el futuro de la alimentación. Sobre todo, para los siguientes 10 o 15 años, cuando nos va a ser más difícil productir proteína de origen animal”.

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Autor

Picture of Ricardo Treviño