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La mitad de los niños mexicanos menores de seis años son pobres

El BID estableció una agenda de trabajo para buscar soluciones a estos desafíos que presentó durante el Segundo Foro Internacional de Primera Infancia.
imagen de un cuarto oscuro, de ladrillos, donde se ve a una niña escribiendo en un cuaderno
En Brasil, una niña toma clases desde su casa. (Foto: Getty Images)

La pobreza es una de las principales adversidades tempranas que enfrentan niñas y niños. En América Latina y el Caribe, el 35% de menores de cinco años vive bajo estas condiciones. En México, casi la mitad con menos de seis años está en esta situación, es decir, aproximadamente 4.9 millones de niñas y niños.

Martha Rubio, economista líder de la División de Protección Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explicó estas cifras durante su participación en el conversatorio virtual Desafiar las desigualdades: Cómo cerrar brechas en desarrollo en la primera infancia, en el Segundo Foro Internacional de Primera Infancia.

“Si bien, ha habido una reducción de la pobreza, en el caso de México, esta ha sido menor en la infancia que en otros grupos poblacionales. En muchos países, si vemos la distribución de la pobreza, esta se concentra mayormente en los niños y no tanto en población adulta o mayor”, comentó Rubio.

Agregó que esta situación es grave, porque la pobreza está asociada a condicionantes que limitan aspectos de salud y nutrición de los niños y el desarrollo infantil, cognitivo, socioemocional.

Por ejemplo, sufren inseguridad alimentaria con un bajo consumo de macro y micronutrientes, consumo de agua no segura, habitan viviendas en malas condiciones y tienen un acceso limitado a servicios de salud básicos.

En el conversatorio, moderado por Sindy González, gerente de Primera Infancia en Fundación FEMSA, también participó Carolina Freire, especialista de la División de Protección Social y Salud del BID, y se proyectó una videoconferencia con Romina Tomé, asociada senior de la división.

El Segundo Foro Internacional de Primera Infancia tuvo lugar en el campus Monterrey. (Foto: Alejandro Salazar / TecScience)

La pobreza en los niños de México y América Latina

Desde 1989, cuando se adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño como un compromiso global para proteger y promover el desarrollo infantil, los indicadores de Pobreza Infantil y Desnutrición Crónica en menores de cinco años han tenido avances notables en América Latina y el Caribe con reducciones de un 40 y 20%, comentó Tomé.

Sin embargo, han sido detectadas otras problemáticas, por ejemplo, el 88% de niños menores de tres años y el 30% en edad preescolar aún no asisten a servicios de atención infantil.

Además, entre los niños con madres con educación primaria, nueve de cada 10 tienen menos de tres libros infantiles y la mitad no juega regularmente con sus padres, una actividad que es importante para el desarrollo cognitivo y socioemocional. 

A los cinco años, los hijos de madres con educación primaria tienen un lenguaje equivalente a los de tres años y medio de mamás con educación superior. 

“Esto no solo es una diferencia en vocabulario, es una diferencia en oportunidades; las desigualdades comienzan temprano en la vida y se agrandan con el tiempo”, mencionó Tomé.

Agregó que, invertir en programas de desarrollo infantil de calidad tienen retornos de inversión del 13.7% anual; mientras, el costo por la inacción en la región equivale al 1.6% del PIB.

A estas problemáticas se le suman desafíos que afectan a niños de la región y a sus familias, como los flujos migratorios, las consecuencias del cambio climático, y los problemas de salud mental de los menores y sus cuidadores.

Estas desigualdades que afectan a niñas y niños son más prevalentes para los que habitan en áreas rurales indígenas, quienes −además de pobreza− experimentan mayores brechas en acceso a servicios básicos para su desarrollo integral, dijo Freire.

“Por ejemplo, en algunas comarcas indígenas, solo el 32% de los niños en edad preescolar asiste a la escuela, mientras que en áreas urbanas superan el 67%. Son brechas que también condicionan desigualdades en el futuro”, comentó.

La agenda del BID para buscar soluciones

Para buscar soluciones a estos desafíos en primera infancia de la región de Latinoamérica y el Caribe, el BID estableció una agenda de trabajo y cuenta con un Documento de Marco Sectorial que presentó durante el Segundo Foro Internacional de Primera Infancia.

La experta compartió que esta división de banco actualmente trabaja en seis frentes:

  1. Migración, para garantizar que niños migrantes accedan a servicios de calidad.
  2. Salud Mental, con el diseño e implementación de intervenciones basadas en el juego.
  3. Cambio Climático, con protocolos que garanticen la continuidad de los servicios en situaciones de emergencia.
  4. Intersectorialidad y Gobernanza, para materializar esfuerzos necesarios con instituciones que cooperen y trabajen articuladamente.
  5. Servicios de Desarrollo Infantil Temprano de calidad, con programas en centros para los niños y sus familias.
  6. Medición y evaluación, para generar evidencia y fomentar la economía del cuidado.

Son temas emergentes que pueden generar situaciones de adversidad para los niños. Nuestro compromiso hacia el futuro es abordar estos desafíos en un entorno constante de cambio”, comentó Freire.

Programas en LATAM a favor de la primera infancia

Durante el conversatorio, las representantes del BID compartieron ejemplos de acciones e iniciativas a favor del bienestar y el desarrollo de niñas y niños en varias regiones de América y el Caribe, incluido México.

En el caso de migración, donde se ha detectado un vacío de información para identificar a niños de cero a cinco años en familias migrantes, la división trabaja en una línea de investigación para identificar fuentes de datos disponibles que permitan caracterizar mejor la situación de la infancia migrante.

Uno de los proyectos que abordan esta problemática, que fue financiado por el Fondo de Innovación para el Desarrollo Infantil, es Amigos de la Infancia, que se desarrolló en alianza con la UNICEF y que busca ofrecer accesos básicos, como actividades y herramientas pedagógicas y apoyo a madres de familias migrantes, principalmente venezolanas. Más de 16,500 niños y 10,000 cuidadores participaron en el proyecto.

En cuanto a cambio climático, se trabaja con países en el desarrollo de protocolos de emergencia para garantizar el servicio a niños con modalidades flexibles de respuesta, por ejemplo, junto al gobierno de Panamá se realizó el proyecto Mochila Cuidarte, basado en visitas domiciliarias a hogares vulnerables para fortalecer prácticas de crianza a través del juego y una guía para padres.

En México, para hacer frente a las experiencias adversas tempranas, se realiza el Programa Luciérnaga, en colaboración con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una iniciativa para medir la calidad de las interacciones entre agentes educativos y niños dentro de las aulas en los centros de atención infantil.

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Autor

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