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3 indicadores que exponen la desigualdad en salud que viven las poblaciones indígenas

Las comunidades en México enfrentan mayores costos médicos, junto con una menor expectativa de vida y una atención de peor calidad.
Fotografía de dos mujeres indígenas y una niña indígena sentadas en una sala de espera
“A pesar de que en la constitución se señala la igualdad de los ciudadanos, en la práctica observamos una forma de organización social sumamente estratificada”, dice Sergio Meneses, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública. Foto: Reuters

Lograr que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad es clave para garantizar un futuro próspero para la humanidad. Sin embargo, en México, las poblaciones indígenas enfrentan una discriminación sistemática que les impide cuidar de su salud.

“A pesar de que en la constitución se señala la igualdad de los ciudadanos, en la práctica observamos una forma de organización social sumamente estratificada”, dice Sergio Meneses, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública, en entrevista con TecScience.

De acuerdo con él, históricamente, las poblaciones indígenas han vivido discriminación y racismo de forma constante, lo cual es visible en nuestra vida diaria, pero que también puede medirse con distintos indicadores. 

“Hay más pobreza, analfabetismo, mortalidad infantil y menor esperanza de vida”, expresa Meneses. En términos del acceso a servicios de salud, “es menor y enfrentan peor calidad en la atención”.

Así, la cobertura sanitaria universal –que implica el acceso a servicios médicos para todos sin que esto les genere dificultades financieras– uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por las Naciones Unidas para garantizar un futuro mejor y más sostenible para la humanidad en 2030, está lejos de hacerse realidad en nuestro país.

Con esto en mente, Meneses y un grupo multiinstitucional de investigadores, integrado por Rocío García, de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tec de Monterrey, Rafael Lozano, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Laura Flamand, del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México y otros, analizó tres indicadores de gasto en salud y cómo varían entre las poblaciones indígenas y no indígenas.

“Tratamos de dar cuenta de cómo se han mantenido las brechas entre estas dos poblaciones”, cuenta Meneses.

El acceso desigual a la salud en México

Para demostrar que, a nivel nacional, existe una desigualdad sistemática que impacta el acceso a la salud de las poblaciones indígenas, en su estudio los investigadores utilizaron tres indicadores financieros, los cuales analizaron a lo largo de doce años. Estos fueron el gasto catastrófico, gasto empobrecedor y gasto excesivo en salud.

El gasto catastrófico significa que las familias gastan 30% o más de sus ingresos para la atención médica de alguno de sus miembros. El gasto empobrecedor sucede cuando las familias invierten una cantidad en salud que las lleva por debajo de la línea de pobreza. Por último, el gasto excesivo es aquel que supera el 10% del gasto total del hogar.

Utilizando información de Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH), realizada cada dos años por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), analizaron las tendencias en estos marcadores desde el 2008 hasta el 2020, haciendo una comparación entre poblaciones indígenas y no indígenas.

“Encontramos que, en todo momento, existe una desigualdad al compararlas”, explica Meneses. “Los hogares indígenas siempre incurren en un mayor gasto catastrófico, gasto empobrecedor y gasto excesivo en salud”.

Al revisar el gasto catastrófico en específico, el investigador señala que, desde el 2008 hasta el 2014 se observaba una tendencia a la baja en este indicador, pero que, a partir de 2014 ha ido aumentando. 

De acuerdo con Meneses, esto se debe en parte a que −de 2008 al 2014− todavía existía el Seguro Popular, el cuál tenía como objetivo brindar un seguro médico a las personas que no contaban con alguno, ya fuera público o privado.

“En 2014, la inversión en salud se vio estancada y, finalmente, en 2020 se desapareció este seguro”.

Faltan mecanismos de protección financiera para hogares indígenas

Para Meneses, su investigación demuestra que las poblaciones indígenas están siempre en desventaja cuando se trata de cuidar su salud.

Esto es evidente en el hecho de que −aunque a través de los años los distintos indicadores han ido cambiando− las poblaciones indígenas se mantienen como las más afectadas.

“Aunque en los hogares indígenas y no indígenas disminuya el gasto catastrófico, permanece la desigualdad”, dice Meneses. 

Esto es preocupante, porque significa no hay avance hacia la igualdad. “Uno podría pensar que el 5.3% de gasto catastrófico en salud de hogares indígenas no es tan alto, pero estamos hablando de millones de personas”, dice.

De acuerdo con el experto, esto evidencia que hacen falta mecanismos de protección enfocados en garantizar que los hogares de personas indígenas puedan acceder a servicios médicos suficientes y de calidad sin que esto dañe su economía. 

La falta de acceso a un buen sistema de salud es consecuencia de la discriminación y racismo sistemáticos que existe hacia estas poblaciones.  “Esta estructura de nuestra sociedad permea todos los ámbitos de la vida social, incluyendo el sistema de salud y las instituciones públicas”, expresa Meneses.

Para poder erradicar esta desigualdad, el país debe contar con mecanismos financieros que protejan a las poblaciones más vulnerables. 

Medidas para comenzar a reducir las brechas de desigualdad

Con esta evidencia en mente, el grupo de investigación propone dos medidas principales para empezar a reducir estas brechas: contar con un seguro médico para quienes no tienen una cobertura pública o privada, que cuente con cláusulas que le den preferencia a las poblaciones que viven en desigualdad, e incluir acciones y mecanismos legales en contra de la discriminación hacia las poblaciones indígenas.

Actualmente, en México, existen aproximadamente 80 millones de personas que no cuentan con un seguro médico social, enfatiza el experto.

“Es deseable que el presupuesto en salud tenga una tendencia creciente”, dice Meneses. “También queremos que se utilice con eficiencia, no queremos despilfarros”.

Para llegar ahí, lo primero que necesitamos es reconocer que como sociedad hemos sometido a las poblaciones indígenas al racismo y la discriminación.

“La historia de este orden social se remonta a la colonia”, dice Meneses. “Si queremos modificar esa forma de organización, debemos primero reconocerlo y después actuar en consecuencia”.

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Autor

Picture of Inés Gutiérrez Jaber