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El equipo que trabaja en dos vacunas contra el VIH (y qué tan cerca están de lograrlo)

Después de más de 30 años de investigación continua, los científicos han llegado a conocer el virus a profundidad.
Fotografía microscópica del virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
Fotografía del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) capturada con un microscopio electrónico. (Foto: Getty Images)

Erradicar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es el sueño de muchos médicos y científicos que han dedicado su vida a estudiarlo y a tratar a las personas que lo contraen. Sin embargo, lograrlo requerirá de esfuerzos desde muchos frentes, incluyendo crear una vacuna efectiva, llevar el tratamiento existente a todas las personas contagiadas y eliminar el estigma social asociado a esta infección.

“Tenemos que creer que podemos hacerlo”, dice Bruce Walker, médico y científico especializado en enfermedades infecciosas y director del Ragon Institute.

Walker terminó la escuela de medicina en la época en que una nueva enfermedad −que ahora llamamos síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y es ocasionada por el VIH− empezó a ocasionar muertes en la población estadounidense.

En ese momento, a finales de la década de los 80, contagiarse de VIH −un virus de transmisión sexual− era como una sentencia de muerte, pues era desconocido para el mundo.

“Decidí que, en lugar de dedicarme, exclusivamente, a tratar pacientes, también estudiaría su respuesta inmunitaria en el laboratorio”, recuerda Walker.

Ahora, después de más de 30 años de investigación continua, él y cientos de científicos alrededor del mundo han llegado a conocer el virus a profundidad y el panorama ya no es tan gris como solía serlo. 

Hoy, existen tratamientos que garantizan la supervivencia de quienes lo contraen y se están creando vacunas que podrían prevenir su contagio.

La vacuna que estamos desarrollando en el Ragon Institute va a probarse en personas esta primavera”, cuenta Walker. “Nos sentimos optimistas…pero podríamos estar equivocados”.

VIH: un virus que muta a ritmos inimaginables

Con la pandemia de Covid-19, un esfuerzo global demostró que crear una vacuna puede ser muy rápido, sin embargo, durante décadas, investigadores alrededor del mundo han buscado crear una contra el VIH sin éxito.

“Con Covid-19, tuvimos que crear nuevas versiones de las vacunas para las diferentes variantes porque el virus muta”, dice Facundo Batista, investigador especializado en el sistema inmunológico y director científico del Ragon Institute. Pero el VIH tiene de las tasas de mutación más altas que se conocen de cualquier virus.

“Las variantes que se desarrollan en una sola persona son equivalentes a todas las que se generaron del virus de la influenza en todo el mundo durante la pandemia de 1996”, explica Batista. Cuando nuestro cuerpo empieza a entender al virus y montar una batalla en su contra, este ya ha cambiado múltiples veces y se ha vuelto irreconocible.

Por eso, encontrar una vacuna en su contra es tan difícil, pero los científicos no se dan por vencidos. “Lo que hacemos es intentar entrenar al sistema inmunológico con estas vacunas para que ataquen al virus donde es más vulnerable”, dice Walker.

Los controladores élite y una vacuna contra VIH

Un grupo liderado por Gaurav Gaiha −del que forma parte Walker− está trabajando en crear una vacuna contra VIH que induce al sistema inmunológico a crear un tipo especial de célula T asesina que es capaz de detectar una parte del virus que no puede mutar.

Este tipo de célula T asesina fue descubierto por Walker y sus mentores en 1994, cuando recibieron a un paciente que se había contagiado con VIH 15 años antes, pero no había desarrollado SIDA. Estaba perfectamente saludable sin haber tomado medicamentos.

Tras años de estudio y después de encontrar a otras personas que lograron controlar naturalmente la infección de VIH −conocidas como controladores élite− el grupo descubrió que, por causas aún desconocidas, existen quienes se contagian, pero logran que los niveles del virus se mantengan muy bajos sin necesidad de tomar medicamentos antirretrovirales. Solo una entre 300 personas contagiadas es capaz de esto.

Todos los humanos tenemos células T asesinas, las cuáles forman parte de nuestro sistema inmunológico y matan células infectadas al detectar fragmentos de virus o bacterias en ellas. Los controladores élite tienen un tipo especial que les permite detectar una parte del VIH que no puede mutar.

“Todavía no entendemos completamente por qué algunas personas tienen la suerte de conseguir ese tipo especial de célula T asesina”, dice Walker. “Pero el hecho de que existan debe darnos esperanza de que podemos superar la devastación de esta enfermedad”. 

La vacuna en la que están trabajando, será capaz no solo de prevenir el contagio de VIH, también podrá usarse como tratamiento. Una primera versión será probada en humanos en primavera de 2025, sin embargo, el investigador calcula que tomará todavía 10 años más para que pueda llegar al mercado.

La madre de todas las vacunas

Simultáneamente, el laboratorio liderado por Batista forma parte de un consorcio multiinstitucional que está trabajando en otra vacuna que podría prevenir el contagio de VIH. 

Esta funciona estimulando al sistema inmunológico para que produzca un tipo de anticuerpos −llamados ampliamente neutralizantes− que son capaces de reconocer y eliminar entre el 70% y el 90% de las variantes de VIH

Para lograrlo, los investigadores diseñaron un componente de vacuna que interactúa con las células B (los glóbulos blancos que crean anticuerpos) del sistema inmunológico y lo inducen a crearlos.

El laboratorio de Batista probó una sola dosis de este componente en modelos animales y encontró que aumentó la actividad de este tipo de anticuerpos, logrando neutralizar algunas de las variantes.

“Lentamente este rompecabezas se está armando, pero todavía estamos en una fase inicial”, dice el investigador.

Para conseguir la vacuna final, aún falta diseñar otros componentes que, en conjunto con el que ya fue creado y probado, logren eliminar la mayoría de las variantes del virus en modelos animales y después en humanos, lo cuál tomará alrededor de 10 o 15 años.

A futuro, la idea es que ambas vacunas puedan utilizarse simultáneamente en las personas para darles una protección potente.

“La llamo la madre de todas las vacunas”, expresa Batista. De acuerdo con él, si logran crearlas, será mucho más sencillo hacer vacunas en contra de otras enfermedades difíciles, como la tuberculosis. 

El conseguir la vacuna contra el VIH es especialmente importante para terminar con la enfermedad en África, donde ha sido especialmente devastadora.

“En países desarrollados y partes de América Latina hay medicamentos que logran controlar la infección, entonces la gente pierde el miedo”, dice Batista. “Pero no hay duda de que necesitamos una vacuna”.

Cómo erradicar el VIH

A futuro, para −realmente- erradicar el VIH no solo hará falta desarrollar vacunas eficientes, también necesitaremos expandir la prevención -es decir la profilaxis pre-exposición (conocida como PrEP) y la profilaxis post-exposición (conocida como PEP)- y los tratamientos disponibles para que alcancen a todas las personas contagiadas o a las que son más vulnerables de contraer el virus.

Tanto la PrEP, como la PEP son medicamentos que son administrados a las personas antes o después de un encuentro sexual o situación de riesgo, para prevenir que la infección suceda. 

En México, se utiliza la PrEP y PEP como una pastilla en donde vienen mezclados dos medicamentos que engañan al virus y evitan que pueda crear nuevas copias”, dice Eduardo Pérez, médico internista de TecSalud y vicepresidente del Comité de VIH de la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica

Las personas que desarrollan SIDA también pueden ser tratadas con estos medicamentos para controlar la enfermedad y garantizarles una vida saludable. “Hoy, la esperanza de vida de una persona que se diagnostica con VIH es de entre 50 y 60 años después del diagnóstico”, dice Pérez. 

Para que todo esto realmente funcione, es indispensable que desaparezca el estigma social que ha envuelto al VIH/SIDA durante años. El que las personas tengan miedo de saber si están contagiadas es preocupante, pues significa que hay quienes portan la enfermedad sin saberlo, convirtiéndose en una fuente de contagio. “En México dos de cada 10 personas que viven con VIH no lo saben”, advierte Pérez.

Así, erradicar el VIH requerirá de esfuerzos prolongados por parte de investigadores, farmacéuticas, gobiernos y sociedades. “Creo que podemos volvernos lo suficientemente inteligentes para lograrlo”, dice Walker.

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Autor

Picture of Inés Gutiérrez Jaber