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La gamificación y la risa mejoran el desempeño de los alumnos

La enseñanza puede enriquecerse al usar estrategias como incorporar el sentido del humor en las clases o usar los juegos para potenciar el aprendizaje.
En esta ilustración vemos el cerebro humano con circunvoluciones frontales superiores resaltadas, también conocidas como circunvoluciones marginales. Se encuentra en el lóbulo frontal y se asocia con la autoconciencia y la risa
En esta ilustración vemos el cerebro humano con circunvoluciones frontales superiores resaltadas, también conocidas como circunvoluciones marginales. Se encuentra en el lóbulo frontal y se asocia con la autoconciencia y la risa. (Foto: Getty Images)

Enseñar es un reto constante para quienes dedican su vida, o parte de ella, a la docencia. Sobre todo, para aquellos que dan clases de disciplinas difíciles como física, matemáticas o química.

Es por ello que hay un continuo esfuerzo por innovar en educación. Para el investigador Rodrigo González Barrios, del Instituto Nacional de Cancerología, esto se volvió evidente cuando en 2012 empezó a impartir la materia de epigenética a estudiantes de la licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La epigenética es el estudio de los mecanismos que regulan la expresión de los genes en los seres vivos, pero que no tienen que ver con alteraciones a la secuencia de ADN.

En palabras del investigador: “Para cocinar un pastel, el genoma serían todos los ingredientes y el equipo que necesitas para hacerlo, el epigenoma sería la receta”.

La disciplina es compleja y en ocasiones difícil de entender, por lo que suele reservarse para clases de posgrado. Sin embargo, junto con su colega Ernesto Soto Reyes, del Departamento de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), decidió impartirla en licenciatura.

“La razón fue personal, a mí me hubiera gustado que existiera una materia así cuando yo fui estudiante universitario”, dice en entrevista con TecScience.

Al inicio, la materia seguía el formato tradicional de una clase, con presentaciones cargadas de información, tareas y exámenes escritos. Después del primer curso, se dieron cuenta de que era demasiado pesada la lección.

Después de discutirlo, decidieron abordar una filosofía que escondía el secreto de que sus alumnos aprendieran de verdad. “Vimos que una estrategia para que entendieran era bajar el tono y hacer la clase agradable”, dice González Barrios.

Con el tiempo, esta evolucionó a un híbrido entre el rigor científico y la diversión, en donde las sesiones involucraban chistes de ciencia, actividades creativas y exámenes didácticos con juegos o en equipo.

Usar el sentido del humor para enseñar

La fórmula fue un éxito; sus alumnos disfrutaban la clase al grado de tener ataques de risa durante ella y sentir emoción por regresar. A la hora de evaluarlos, no observaron ninguna reducción en su aprendizaje. Por el contrario, obtenían buenas calificaciones y parecían dominar los conceptos más difíciles.

“No solo sirvió para ayudarlos a entender, empezó a atraer a muchos estudiantes de otros lados, incluso de otras carreras y universidades”, expresa González Barrios.

Sin saberlo, los investigadores estaban demostrando un fenómeno que ya ha sido investigado por la psicología: el humor y la risa mejoran el desempeño de los estudiantes al atraer y mantener su atención, potenciar su memoria, reducir la ansiedad, impulsar la participación y aumentar su motivación.

Detrás de este efecto positivo hay cambios fisiológicos en el cuerpo asociados a reír, como una reducción de los niveles de hormonas asociadas al estrés, como cortisol y epinefrina, un aumento en la activación del sistema de recompensa en el cerebro y una reducción de la presión sanguínea.

A pesar de que González Barrios y Soto Reyes no basaron su decisión en estos estudios, habían observado una tendencia en el mundo de la ciencia de reducir la seriedad en los congresos usando analogías, ejemplos cotidianos o chistes para comunicar los descubrimientos más recientes.

Hoy, la clase sigue a cargo de González Barrios, acompañado por algún otro colega con vocación docente. En ocasiones, esos colegas son exalumnos suyos que después de tomar la clase decidieron dedicarse a la investigación en epigenética.

Gamificación: aprender jugando

La idea de usar el sentido del humor para enseñar está en línea con otra técnica utilizada en las aulas para facilitar el aprendizaje conocida como gamificación.

Esta consiste en usar elementos y dinámicas de los juegos en actividades no recreativas como la educación. Su objetivo es mejorar el desempeño de los estudiantes, ya sea potenciando su atención, mejorando alguna habilidad en particular o recompensando buenas acciones.

La técnica puede ser aplicada desde la primaria hasta las clases de posgrado y es cada vez más popular entre profesores. Para Elvira Rincón Flores, profesora e investigadora del Institute for the Future of Education (IFE), la gamificación es la culminación de un largo recorrido para encontrar maneras de enseñar de una forma novedosa.

“Yo creo que esta inquietud de jugar no se pierde cuando nos volvemos adultos”, dice en entrevista con TecScience.

Ahora, en sus clases de matemáticas, aplica estrategias de gamificación para ayudar a sus estudiantes a tener un aprendizaje profundo. Su diseño consiste en dar insignias a sus estudiantes para reconocer sus esfuerzos.

Estas insignias están basadas en superhéroes como Flash, Iron Man, Capitán América o los Cuatro Fantásticos y cada una sirve para recompensar distintos rasgos, como saber trabajar en equipo o poder resolver un problema matemático complejo.

Gracias a esta estrategia, sus alumnos han mejorado su desempeño durante las clases y tienen una actitud más positiva hacia las matemáticas.

La ciencia de la gamificación

Además de enseñar, dedica su tiempo a conducir investigación científica alrededor de la gamificación. En conjunto con la Universidad de Lima, Elvira Rincón y su equipo desarrollaron una plataforma llamada Gamit!, que usa un sistema de recompensas para estimular el aprendizaje en estudiantes universitarios.

En un estudio publicado en 2022, los investigadores demostraron que su plataforma mejora aspectos del aprendizaje de las matemáticas, incluyendo un aumento de la atención sostenida.

También, encontraron que ayuda a los estudiantes a sentir menos ansiedad a la hora de aprender esta disciplina. “Fue muy alentador ver cómo esta dimensión fue la que salió más favorecida”, dice.

De acuerdo con Rincón Flores, la ansiedad es un factor determinante en que los alumnos tengan tanta dificultad a la hora de aprender matemáticas.

“Si de alguna manera podemos contribuir a que eso cambie, yo soy la más feliz”, expresa. Durante la pandemia por Covid-19, realizaron un estudio en donde utilizaron la gamificación para promover el aprendizaje activo y la motivación en clases en línea a estudiantes universitarios.

Para ella, es importante explicar que incorporar este tipo de estrategias no resta seriedad a la enseñanza, simplemente la hace más amena. “No es puro juego, solo te vales de sus elementos para enganchar al estudiante”, dice.

Además, insiste en que esto no es lo único que un docente debe utilizar en el aula, sino que tiene que estar acompañado de un discurso didáctico que busque enriquecer las clases, promover el aprendizaje colaborativo y aterrizar las enseñanzas a contextos reales.

Para González Barrios las recompensas de incorporar nuevas herramientas a la enseñanza son grandes. “Me gusta mucho ese momento cuando te das cuenta de que tu alumno de verdad ya entendió”.

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Autor

Inés Gutiérrez Jaber