Por Dr. Jorge E. Valdez-García
La relación entre ciencia y sociedad es tremendamente importante: la sociedad necesita la ciencia como un motor para el éxito social, económico y político, mientras que la ciencia vive de los recursos, talentos y libertad que la sociedad pone a disposición. Comprender y comunicar de manera justa el riesgo y la incertidumbre son cada vez más importantes para la ciencia y la sociedad. La comunicación de la ciencia tiene un papel vital que desempeñar en la sociedad moderna.
A medida que la ciencia toca la vida cotidiana y las decisiones de individuos e instituciones y a medida que más personas intentan comunicar acerca de la ciencia, esta se ha convertido en parte del discurso público como nunca antes. En ese sentido, por ejemplo, la UNESCO declara:
«La ciencia es el mayor esfuerzo colectivo. Contribuye a garantizar una vida más larga y saludable, monitorea nuestra salud, proporciona medicamentos para curar nuestras enfermedades, alivia dolores y molestias, nos ayuda a proporcionar agua para nuestras necesidades básicas, incluida nuestra alimentación, proporciona energía y hace que la vida sea más divertida, incluidos los deportes, la música, el entretenimiento y la última tecnología de comunicación. Por último, pero no menos importante, nutre nuestro espíritu.
La ciencia genera soluciones para la vida cotidiana y nos ayuda a responder a los grandes misterios del universo. Tiene un papel específico, así como una variedad de funciones para el beneficio de nuestra sociedad: crear nuevos conocimientos, mejorar la educación y aumentar la calidad de nuestras vidas.
La ciencia debe responder a las necesidades sociales y a los desafíos globales. La comprensión pública y el compromiso con la ciencia, así como la participación ciudadana, incluso a través de la popularización de la ciencia, son esenciales para equipar a los ciudadanos para que tomen decisiones personales y profesionales informadas.
Para enfrentar los desafíos del desarrollo sostenible, tanto los gobiernos como los ciudadanos deben entender el lenguaje de la ciencia y deben alfabetizarse científicamente. Por otro lado, los científicos deben comprender los problemas que enfrentan los responsables políticos y esforzarse por hacer que los resultados de su investigación sean relevantes y comprensibles para la sociedad”. (UNESCO 2021).
A medida que la ciencia y la tecnología se han interconectado cada vez más en todos los aspectos de la vida moderna, ha aumentado el reconocimiento de la necesidad de una divulgación eficaz de la ciencia al público y a los tomadores de decisiones.
Una suposición generalizada tanto en la comunidad científica como en la de los divulgadores de la ciencia es que comunicar bien la ciencia tiene un impacto positivo en el entendimiento y actitudes del público sobre cómo la ciencia puede ayudar en los problemas sociales.
Uno de los objetivos de la comunicación científica es simplemente compartir los hallazgos y la emoción de la ciencia. Un segundo objetivo puede ser aumentar la apreciación de la ciencia como una forma útil de entender y navegar por el mundo moderno. Un tercer objetivo puede ser aumentar el conocimiento y la comprensión de la ciencia relacionada con un tema específico que requiere una decisión. Un cuarto objetivo puede ser influir en las opiniones, el comportamiento y las preferencias políticas de las personas, por ejemplo, cuando el peso de la evidencia muestra claramente que algunas opciones tienen consecuencias para la salud pública, la seguridad pública o alguna otra preocupación social. Y un quinto objetivo es involucrarse con diversos grupos para que sus perspectivas sobre la ciencia relacionadas con temas sociales importantes puedan considerarse en la búsqueda de soluciones a los problemas sociales que afectan a todos. Se necesita un gran esfuerzo de investigación para ayudar a alinear los enfoques de la comunicación científica con objetivos particulares.
La comunicación de la ciencia debe realizar cuatro tareas interrelacionadas: identificar la ciencia más relevante para las decisiones que enfrentan las personas y determinar lo que la gente ya sabe y diseñar la comunicación para llenar los vacíos críticos (entre lo que la gente sabe y necesita saber) y evaluar la idoneidad de esas comunicaciones.
Los propósitos de la comunicación científica son: generar una conciencia pública de la ciencia, que tiene como objetivo estimular la conciencia y las actitudes (u opiniones) positivas hacia ella. Busca también su comprensión (de su contenido, procesos y factores sociales). Alfabetización científica es otra de las metas, y esta ocurre cuando las personas son conscientes, están interesadas e involucradas, forman opiniones y buscan entenderla. La cultura científica es un entorno de toda la sociedad que aprecia y apoya la ciencia y la alfabetización científica.
Las múltiples revoluciones actuales en la ciencia y la tecnología tienen un inmenso impacto en la sociedad de hoy, afectando el futuro de la humanidad y de la Tierra. La ciencia y la sociedad se buscan y se necesitan mutuamente. Los científicos tienen la obligación ética con el público de producir información objetiva, inteligible y oportuna y de rendir cuentas de su administración de los fondos públicos utilizados para apoyar su trabajo.
¿Qué responsabilidad tenemos los científicos con la sociedad? En mi opinión, los que integramos la comunidad científica debemos comprometernos con la comunicación como parte integral de nuestro papel profesional como investigadores.
Como gran parte de la investigación que realizamos es financiada con fondos públicos, es evidente la necesidad de informar al público sobre los principales resultados de la investigación, a fin de permitir que las personas interesadas sigan los desarrollos en curso y formen su propia opinión sobre la base de hechos y datos sólidos sustentados en la ciencia. Nuestra comunicación será adecuada si provee al público con la información que necesita en una forma que este pueda usar para su beneficio. En este sentido, podemos decir que esta comunicación idealmente debe ser un proceso bidireccional: los científicos no solo tienen que presentar sus hallazgos, sino también estar preparados para tener en cuenta las necesidades y respuestas del público. Incluso, considero que un científico tiene la responsabilidad moral de discutir públicamente las implicaciones sociales de su investigación, no solo promoviendo sus beneficios, sino también, lo que es más importante, advirtiendo sobre sus peligros potenciales.
Nuestro papel como institución de educación superior es desarrollar habilidades cognitivas vinculadas a la ciencia y dar herramientas a las personas para asumir una posición e intervenir en las decisiones fundamentales de la sociedad. Por lo tanto, es válido también decir que las universidades necesitamos hacer un mejor trabajo capacitando a científicos para explicar sus hallazgos científicos. También los estudiantes que se especializan en ciencias debieran tener experiencias formativas sobre cómo comunicar la investigación científica al público. La formación en comunicaciones debe convertirse en un componente clave de la educación científica.
Al involucrarse en la divulgación de la ciencia, las universidades sirven no solo a la verdad científica, sino también a los objetivos y fines de una sociedad que reconoce en la ciencia una base esencial de su progreso, de acuerdo con los objetivos sociales, como la construcción de una sociedad sostenible.
TecScience nace para cerrar esa brecha entre la sociedad y la ciencia, así como para dar información verídica, bien contada, atractiva, basada en evidencia para que la sociedad pueda tomar decisiones con las mejores herramientas.
Si tomamos en cuenta lo anterior, nuestra misión principal como TecScience es promover una mejor comunicación entre la comunidad científica, los responsables de la toma de decisiones y la sociedad en general, para garantizar una aceptación más amplia e informada de los hallazgos científicos.