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¿Qué opciones tenemos frente a la crisis del agua?

Expertos aseguraron, durante el panel de Thristy Cities, que necesitamos recordar que los sistemas naturales son soluciones más eficientes.
Cinco personas discuten en un panel temas relevantes
"El futuro aún no ha sucedido, así que pensemos de forma novedosa y creativa", dijo Rob Roggema durante el evento de Thristy Cities. (Foto: Cortesía de Jürgen Mahlknecht)

A nivel mundial, la crisis del agua empeora cada día. Alrededor del 25% de la población global no dispone de agua potable y millones de personas sufren escasez de este recurso tan necesario. El problema es aún peor en las ciudades y resolverlo necesitará de muchas manos…y mentes.

En el evento Editors’ Conclave: Global Rise of Thirsty Cities, llevado a cabo el 23 de junio de 2023 en el Tec de Monterrey, Campus Monterrey, editores de la prestigiosa casa editorial Elsevier conversaron con investigadores de la institución sobre los retos y oportunidades que se presentan en las ciudades para lidiar con la problemática del agua.

En el panel Talking about the challenges and opportunities of urban natural resources security, moderado por Aldo Ramírez, profesor investigador y director del Centro del Agua, los investigadores Rob Roggema, Manish Kumar y Frank Loge, que pertenecen a la iniciativa Faculty of Excellence, así como Sheila Ferniza conversaron desde sus propias perspectivas y explicaron posibles soluciones.

Los retos de la crisis del agua

En la primera ronda de la conversación, los expertos discutieron cuáles son los mayores retos a los que se enfrentan las ciudades latinoamericanas para usar el agua de forma responsable y eficiente.

De acuerdo con Frank Loge, profesor investigador de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, el hecho de que en las ciudades la demanda de agua excede el suministro. Para solucionarlo, es necesario reducir el uso en las casas, pero esto es complicado ya que las personas no siempre están dispuestas a dejar de regar sus jardines, reusar agua de lluvia o bajarle menos veces al WC.

Por otro lado, explicó Loge, una de las mayores fallas en los sistemas de abastecimiento del agua en la actualidad son las fugas en las tuberías, en donde se pierde más del 10% del agua disponible para su uso. “Creo que el problema más grande aquí es la cantidad de información que se necesita para saber en dónde están las fugas y cuánta agua se está perdiendo”, dijo.

Para Sheila Ferniza, profesora de cátedra de la Licenciatura en Urbanismo, el problema está en cómo construimos las ciudades. De acuerdo con ella, en América Latina el modelo de desarrollo es descontrolado y se utilizan materiales contaminantes y poco naturales que complican la posibilidad de tener ciudades sostenibles.

Conforme las ciudades se van extendiendo sin control, aumenta la necesidad de instalar tuberías para llevar el agua a los usuarios. “Esto complica aún más que las agencias puedan saber si sus tuberías están funcionando bien o no”, dijo. El mayor reto será lograr cambiar la forma en que pensamos las ciudades y cuánto espacio ocupamos.

Ante los ojos de Rob Roggema, profesor investigador de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño (EAAD), el desafío es combatir la ignorancia y comunicar el sentido de urgencia de la crisis ante la que nos encontramos. Además, como humanidad, tendemos a ver a los recursos como un problema a solucionar, si hay sequía no es suficiente, si hay inundaciones, es demasiada.

Por otro lado, es difícil apreciar y querer salvar un recurso que nunca vemos. “Gran parte del sistema de agua de Monterrey está oculto debajo del pavimento”, dijo.

Para concluir, profesor investigador de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, Manish Kumar, abordó el hecho de que muchos cuerpos de agua cercanos a las ciudades están contaminados y, a pesar de que hay programas para tratar esa agua y hacerla potable, no todas las personas están dispuestas a beberla y utilizarla.

Las oportunidades

En cuanto a las soluciones, de acuerdo con los expertos existen múltiples ángulos desde los cuales pueden proponerse.

En primer lugar, es indispensable reusar el agua de lluvia de forma local, utilizándola para abastecer los lugares cercanos a donde llovió, dándole un tratamiento previo que la haga potable. Cuando suceda una inundación, en vez de deshacerse del exceso de agua de forma inmediata, debería reincorporarse al sistema de abastecimiento.

Otra opción es utilizar el diseño regenerativo para aprovechar la infraestructura de las ciudades que ya están construidas, reincorporando los sistemas y especies naturales de cada lugar para que los ciclos, como el del agua, puedan suceder con mayor facilidad.

Además, “mi sugerencia es rehacer por completo el sistema de agua urbano”, dijo Roggema. “Deberíamos de hacer que el agua sea visible de nuevo”. Con esto, se impulsaría una cultura de cuidado y ahorro, pues los habitantes de las ciudades se sentirían más involucrados con este recurso líquido.

También, puede atacarse el problema desde la perspectiva social, utilizando distintas estrategias para concientizar a las personas sobre su propio uso de agua y orillarlas a hacerlo de forma responsable.

De acuerdo con Loge, en California, Estados Unidos, se condujo un experimento en donde se medía el consumo de agua de distintas casas y después se les enviaba un mensaje de texto simple a sus habitantes, diciéndoles si cuánta agua estaban consumiendo y el daño que le estaban haciendo a su ecosistema local.

Añadiendo emojis sonrientes o tristes, dependiendo de si su consumo excedía el recomendado o no, respectivamente, apelaban a su lado emocional. “Con esta estrategia lograron una reducción de hasta 10% en los hogares de la zona”, explicó.

Otra posibilidad sería implantar una bomba biótica, en donde se siembran especies de árboles y plantas, así como el tipo de suelo de un bosque para crear uno de forma artificial y propiciar un ambiente más húmedo que a su vez genere vientos y lluvias de forma natural.

“Tenemos que pensar en soluciones basadas en la naturaleza y en los ecosistemas completos”, dijo Kapur.

Para los expertos, ya tenemos el conocimiento suficiente, lo que necesitamos es utilizarlo en combinación con las nuevas tecnologías que tenemos disponibles y recordar que los sistemas naturales tienden a ser soluciones más eficientes.

“El futuro aún no ha sucedido, así que pensemos de forma novedosa y creativa”, concluyó Roggema.

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Autor

Inés Gutiérrez Jaber